©Pintura de JOAN MITCHELL
HABLABA DESDE LEJOS
Y me
habló la muchacha y sus palabras
Eran como
lamidos de perro,
Tenían
algo en sí que hacía daño,
Parecía
que hablaba de lejos.
Vicente
Huidobro
Desde la distancia busco
aquel cuerpo que gime con un rumor
de tierra herida: un sollozo
nace siempre como un ave
apoltronada sobre el césped.
Como sed de aberraciones perversas.
Algunas veces me ahoga el
grito de la neblina y ese extravío,
que de pronto impacta como
un cementerio.
Ella y sus palabras,
entonces, traen una lluvia de cruces a mis ojos.
Veo su sombra en las
alambradas del vacío,
o en el espejo de la
ventana. O en el lavabo de piedra del
pecado.
Cruza el sueño en su inmóvil
fugacidad de lágrima inacabada.
También canta su nostalgia
un pájaro en el nido remoto del árbol,
mientras adentro de la
entraña desnuda sus ardores el silencio.
Ella era un lento desvarío
que traspasaba toda la noche.
Era, en ella, mi triste
adolescencia sin colores. Un perro triste.
Una ciudad con sus embustes
ilícitos: un algo que desnudaba
el fuego, hasta la más
profunda ebriedad.
Del libro “Huidobro redivivo”, 2019
©André Cruchaga
©Pintura de JOAN MITCHELL
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