Imagen cogida de la red
PAVIMENTO
Me muerden estos días de repetido
pavimento. Allí, rompo la plegaria
de mis dientes, las fauces de la
pesadumbre con toda la miseria sublevada.
—A veces me río de su letanía
sorda del frío y su agudo galope.
¿Es mi nombre acaso el tiempo irrestañable,
la furia de siempre
en el hipo de la intemperie?
(Sobre la losa, la niebla del incesante agobio: toda la devoción
que se fue
en medio de la muchedumbre, vos a merced de zapatos fúnebres,
sin recobrarte con la cólera de mi ternura.)
Toda la lluvia pastorea los toros
del sonambulismo y sólo me queda
las escarcha de la claridad en
los sentidos.
Un día quizá como revés de la
pobreza, contemplemos juntos la desesperanza.
Y recordemos el chubasco de los
gallos y su repique…
Barataria, 23.VII.2013