SUERTE DE DESPLOME
Los ojos de los cadáveres
Miraban petrificados y tristes.
Behcet Necatigi
Siempre fue así frente al lienzo del paisaje tenue: ráfagas de un
cementerio petrificado, como rostros esculpidos con niebla y tile. Todo cambió
a insomnio desde entonces, a un diluvio de sed sobre la tierra. (Ambos con el rictus de la muerte en la
boca, ese diluvio que destroza alas y raíces. Ese infierno sin reemplazo como
una pocilga destinada al polvo.) Hasta ahora no han tenido los ojos otro
desenlace, sino esta suerte de desplome definitivo. En el pecho solo un
cementerio de aguacero, un ruego de herejías en la brasa del aliento que repite
fonógrafos petrificados, o una cópula ahogada en el corazón de la ausencia.
.
De ‘Camino disperso’, 2021
©André Cruchaga
No hay comentarios:
Publicar un comentario