©Pintura de Leslie Avon Miller
BREVE HISTORIA DE MIS MANOS
Tu mano en la mía,
juntos vamos hacia la noche y las cenizas.
Johannes Edfelt
Hay
demasiada historia en estas manos que aún tengo
Manos que
tiemblan para asir las distancias manos de mar profundo
Hay tanta
agua encallada en mis ojos: dulce o salobre
tibia
quizás a la orilla de la asfixia donde emerge la noche
A veces se
desbocan en la piedra ciega del arrebato del viento:
vivo en un
país despiadado aunque se nos venda en “marca país”
Alrededor
la oscuridad filosa de los cuchillos hacia dentro
ronroneando
en los costados de las víctimas en el cangrejo
de tortura
del barranco como un diluvio que se enrosca
en la
materia con una avidez de invencible desierto
Hay
demasiada historia en la soledad de mis manos: en ellas fluye
la levedad
del vilano pero también el rumor de la herrumbre
hay
demasiadas grietas en mis manos: bullen las heridas del mar
las semanas
innumerables de trabajo
Ellas
también son memoria o un pájaro que quiere alimentarse
de la
libertad no de la carcoma que nos dejan los sueños fenecidos.
Del libro: Metáfora del desequilibrio”, 2019
©André Cruchaga
©Pintura de Leslie Avon Miller
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