© Obra
pictórica MARC
CHAGALL
IMPULSO
A
veces, la reja de una ventana se abría rechinando, como por el impulso
ascendente de una mano que violentaba la naturaleza del hierro; un hombre
asomaba la cabeza por la abertura libre a medias, avanzaba los hombros sobre
los que caía el yeso escamoso, y terminaba haciendo salir, mediante esa
laboriosa extracción, su cuerpo cubierto de telarañas.
Conde
de Lautréamont.
Hay un
circo de tropezones en la muerte sellada de la eternidad y un asalto a las
ventanas donde los pájaros danzan hasta que se esconde el alfiler de luz de las
rendijas. Más cerca del nosotros, las telarañas sobre un pecho mustio,
aletargado a veces como una página incinerada que cae lentamente sobre el
vacío. Al cabo todo tiene sentido cuando sopla en los ojos el galope
transitorio de las imposturas. Cada quien sabe entender la bruma que sube a las
sienes como un corsario.
De Camino disperso, 2021
©André Cruchaga
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