©Obra pictórica de Marc Chagall
VIVIR ES
SER
Vivir
es ser.
Juan
Gil-Albert
Y en las calles las aguas y los
sueños frágiles, la noche embriagada
de ojos junto a esa clara farsa de
novela que nos capitula.
Solo viviendo, quizás, uno reconoce
lo sucedido en la garganta,
la fábula de demencia que testifica
ser en el ojo petrificado
de la hojarasca, rostro y espejo a
la vez, se ven desangrarse
en la cuerda de vacío de la boca
frente a los imaginarios.
Uno nunca responde las preguntas de
las alambradas, del mismo
espejo que cambia con la edad levadura
y ventanas,
del tedio de las generaciones
olvidadas, o la imagen deshecha,
en el pómulo de luz de los
pañuelos: todo lo resumen las persianas
y las mamposterías de polvo en los
zapatos,
y las huellas de piedra que van
dejando los parques interminables
de los domingos: todo es extraño
cuando se han dejado atrás
las infancias, el coro de campanas
que roza el rostro.
En los pensamientos, de cierto, no
hay buena suerte, ni azar,
sino un trajín que templa la casa
que construimos con decoro.
Somos el
camino y sus estrépitos como amantes que se adentran
a la
página que se escribe día a a día para ser ropa y horizonte.
Somos,
pues, en el vivir, pese a que la noche desate sus furias.
De: Como quien pide luz o pide
agua, 2021.2022
©André Cruchaga
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