Imagen cogida de la red
TEMOR A LA PONZOÑA
¿En qué reino viven las sombras gruesas de mis
ojos y los temores a la ponzoña sobre la rocosidad de la canela? (Nunca hay reposo ante lo oculto que acecha
como un río de alacranes.)
He aprendido a descreer también de mis pulmones y
de los eructos de las habitaciones cerradas y de la dialéctica de los
escarabajos.
Si algo gira en la memoria, es la oxidación de la
lluvia en la barriga de las moscas: el frío cobra vida en los peces muertos de
las acequias, en los zapatos infestados de clavos.
(Fuimos
amantes suicidas entre la oferta y la demanda. Los hongos hicieron su hueco en
la cobija: ahí encallamos desenterrando nuestras costillas.)
Ante la arrogancia y la vileza, les ofrezco el
vendaval de una flor.
De “Poemas del descreimiento”, 2018.
© André Cruchaga.
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