Vista aérea del Río Lempa, San Vicente - Usulután [El Diario de Hoy]
_____________Ríos______________
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?”
ÁLVARO POMBO
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” —Y el desvelo.
¿Es el río una transparencia
O sólo un oasis de la sed en la mirada?
¿Es el río un secreto en sí mismo
O sólo el sueño donde se derraman los besos?
¿Es el río una conciencia
O sólo una voz que riega el vacío? —Y el aliento.
¿Es el río un eco
O sólo el susurro dilatado de suspiros?
¿Es el río un llanto
O sólo otra forma que tiene el invierno?
En la tierra, sangre de las venas; perplejidad
Silvestre en los ojos:
Sangre inmemorial de los antepasados,
Donde el tiempo aspira las puertas del tiempo.
En las orillas susurra el vitral del día
Con todos los símbolos descalzos de la sed.
El agua se vuelve un camino recurrente
Para la conciencia: la palabra limpia
La sangre visible sin invocar candiles de desvelo.
Ahora hay huellas de ellos en la hondura
Del latido: —tierra o lluvia de la ráfaga
Donde se perdió la gracia de humedecer el aire.
Sangre derramada sin compensación:
Chirriantes piedras lanzan un aliento sin
Fertilidad, camino de hojarasca, sin trenes,
Sin vitrales en la diaria pupila del ojo.
Entre orilla y orilla un hangar de almohadas
Siniestras —escombros ya de sosegado
Respiro, pozo donde seguramente no saldrá
Ya la aurora, ni los pájaros podrán abrigar
El trayecto estacionario de su propio vuelo.
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” O el juego aleatorio
Del cisma que se postula en beatífica
Oscuridad. La intemperie al final de la diáspora,
La página maltrecha donde no se mira
La caligrafía, el claustro borrado del respiro.
Día a día tiestos de sal en la herrumbre
Y telarañas progresivas en la memoria.
Caminos sin idioma, o un desagüe urgido
De recicladas alas. Hora breve para un tránsito
De pájaros. Hora del polen sin un agujero
De hospitalidad. Voz de los ríos en el sigilo
De los fósforos, voz del yo en la fragilidad
Húmeda de los pañuelos, en la estampa
De los armarios…
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” O el escombro
Sacudiendo los pómulos; y acaso, la palabra
Que perdió su proverbial aceite
De enredadera…
Ríos hoy, con piedras hasta el cuello: duelo
Que invalida toda fantasía,
Duelo, al fin, donde las alas no se reconocen,
Ni los latidos despiertan ungidos de audacia,
Ni las arterias reverberan en su esencia…
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” Usted responda…
Barataria, 15.II.2009
_____________Ríos______________
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?”
ÁLVARO POMBO
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” —Y el desvelo.
¿Es el río una transparencia
O sólo un oasis de la sed en la mirada?
¿Es el río un secreto en sí mismo
O sólo el sueño donde se derraman los besos?
¿Es el río una conciencia
O sólo una voz que riega el vacío? —Y el aliento.
¿Es el río un eco
O sólo el susurro dilatado de suspiros?
¿Es el río un llanto
O sólo otra forma que tiene el invierno?
En la tierra, sangre de las venas; perplejidad
Silvestre en los ojos:
Sangre inmemorial de los antepasados,
Donde el tiempo aspira las puertas del tiempo.
En las orillas susurra el vitral del día
Con todos los símbolos descalzos de la sed.
El agua se vuelve un camino recurrente
Para la conciencia: la palabra limpia
La sangre visible sin invocar candiles de desvelo.
Ahora hay huellas de ellos en la hondura
Del latido: —tierra o lluvia de la ráfaga
Donde se perdió la gracia de humedecer el aire.
Sangre derramada sin compensación:
Chirriantes piedras lanzan un aliento sin
Fertilidad, camino de hojarasca, sin trenes,
Sin vitrales en la diaria pupila del ojo.
Entre orilla y orilla un hangar de almohadas
Siniestras —escombros ya de sosegado
Respiro, pozo donde seguramente no saldrá
Ya la aurora, ni los pájaros podrán abrigar
El trayecto estacionario de su propio vuelo.
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” O el juego aleatorio
Del cisma que se postula en beatífica
Oscuridad. La intemperie al final de la diáspora,
La página maltrecha donde no se mira
La caligrafía, el claustro borrado del respiro.
Día a día tiestos de sal en la herrumbre
Y telarañas progresivas en la memoria.
Caminos sin idioma, o un desagüe urgido
De recicladas alas. Hora breve para un tránsito
De pájaros. Hora del polen sin un agujero
De hospitalidad. Voz de los ríos en el sigilo
De los fósforos, voz del yo en la fragilidad
Húmeda de los pañuelos, en la estampa
De los armarios…
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” O el escombro
Sacudiendo los pómulos; y acaso, la palabra
Que perdió su proverbial aceite
De enredadera…
Ríos hoy, con piedras hasta el cuello: duelo
Que invalida toda fantasía,
Duelo, al fin, donde las alas no se reconocen,
Ni los latidos despiertan ungidos de audacia,
Ni las arterias reverberan en su esencia…
“¿Es el río un camino o sólo el vertedero
donde acaban los ojos…?” Usted responda…
Barataria, 15.II.2009
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