Pintura: René Magritte_El Imperio de las luces
Noches
…me duele hasta la sangre de las venas.
Raúl Contreras
Fantasmas permanecen tocando el grito
Entre el vaho de la ceniza y el asedio
Negro de la noche: —cuervos mordiendo
Las pupilas, desnudos esqueletos
Tropezando en las piedras, niebla de mar,
Amalgama de agónica espuma…
El tacto del suplicio busca las paredes,
La torpeza de caminar sobre la ceniza,
La garganta contenida en la penumbra.
Las noches han sido hechas de algas infestadas.
Al filo agonizante de los párpados, el horror,
Un cielo sin hálito y vinagre de relojes,
Donde tragaluces descompuestos, beben
El calendario sordo del llanto.
Las noches ignoran los caracoles de la luz;
Con ellas no se puede usar corbata,
Ni subir rascacielos para explorar sombras.
El respiro no cabe en una mano.
Se duerme a secas entre sabandijas,
Hilando la sordidez de la tierra…
—Tierra hecha noche, por desgracia,
Donde el hombre hunde su acento,
Hasta ganar la muerte y la cruz:
Cerrada puerta de la luz, muros ardiendo
En su propio, despiadado cadáver.
Por todas partes rumorea, ciego, el vértigo;
La intemperie está llena de páginas mordidas
Por el brazo audaz, sordo, de la angustia.
Desde tiempos las noches son alfileres anónimos:
Raptan y agobian, crepitan sus mudas ráfagas
Entre tímidas luciérnagas.
¿Cómo entender su destello de cenizas?
¿Cómo abrir sus múltiples puertas sin caer,
En la ficción del aliento? ¿Cómo
No sentir sus barrotes de herrumbre?
Ellas tienen la mirada en opaca fantasía,
Llenan el torrente con pájaros sin espejos,
Hilan azúcares de obediente cárcel,
Crecen en polvorienta amenaza.
Las noches no mueren como lo hacen los espejos,
Sólo amanecen en el recuerdo de los párpados.
Nadie alza su sangre ilesa de musgo:
Las noches cierran la casa de pólvora y cuchillos.
Ahora las campanas son grito subterráneo
Y no profesa ala del respiro y la fragancia:
Sutil feligresía de hojas y cierzo…
Las noches tragan la sed en su propia escena:
Borrosos gemidos caen atónitos en la memoria.
Esas noches son los cazadores nocturnos
Que bailan como en un anfiteatro…
Barataria, 06. 10. 2007.
Noches
…me duele hasta la sangre de las venas.
Raúl Contreras
Fantasmas permanecen tocando el grito
Entre el vaho de la ceniza y el asedio
Negro de la noche: —cuervos mordiendo
Las pupilas, desnudos esqueletos
Tropezando en las piedras, niebla de mar,
Amalgama de agónica espuma…
El tacto del suplicio busca las paredes,
La torpeza de caminar sobre la ceniza,
La garganta contenida en la penumbra.
Las noches han sido hechas de algas infestadas.
Al filo agonizante de los párpados, el horror,
Un cielo sin hálito y vinagre de relojes,
Donde tragaluces descompuestos, beben
El calendario sordo del llanto.
Las noches ignoran los caracoles de la luz;
Con ellas no se puede usar corbata,
Ni subir rascacielos para explorar sombras.
El respiro no cabe en una mano.
Se duerme a secas entre sabandijas,
Hilando la sordidez de la tierra…
—Tierra hecha noche, por desgracia,
Donde el hombre hunde su acento,
Hasta ganar la muerte y la cruz:
Cerrada puerta de la luz, muros ardiendo
En su propio, despiadado cadáver.
Por todas partes rumorea, ciego, el vértigo;
La intemperie está llena de páginas mordidas
Por el brazo audaz, sordo, de la angustia.
Desde tiempos las noches son alfileres anónimos:
Raptan y agobian, crepitan sus mudas ráfagas
Entre tímidas luciérnagas.
¿Cómo entender su destello de cenizas?
¿Cómo abrir sus múltiples puertas sin caer,
En la ficción del aliento? ¿Cómo
No sentir sus barrotes de herrumbre?
Ellas tienen la mirada en opaca fantasía,
Llenan el torrente con pájaros sin espejos,
Hilan azúcares de obediente cárcel,
Crecen en polvorienta amenaza.
Las noches no mueren como lo hacen los espejos,
Sólo amanecen en el recuerdo de los párpados.
Nadie alza su sangre ilesa de musgo:
Las noches cierran la casa de pólvora y cuchillos.
Ahora las campanas son grito subterráneo
Y no profesa ala del respiro y la fragancia:
Sutil feligresía de hojas y cierzo…
Las noches tragan la sed en su propia escena:
Borrosos gemidos caen atónitos en la memoria.
Esas noches son los cazadores nocturnos
Que bailan como en un anfiteatro…
Barataria, 06. 10. 2007.
Del libro inédito: Noche de los sentidos, El Salvador, 2007.
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