© Pintura de Margit J. Fureder
TRAVESÍA DE LA MEMORIA
Es raro cómo se puede perder la inocencia de
golpe.
sin saber siquiera que se ha entrado en otra
vida.
Julio Cortázar [Rayuela]
Jamás hubo
respuestas para sortear la penumbra ni para caminar
sin amellar
la punta de los zapatos
Jamás es la
misma historia aunque los asesinos sean los mismos
aunque la
maleza cubra sus pómulos con pasamontañas
La historia
se repite tozuda con nombre y apellido: ningún
argumento
justifica la inmolación ni el galope tortuoso desvelado
de los
cementerios clandestinos en un país aburrido
A veces
somos desesperadamente inquilinos del polvo y el humo
Es difícil
quitarse el vínculo pegajoso de la garganta golpeada
por la
desdicha sin que deje de notarse el
despojo el hastío
insalubre
de las manos la palabra miedo arrojada a las calles
A veces uno
lamenta una lágrima en el umbral de los mercados
o en el
niño que orina lo recóndito del desvelo
el amor que
se interrumpe en la ternura de un pecho dadivoso
la bandera
de neblina que se lanza desde los tedios
de una
conferencia de prensa en las horas
matutinas
de la
eyaculación a destajo de la piedra que nos recuerda
el zarandeo
de lo insufrible de la hoguera hecha añicos
A menudo
nos brota una lágrima amarga en el muro del país.
Del libro: Metáfora del desequilibrio”, 2019
©André Cruchaga
© Pintura de Margit J. Fureder
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