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domingo, 27 de septiembre de 2009

Trascielo-André Cruchaga

"Inasible el blanco en los cabellos, el labio que espera con aderezos
De fuego y rocío, con mimos de lengua en celo"...

Trascielo




…los invisibles atrios están sembrados de hierbas
y las verdes delicias del suelo se pintan al siglo de un largo día.
SAINT JOHN PERSE




Los andenes bostezan en la remembranza de los zapatos.
Alguien lame las contradicciones de los lirismos con melcochas.
Un loco masturba sus ojos desde el estrabismo —En esa náusea,
El instinto suelta asfixiantes taburetes.
El vuelo es falso en la desesperación de los huesos. Uno vuela
Fascinado a la desnudez letal de las sombras, las catástrofes,
Los relámpagos y esas calles de cornisas sonámbulas
Donde impera el cielorraso del guaro, el tabaco y las paredes.
La indiferencia suele ser una gracia habitada por los demonios:
Tiene su propia tinta aunque sin misterio,
Sus llaves nocturnas, sus máscaras con múltiples cicatrices.
El tejido de los muelles es como las teclas de los poros.
Aguas adentro la luz se hace quejidos,
En la superficie los dientes muerden la corriente de los vientos.
[Hay momentos de completa ausencia en la memoria,
Una humazón de perros encalla en las pupilas:
Inasible el blanco en los cabellos, el labio que espera con aderezos
De fuego y rocío, con mimos de lengua en celo, con puntual
Sintaxis, con prevenciones cardíacas.
Ahora se habla de próceres sin someterlos a las lámparas:
No sé si nosotros llegamos a esa categoría sin volvernos tartamudos.]
A veces equivocamos la escoria de sal en los poros por la herrumbre.
La caja de Pandora es un gargajo por excelencia,
Aunque halla quienes la tomen como un trofeo de siniestras begonias.
Los paisajes urbanos están repletos de escupidas;
Un pantano de alacranes afelpa el sexo sobre la mesa.
¿Vendrán días sin epilepsia? Los dos estamos hasta el ombligo
De los peces, sumergidos en un mercado de moscas,
Sonriendo al engrudo pasional de los eructos después de recostar
El césped sobre los poros.
Cuando el aire está sosegado extrañamos el arroyo de chupamieles.
En el trino de la madera, la resina testimonia la desnudez de las piedras.
¿Desde cuando somos insectos con ganas de comernos las ventanas?
Todo acto de delirio es anárquico.
—Lo sabes cuando la cueva es nuestra fiebre y no usamos anfetaminas.
Ni inyección de insectos afrodisíacos.
A menudo los espejos se vuelven salvavidas —Eso me han dicho los que hablan
Con ellos en la soledad de su propio narcisismo.
Es una metamorfosis que no requiere de dentistas, ni de cirugía estética.
—Tú sabes que hay ciertos faroles irresistibles: no importan los poros
Rotos de la calles, ni la equidistancia de los transeúntes con sus tanteos.
Los ojos enloquecen frente a la codicia,
Aunque uno pase después una eternidad masticando hierbabuena.
Después de todo, los campanarios son prestidigitadores en el silencio.
Después de todo, —vos y yo— andamos siempre en el trascielo
De las redes, en el desmayo letal del braceo,
En esos naipes a golpe de atriles,
Queriendo explicar el zigzag del jadeo, cuando ya sabemos
Que la herida es insomnio permanente de sábanas…
Barataria, 25.IX.2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

