martes, 1 de julio de 2008

Para tan breve vida, ¿quién le dio el ser?

André Cruchaga, El Salvador






Para tan breve vida, ¿quién le dio el ser?



Al poeta Luis de Góngora


Tan breve vida y a menudo ciega.
Largo silencio el llanto rapaz que la convida.
Falsa libertad cuando la saeta hiere las venas
Y la vida yerra sobre hojarasca de tierra.
De “soledades” se nutre uno. A menudo de horizontes
Náufragos: las arenas movedizas del tiempo
Borran los caminos y desatan nieblas.
De soledades la prisión abraza,
Aunque en el mapa desplegado de la mente,
Suene esa campana muda del anhelo.
De soledades se hizo el mar con las gaviotas;
El torrente de la vena cristalina,
Los vasos donde se bebe confiado
El hilo grueso de la lluvia.
Con el silencio se hicieron las grandes ciudades;
Los durmientes de las luciérnagas,
La armonía de los jinetes cabalgando en el viento
Y la gangrena muda de la lengua.
Con las soledades los zapatos callan
Y el claustro del pecho bota sus plumas
En el cuenco del vacío donde los espíritus llagan sus andrajos.
© André Cruchaga
El Salvador, 2005
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Poeta y educador salvadoreño.
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