Imagen tomada de la red
AHOGO FÚNEBRE
Mi voluntad se ha muerto una noche de luna,
en que era muy hermoso no pensar ni querer.
Manuel Machado
Estremece
en el pecho el agujero de la herida. Una tierra de cenagosas precariedades,
muerde los costados del pájaro que huye de la noche. Gruñe el fósil de tanta
memoria como una herradura envuelta en pañuelos de vinagre. Gime el maniquí de
sombras entre la hojarasca, tal un hacha de cuero roto en medio del moho. (Siempre me ahoga aquella primavera
fenecida: late la bocina de su desnudez en el centro de un cementerio infinito.
Cae la ceniza de sus poros en mi aliento.)
Del libro: Firmamento
antiguo, 2020.
©André Cruchaga
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