Negación de fotografías con café de fondo-André Cruchaga

Paisaje






Negación de fotografías con café de fondo






Vuelvo a la destrucción de lo oscuro, equivocado, en cada
Porción de café diluido en los vasos de la noche.
Lentamente las fotografías ocupan el rumor de las escamas,
La pizca de universo conjetural que habita mi monotonía.
Hay nombres verticales reunidos en la habitación del caos.
Tu fotografía es un clavo en el fin de los tiempos: masa
Orgásmica girando en el descenso de mis pupilas…
No sé si hay certezas en esta rabia de fumarme la vida —ver
La polilla gritando como una cáscara, enfermar la respiración
En la avalancha de estos sorbos mudables del azúcar entre
La acumulación de tantas razones y olvidos —atávicos aromas
Indescifrados como liso parpadeo de la sangre en los dedos.
En este tiempo de gritos cualquier opinión resulta amenazante,
Por eso me quedo con este apetito de puntos suspensivos.
La verdadera felicidad está en negar las emociones,
Y ovacionar las defunciones, y aplaudirle a lo irracional
Siempre que los fósforos no se muden de las ventanas,
Y los sótanos alguna vez no sirvan para guardar esqueletos.
Uno vive tanto para morir olvidando cosas importantes:
Ver el cielo abierto en las líneas de la demencia,
Sentarse a platicar con los neumáticos, el horizonte
Fantástico de los naufragios, o esperar una visita perseguida
Por la policía o, hacer señales secándonos debajo de las sábanas.
Debo abrir las puertas de mi casa para quedarme ahondando
En el vacío, —a fin de cuentas es mejor que leer las noticias
Internacionales donde los tóxicos hacen la historia de manera
Espeluznante. Dejo los anteojos para no ver el día.
Las pesadillas gozan de mis pulmones igual que los cigarros.
Igual que las incongruencias este destino de la noche
En los alambiques de la fatalidad. Uno no puede fiarse
De la lengua maloliente de la neutralidad, de su jardín dorado,
De las alimañas que roban muchachas y las guardan
En frigoríficos, de la escupida seca que avienta la garganta.
La libertad depende de las posibilidades de la música,
De su murmurante palpitar, del mar amarillo que respiran
Los miedos y las identidades. —Siempre las reservas se quedan
En las fotografías, en esas fotografías atisbando la fatalidad.
Los dientes del respiro excavan en la oscuridad, jinetes
Distintos a los de mi infancia galopan, intrépidos en las sienes.
Respiro la última almohada en el rostro; nunca estás
Para despedirte con este lenguaje de martillos.
Tampoco hay fe, ni estoy apto sin zapatos para caminar sobre
El césped de la ausencia. Siempre es así la transparencia
De la sangre, las razones manufacturadas como las camisas,
Los reclamos al desamparo los fines de semana. Las espaldas
Del musgo circulan como una opción en el día.
Comienzo la semana siempre con una reserva de grises.
Soy hijo de las esquirlas: esa es la lógica de mis escenas fotográficas,
—Esa y no otra blande mis mejillas y aunque la aflicción clave
Sus latidos, sigo negando la levitación de las fotografías…
Barataria, 18.VIII.2009

