Imagen tomada de la red
IMPACIENCIA
Duermo dentro del
laberinto de un reloj oxidado. Exploro los viejos objetos de mi conciencia:
todo me resulta innombrable cuando incendio la frontera de la noche. Todo es
violento cuando se deshilacha en monólogo esta ropa que cubre mi desnudez. (Algunas veces, divago en los poemas de
Sully Prudhomme y Baudelaire y Rimbaud, quizás en alguna puerta que copie mi
sombra.) Quizás un día solo duerma sobre el polvo de unas aceras
resucitadas por mi mendicidad; o, tal vez, en el fuego que reaviva el viento.
Un fósforo suele remozar mi espejo.
Del libro: Firmamento antiguo, 2020.
©André Cruchaga
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