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ESTADO
DE ANORMALIDAD
Prefiero los
estados anormales de la cópula para legitimar los vacíos de la esperanza, —ese
supuesto refugio irreductible— a transitar sobre los esfínteres del pájaro
circuncidado.
A cada boca
el sedante de la almohada y su pared inexpugnable.
¡Quien ha
encontrado el mejor postor para su alma? (Ya exhausto, se torna legible la
agonía, ese vello mordido por el aliento, con la lengua derrumbada en el
aullido del diamante.)
Nada es
normal cuando la demencia lanza sus alaridos. Las manos confabulan dentro de la
grieta y la tormenta decapita la ropa.
Por un
momento me tocan los dedos de la fuga: jamás olvidé aquella comezón azucarada;
ahora hace frío cuando repaso la historia.
De “Poemas
del descreimiento”, 2018.
© André
Cruchaga
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