jueves, 17 de septiembre de 2009

Último balcón sin jardines-André Cruchaga

Ventana para el poema, columpio del alfabeto






Último balcón sin jardines






En la mesa las pupilas sirven de tenedores. No hay ojos.
Los libros me frotan con su almácigo de letras.
Ahora cambian sus bigotes los pasos del Universo.
Las arrugas, sin embargo, se hicieron de tantos árboles
Caídos. No veo flores en la respiración de las piedras,
Ni en el caduco pasamontañas de las estrecheces.
(Un día sabrás que los barcos tienen bocas oscuras;
Y que tus piernas se vuelven balcones azules).
Las llaves de las sombras sirven para abrir los ojos;
El día tiene las suyas en los jardines.
Cuando las campanas suenan es porque están recogiendo
La ropa del horizonte, el badajo desnudo del sonido…
Siempre la lectura del presente tiene sílabas equivocadas.
En las desigualdades, siempre la renta personal sube
Hasta formar nuevas estructuras episcopales.
El amor, —¿qué es el amor sin cerrajeros? ¿Qué es sin
Baldes de agua para tantos millones en el Planeta?
—Es un sueño con muchos impuestos y sin huelga de hambre.
No se puede jugar a la lotería sin conspirar con imanes.
En la hora de las cebollas los dientes no seducen,
Las clases de matemática siempre me han parecido un tren
Sin abrigo; las de lenguaje un baño sin puertas y con mucha
Espuma. En la bodega de las tiendas no se puede almacenar
El alma, ni hay ventanas para pedirle auxilio a los días
Festivos. Siempre mi poema diario pasa las pesadillas
De los sueños: sufro la intimidad en el columpio del alfabeto;
Pero claro, ya cuando el pulmón se llena de ramas,
El vuelo olvida, vestidos, pantalones y chancletas…
Las nubes irrumpen como flotillas de sombreros en mis
Pupilas, —es hora de analgésicos para dibujar nuevas postales.
Los balcones a menudo me parecen un paisaje muerto.
Sobre todo si no puedo delimitar el puerto del resuello,
La brumosa araña, unísona, de las estribaciones. Ese cuello
Donde la lengua hace la digestión, y la saliva su fermento.
En los días grises me hacen falta camiones de sonrisas.
Fotografías así, donde las cejas se arquean, y se pierde el molde
De los puntos cardinales, y la fuga es la libertad de los codos.
El día espera sus prodigios en los pájaros. —al filo de la tarde,
Es hora del contrasuelo y guardar el columpio de los zapatos.
Es costumbre mía llenarme la cabeza de papeles: oler la tierra
Mojada de la ropa y asegurarme de guardar la luna en mi alforja.
Digamos que el aire de lluvia acecha las ventanas:
—Digamos que ahí bailan, a buen ritmo, los espasmos, y que ese
Ritmo por si solo, no necesita de paracaídas para anclar bien
En puerto. El hambre es terrible entre murciélagos.
Después de todo no le resto nada a los caballos del sorbo,
Ni al pulso cuyo antídoto lo pone el palco con su alacena.
Ahora, después de todo, la miseria no deja de ser amorfa.
Y sin embargo guardo manteles: los del propio sueño,
El vientre amorfo que taladra mi conciencia, la alegoría
De la Pascua con tortillas, y la prestancia para atinarle
a las paradojas.
Barataria, 17.VIII.2009

martes, 15 de septiembre de 2009

Al fil del dia- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

"El papel de los papeles", óleo sobre tela, Roberto Galicia
De: LA PINTURA EN EL SALVADOR, Ricardo Lindo.






Al fil del dia
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó





Devuélveme mis ojos largamente descarriados,
JOHN DONNE




Al fil del dia, els cavalls de l’aurora renillen
Vertiginosament. Els turons tremolen en l’olfacte.
Quan la humitar desperta, els rius banyen les campanetes.
El pòl·len nou nascut es confon amb els núvols.
Un ramat d’arbres precipita les meues nines.
L’audiència de les abelles llepa a discreció Descartes.
Els profetes compliquen innecessàriament les seues mateixes profecies.
Les tragèdies es donen, sovint, a falta de una bona escenografia.
Les targetes postals desobeixen les sandàlies.
En el sanglot les agulles cusen les llàgrimes, encara que la sal
dòcilment jugue a les estàtues.
Les esglésies espaventen el soroll monacal dels camallargs.
El color antinatural dels carrers provoca nàusees i vòmits.
El plus jumbo de les notícies no serveix per a llavar inodors.
En aquells llocs on no es veu el cel, s’inventen cels falsos.
Als senyors dels areòpags els fa falta naturalitat
Per a fer abundant la llum a les mans.
Les bartolines segueixen essent llibres classificats per a adults.
Amb motiu de la pluja no es veuen teclats a les vitrines.
Sembla que els pins renunciaren a les hamaques i els llits.
El dia menys pensat eixiran les inferències de la caverna.
Mentrestant hem de seguir el vent amb el seu xiulit blau.
Un dia sovint resulta inútil, a menys que un siga la Ventafocs
I es medesca totes les sabates del món en la tercera edat.
En les resolucions dels Jutges, sempre hi ha molta tela a tallar,
Per a fer túniques o passamuntanyes o guants que esborren l’ADN.
En la rerabotiga del vertigen han fet la seua funció les escales.
Quan un combrega amb les pedres acaba essent un nínxol
D’ancestrals armadures.
Damunt del llit els coixins tenen la seua mateixa adreça oculta.
Els cabells es fan blancs creient que ja arribaren al sossec.
La conjugació dels verbs resulta un atzucac amb molta gent.
La pràctica del sexe fa possible la xala de la dialèctica.
[Tu i jo ho sabem sense que Engels ens acompanye, sense que l’aparat
Fonètic s’expresse, imatge de la paraula en el nostre dissemblant
Víncle de denominar l’objecte de les abstraccions lúdiques.
Tu i jo sabem la semántica a la gatzoneta dels llençols,
La subjectivació de les Societats de Consum, el concepte de Newton
En el capitalisme del sexe, i la mobilitat qualitativa en la pràctica.
Tu i jo en aquest trànsit recíproc de Lenin, anarquistes de les abelles].
A les llars sempre ressalten les fotografies familiars.
La fe sovint serveix per a pintar millor els díes vinents.
Per la porta del cel només passen transeünts nus.
Qui dorm en els besos desfets per la saliva? —Els mugrons
Detesos a les mans, i el perfil enrotllat de les vellositats.
En l’animalitat ja no habita el cordó umbilical, ni s’apliquen
Analgèsics, ni el plugim minva la fam de la llengua damunt de la carn.
El desvetlament es converteix en sol de migdia.
Els diumenges són irreals a les persianes de la nostra feligresia.
Per això ens quedem al convent de dilluns a divendres,
Com mamífers dòcils a mercé de l’oxígen…
Baratària, 12.IX.2009







En el hilo del día






Devuélveme mis ojos largamente descarriados,
JOHN DONNE





En el hilo del día, los caballos de la aurora relinchan
Vertiginosamente. Las colinas tiemblan en el olfato.
Cuando la humedad despierta, los ríos bañan las campánulas.
El polen recién nacido se confunde con las nubes.
Un rebaño de árboles precipita mis pupilas.
La audiencia de las abejas lame a discreción a Descartes.
Los profetas complican innecesariamente sus propias profecías.
Las tragedias se dan, a menudo, a falta de una buena escenografía.
Las tarjetas postales desobedecen a las sandalias.
En el sollozo las agujas cosen las lágrimas, aunque la sal
dócilmente juegue a las estatuas.
Las iglesias espantan el ruido monacal de los zancudos.
El color antinatural de las calles provoca náuseas y vómitos.
El plus jumbo de las noticias no sirve para lavar inodoros.
En aquellos lugares donde no se ve el cielo, se inventan cielos falsos.
A los señores de los areópagos les hace falta naturalidad
Para hacer abundante la luz en las manos.
Las bartolinas siguen siendo libros clasificados para adultos.
Con motivo de la lluvia no se ven teclados en las vitrinas.
Parece que los pinos renunciaron a las hamacas y las camas.
Un día menos pensado saldrán las inferencias de la caverna.
Mientras hay que seguir al viento con su silbido azul.
Un día a menudo resulta inútil, a menos que uno sea la Cenicienta
Y se mida todos los zapatos del mundo en la tercera edad.
En las resoluciones de los Jueces, siempre hay mucha tela que cortar,
Para hacer túnicas o pasamontañas o guantes que borren el ADN.
En la trastienda del vértigo han hecho su función las escaleras.
Cuando uno comulga con las piedras termina siendo un nicho
De ancestrales armaduras.
Sobre la cama las almohadas tienen su propio domicilio oculto.
Los cabellos se hacen blancos creyendo que ya llegaron al sosiego.
La conjugación de los verbos resulta un callejón con mucha gente.
La práctica del sexo hace posible la juerga de la dialéctica.
[Vos y yo lo sabemos sin que Engels nos acompañe, sin que el aparato
Fonético se exprese, imagen de la palabra en nuestro desigual
Vínculo de denominar el objeto de las abstracciones lúdicas.
Vos y yo sabemos la semántica en cuclillas de las sábanas,
La subjetivación de las Sociedades de Consumo, el concepto de Newton
En el capitalismo del sexo, y la movilidad cualitativa en la práctica.
Vos y yo en este tránsito recíproco de Lenin, anarquistas de las abejas].
En los hogares siempre resaltan las fotografías familiares.
La fe a menudo sirve para pintar mejor los días venideros.
Por la puerta del cielo sólo pasan transeúntes desnudos.
¿Quién duerme en los besos desechos por la saliva? —Los pezones
Detenidos en las manos, y el perfil enrollado de las vellosidades.
En la animalidad ya no habita el cordón umbilical, ni se aplican
Analgésicos, ni la llovizna mitiga el hambre de la lengua sobre la carne.
El desvelo se convierte en sol de mediodía.
Los domingos son irreales en las persianas de nuestra feligresía.
Por eso nos quedamos en el convento de lunes a viernes,
Como mamíferos dóciles a merced del oxígeno…
Barataria, 12.IX.2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

