Miramundo, AC
____________Pozo_________
El grito o el sueño mojan los párpados.
Los labios resecos en la llaga de la agonía.
La lengua inerte ya de tanto lamer paredes:
—los ojos sin rostro en la miel de la noche;
Noche ahí perenne en la prisión del tiempo.
—Nada hay aquí con los pensamientos helados;
Cansadas las ingles, amarilla la herida,
La tempestad del cuerpo cae en el erial
De ese vértigo aniquilante…
No hay amanecer donde esta hondura nefasta,
La carcome el tiesto de la neblina.
—Un día y otro día, en círculo, es un día
Sin manos, sin cara, sin palabras suaves.
En la boca de ese pozo sólo caben mis llagas:
La lengua lame sus propios insectos;
La esperanza no llega a estas paredes cerradas,
Ni los pensamientos cavan en la cuenca
De los ojos. —Sólo ese vacío vertical, desde
El fondo, osamentas de hormigas, consiguen
Deslizar amaneceres sordos como el pétalo
Confundido bajo la hojarasca de los cabellos.
En este patíbulo caen cuerpos y cuerpos:
—el mío y tantos con dolor y llanto. El mío
Y esos otros que desnudaron en la intemperie
Y fueron atados a los cordeles de la noche.
Cuando llegó la noche se perdió toda ternura.
—Cada quien mordió las aguas del frío;
Cada quien en el frío desveló aguas saladas.
Nada hay en los sueños que no sean espacios
Vacíos —bocas sin gargantas propensas al dolor.
Las dudas del pensamiento no se tornan
Espejos asibles, sino distantes tragaluces,
Donde apenas, —si es que no calla—,
El sol entra menguante, pequeño y pútrido.
Jamás la vida es de uno en absoluto, hay
Quienes la construyen por más resistencia
Que se ponga —hay quienes caminan cortando
Los colores para verterlos en herida sinuosa.
Invisible aquí el filo pero corta las palabras.
¿Qué pozo no hace perder el ritmo de la vida,
Cuando la prisa de las abejas ensordece
Los sentidos? —En este gris espeso, la suerte
No tiene nombre, ni se salvan los nombres
Del tormento, ni hay milagros…
Hasta las penas, en un momento, carecen
De memoria…
Barataria, 31.I.2009.
____________Pozo_________
El grito o el sueño mojan los párpados.
Los labios resecos en la llaga de la agonía.
La lengua inerte ya de tanto lamer paredes:
—los ojos sin rostro en la miel de la noche;
Noche ahí perenne en la prisión del tiempo.
—Nada hay aquí con los pensamientos helados;
Cansadas las ingles, amarilla la herida,
La tempestad del cuerpo cae en el erial
De ese vértigo aniquilante…
No hay amanecer donde esta hondura nefasta,
La carcome el tiesto de la neblina.
—Un día y otro día, en círculo, es un día
Sin manos, sin cara, sin palabras suaves.
En la boca de ese pozo sólo caben mis llagas:
La lengua lame sus propios insectos;
La esperanza no llega a estas paredes cerradas,
Ni los pensamientos cavan en la cuenca
De los ojos. —Sólo ese vacío vertical, desde
El fondo, osamentas de hormigas, consiguen
Deslizar amaneceres sordos como el pétalo
Confundido bajo la hojarasca de los cabellos.
En este patíbulo caen cuerpos y cuerpos:
—el mío y tantos con dolor y llanto. El mío
Y esos otros que desnudaron en la intemperie
Y fueron atados a los cordeles de la noche.
Cuando llegó la noche se perdió toda ternura.
—Cada quien mordió las aguas del frío;
Cada quien en el frío desveló aguas saladas.
Nada hay en los sueños que no sean espacios
Vacíos —bocas sin gargantas propensas al dolor.
Las dudas del pensamiento no se tornan
Espejos asibles, sino distantes tragaluces,
Donde apenas, —si es que no calla—,
El sol entra menguante, pequeño y pútrido.
Jamás la vida es de uno en absoluto, hay
Quienes la construyen por más resistencia
Que se ponga —hay quienes caminan cortando
Los colores para verterlos en herida sinuosa.
Invisible aquí el filo pero corta las palabras.
¿Qué pozo no hace perder el ritmo de la vida,
Cuando la prisa de las abejas ensordece
Los sentidos? —En este gris espeso, la suerte
No tiene nombre, ni se salvan los nombres
Del tormento, ni hay milagros…
Hasta las penas, en un momento, carecen
De memoria…
Barataria, 31.I.2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario