PUERTA DE LA PERMANENCIA
Por esa puerta huyó diciendo:
«¡nunca!»
Por esa puerta ha de volver un día...
Amado Nervo
Todavía está presente la grieta abisal que reclama al insomnio.
En medio de la tormenta, las trenzas de agua y sus mutaciones:
en cada cobija deshago los objetos del hambre,
un latido de puertas abiertas muerde la decrepitud de los burdeles,
mientras pienso en cómo decapitar todos los días de las semanas,
el plato de arcilla en una caricia,
esa palabra nunca que carece de abrigo y humanidad.
En la fotografía natal gotea un paréntesis de fuego y adioses:
un sollozo de féretro a punto de perderse en el alma del viento.
Junto a los trapos impregnados de polvo,
la espera y sus dudas, el esplendor de los oscuro, el tizón de sed
como un escalpelo silencioso en la garganta.
.
Del libro: “Invención de la espera”, 2020
©André Cruchaga
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