OSCURA LUZ DE AUSENCIA
tal vez preguntas algo, y en tu boca se duerme
como otras veces la trágica y oscura luz de la ausencia.
Miguel Arteche
De un bar a otro escribes la ausencia
en una servilleta raída
por la lluvia, manchada por sombras
de bocas lejanas, moribunda
escritura donde se disuelve la
penumbra ennegrecida de aquel lago
de espejos bordeándote la cara.
Escribes las cosas que nadie desea
escribir, mientras la luz arde
en pasillos estrechos, indiferentes,
inundados de obsesiones.
Tu cara apenas se mira en medio de un
pozo de humo.
Nadie te oye el sinsentido, apenas la
lenta perversión de la carne,
las imágenes borrosas que se cruzan
entre risas sinuosas.
Las palabras suenan como una voz
aturdida,
desarticuladas en charcos de agobios,
de un pintor de brumas
apocalípticas, de lengua que lame el
patíbulo de la asfixia.
En tu boca la turbiedad amarga de las
horas, ese sabor de bar
envejecido, tan real como una
nebulosa destrozada de pupilas.
Escribes atravesando las orillas del
semen, corroído
por la avalancha de recuerdos
trágicos, por el vórtice de penumbra
de un puñado de fuegos fenecidos
irremediablemente.
Sobre el andén de medianoche, el
poema decadente, las pesadillas
líquidas de los tragos y la
fotografía aún con muchas preguntas.
Al final, solo esa luz oscura de los
fantasmas en el poema.
.
De ‘Como quien pide luz o pide agua’,
2021.2022
©André Cruchaga
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