lunes, 15 de diciembre de 2025

MIENTRAS DUERMO

 

Imagen tomada de Pinterest


MIENTRAS DUERMO

 

When i close my eyes i hear your velvet wings and cry

i’m waiting here with open arms…

JUDAS PRIEST

 

 

Mientras duermo, el ojo despierto sobre la luz de la oscuridad:

todo es penumbra, vivencia del estertor,

acaso esa verdad que no alcanzan a ver mis ojos ciegos.

Aquí, me rehúso a los sueños desdibujados,

al paraguas difuso de la sombra;

encima, el mundo como un guante sobre mis sienes,

el delirio no tiene banderas,

pero sí, olas y mares que el pensamiento desvela bajo

la sábana del cuerpo, bajo la sábana te espero

con los brazos abiertos, al pie la sombrilla de la memoria,

quizás la muerte con sus ojos interminables, 

el cielo abisal de las palabras,

luego la noche tan cotidiana como los zapatos.

 

Cuando cierro los ojos oigo tus alas de terciopelo:

alas vívidas cantando sobre mi cuerpo, leves, pero ígneas; 

llegas impaciente a sofocar mi sed, siento tu boca,

el latido que me embriaga y me despeina:

frente a los balcones la tierra vital creada por nosotros,

el hambre en tus senos que se tiñen de rojo, roja hambre

del amor sobre el arrebato indeleble.

El río de la vida desemboca en el río de tu cuerpo:

la humanidad entera, la mía,

la que va de prisa como una puerta que abre el viento

con todos sus espacios corpóreos,

ahí te veo, cuerpo quemándose en la hoguera de mis manos,

cuerpo mágico resbalando en mi piel,

tan breve y perfecta, fronda que mi boca aprisiona.

 

El ojo lame tus pies blancos, la lengua que devora,

flor desmenuzada con mi dedos:

yo el ángel con mis enajenados pensamientos,

yo en ella, la mirada que vuela luminosa,

ella en mi, ebria, con un grito resplandeciente.

Son tibios tus jadeos, nuestro ramaje de insomnios

Y alucinaciones, los pensamientos en la carne,

en la voz del cisne que hormiguea en el aire.

 

Mientras duermo, el reloj sacude el pecho, curiosamente,

los horarios ajenos a la alegría,

lo apenas presentido.

Te levantas y extiendes tus alas al poniente.

 

Mientras, duermo. ¿Duermo sometido a tanto arrebato? 

En las raíces del sueño los árboles en fila,

—el fuego en pétalos líquidos, líquida arcilla,

la yedra del rescoldo en la oscuridad,

el instinto sacudiendo mis trapos desasidos.

 

No hay más certezas que este acabamiento interminable:

semanas sin tregua,

mi alma cedida a tu vientre,

ramas como el torso bajo  lo vivido,

arenas derramadas en las sienes,

bóvedas, túneles que el sueño insinúa en azadones.

«Tu cuerpo bellamente desnudo» me impone su oleaje.

A veces aterido por este pequeño vicio de tenerte

a manera de flor a la orilla de la cama.

 

Mientras duermo, el sueño apuntala ese destino de irradiación,

universo de destellos a espera del surco,

paisajes sin cábalas: viajo así, ebrio de ecos y fuegos,

herido en el arcano me recuerdas el hechizo del poema,

vedado a veces, por el escombro

que repta hasta las sienes como un mapa de desvelos,

como el aserrín expulsado de la madera.

 

Del libro: «Testamento del pretérito», 2011

©André Cruchaga

Imagen tomada de Pinterest

Barataria, 2011


No hay comentarios: