Pintura: Joan Miró
Alguien muere a diario
…si te preguntan por el mundo,
Responde simplemente alguien está muriendo.
Roberto Juarroz
Sé de la ilusión deshecha por la lágrima
Que baja sin palabras y hace de la sal,
Una rama de espesas sombras: bosque
De muda tristeza.
Alguien se va de este mundo. Alguien se queda.
Alguien busca en el aire lunas de espuma
O simplemente sueños para abrir el rocío.
Alguien camina, pero allí, en cada calle,
Se abre en laderas la tierra: —paredes desnudas,
Ramas de zozobra, lenguas hirientes:
Desnudos cuerpos van cayendo por el desamor.
Alguien muere, también, sintiendo su garganta
Agotada por falta de ternura: la orfandad,
Mueve sus dedos de ceniza, sábana de hollín,
Césped donde no cabe la carne del entusiasmo.
A menudo el ser humano muere anhelando luz:
Sed de garras, sed de pies para caminar el mundo.
Pero uno está en tránsito cada día, herido
Como el eco del mar cuando lo azotan
Lenguas de estribor: —refajos de áspera espuma.
Nunca en la boca son inocentes las palabras.
Nunca el alma deja de resbalar en vívidos fuegos.
Nunca nadie es cuerdo en la lucidez: siempre
Hay una nube de tumbas en el pecho,
Siempre la luz rapta los pájaros de la vida,
Siempre el deseo concluye, sin que el deseo mismo
Haya apagado sus ecos
De porcelana o abismo, de grito o sosiego.
Cada vez la soledad es pan; muros las manos
Que construyen la esperanza:
Allí nadie enciende ventanas, ni los ojos
Abren lámparas.
Entonces se muere. Piedra sobre piedra el rostro
Oscuro en las armaduras,
Los dardos de las moscas,
El perfume transitorio de las peluquerías,
El almacén tembloroso de las emociones.
Entonces se muere. La nuez rompe con todo abecedario.
El diccionario agota su selva de abejas,
Las luciérnagas sangran decrépitos zapatos…
Entonces, no sólo se muere en la guerra:
Hay mil silencios y golpes, gritos, ilusiones diezmadas
Que corroen la casa de todos:
Es decir, la esperanza y la ternura…
Barataria, 13. 12. 2007.
Alguien muere a diario
…si te preguntan por el mundo,
Responde simplemente alguien está muriendo.
Roberto Juarroz
Sé de la ilusión deshecha por la lágrima
Que baja sin palabras y hace de la sal,
Una rama de espesas sombras: bosque
De muda tristeza.
Alguien se va de este mundo. Alguien se queda.
Alguien busca en el aire lunas de espuma
O simplemente sueños para abrir el rocío.
Alguien camina, pero allí, en cada calle,
Se abre en laderas la tierra: —paredes desnudas,
Ramas de zozobra, lenguas hirientes:
Desnudos cuerpos van cayendo por el desamor.
Alguien muere, también, sintiendo su garganta
Agotada por falta de ternura: la orfandad,
Mueve sus dedos de ceniza, sábana de hollín,
Césped donde no cabe la carne del entusiasmo.
A menudo el ser humano muere anhelando luz:
Sed de garras, sed de pies para caminar el mundo.
Pero uno está en tránsito cada día, herido
Como el eco del mar cuando lo azotan
Lenguas de estribor: —refajos de áspera espuma.
Nunca en la boca son inocentes las palabras.
Nunca el alma deja de resbalar en vívidos fuegos.
Nunca nadie es cuerdo en la lucidez: siempre
Hay una nube de tumbas en el pecho,
Siempre la luz rapta los pájaros de la vida,
Siempre el deseo concluye, sin que el deseo mismo
Haya apagado sus ecos
De porcelana o abismo, de grito o sosiego.
Cada vez la soledad es pan; muros las manos
Que construyen la esperanza:
Allí nadie enciende ventanas, ni los ojos
Abren lámparas.
Entonces se muere. Piedra sobre piedra el rostro
Oscuro en las armaduras,
Los dardos de las moscas,
El perfume transitorio de las peluquerías,
El almacén tembloroso de las emociones.
Entonces se muere. La nuez rompe con todo abecedario.
El diccionario agota su selva de abejas,
Las luciérnagas sangran decrépitos zapatos…
Entonces, no sólo se muere en la guerra:
Hay mil silencios y golpes, gritos, ilusiones diezmadas
Que corroen la casa de todos:
Es decir, la esperanza y la ternura…
Barataria, 13. 12. 2007.
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1 comentario:
Estimado André:
¿Alabar un poema? Quizás los poemas no son para alabarse... son para vivirse, devorarse. No sólo de pan vive el hombre (ni tampoco de circo como en este mundo globalizado). Los "álguienes" están muriendo, estamos muriendo, la Hermana Muerte o el Divino Thanatós vive en nuestra casa (aunque no estemos bien seguros si es casa y si es nuestra). Los versos "Alguien muere, también, sintiendo su garganta / Agotada por falta de ternura: la orfandad" son realmente humanos, de esos que palpitan, sudan y sangran. Sigamos muriendo con dignidad, es decir, sobreviviendo (o intentándolo). Profeta no es sólo el que dice cosas futuras o utópicas. El poeta (aunque le falten las letras "r,f") tiene que ser un visionario de las cosas tal como son, y es que, como son, así de evidentes, así de simples, como la Muerte, muchas veces son negadas y renegadas por el Kósmos (¿o los kósmoi?). Ya el misterio de la muerte era tan poco comentado, y es misterio, pero es humano, y esto sí que es nuestro.
Saludos desde San Salvador, El Salvador. Miguel Smeragdós
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