Balcó del vertigen-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

"La Casa de Adán y Eva", acrílico. San Avilés
De: LA PINTURA EN EL SALVADOR, Ricardo Lindo






Balcó del vertigen
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó






…nadie sabe si existe alguien
para asombrarse, para ser feliz,
para determinar las grandes desgracias.
ALAIN BOSQUET





La paraula en el sospir és un velam de tempestes
I sons. Pel contrari el silenci s’ofega en l’iris
Mimètic del temps. Cada borrasca atordeix els ràfecs
De l’alé, la levitat mai no compta en la reserva del vol.
Els segles coagulen les branques de les estacions:
—ací son incomptables les agulles de cap que els enderrocs
D’Heràclit han deixat en la dispersió de les aigües.
Quan pense en les estacions, tot d’una recorde
Els rails d’aigua a les meues nines,
Les ràfegues d’escuma sanglotant damunt de les pedres.
Un dia té menys possibilitats de viure que les paraules,
Els ocells i aquest vell dimoni de la memòria.
Quan camine al voltant dels portals, el fons de la cendra
Descén a les sabates, [tu que nua floreixes sota
La lluna, i em reinventes en la necessitat de l’aire;
Bategues al tràfic del meu pit, i mossegues el meu coixí
I calcetins fins al xiu-xiu de la vigília real].
Un s’envolta amb la flassada de les paraules per a inventar
El pols pendular de la intrepidesa, i assumir el vol
En la balança dels espills.
[“El país perd competitivitat, és víctima de la inseguretat
i de totes les angúnies i temors;
La violència i la delinquència són qüestions palpitants i lacerants”]
Així i tot inventem claredats en la negror. Dol l’ull
A la lluerna de la terra, en aqueix gosset faldeller dels símbols.
Els dejuns programats pararan al capdavall la taula amb esquelets.
Abans aprenguí la humitat en la cafeina dels boleros;
Ara la humitat és esfèrica al matalaf on respira la meua set.
Al País creix cada dia tota mena de tautologies.
[M’agraden les pupuses de lorocos amb formatge i llet de burra;
Els testicles dels toros i els budells sense cap urbanitat,
Les pissarres amb jeroglífics perquè ningú ni els entén,
Els ecos en espiral esclatant els timpans…]
En fi, aquest País i tu sou la meua única Història vertadera: la perversitat
Dels tatuatges, el punyal que en acabant esdevé elegia,
Els màrtirs que dolen com una flor marcida a les nines,
La catarsi de la molsa quan les mans halen l’horitzó.
Amb tot i això aquest escapulari inútil he de supurar-te’l al desert,
Banyar amb aigua beneïda els Sants de la meua devoció. Després,
Sols després, fer-te llum embrionària,
Jugar a la manera dels infants:,
Fer volar els barrilets de l’arc del cel, tocar el sostre de l’esglai,
O, veure’m a l’espill al punt de l’ebullició de les violes.
Sovint hem de caminar enmig de les branques del cinisme.
Els dies sense branques creixen els ardits amb llúpol.
Preferesc escapar de les paraules i ficar-me en el so de Jimi Hendrix.
Val més una dosi d’Olimp que aquest fardell on gitem
Els somnis, i aquest ardor dels ulls vestit de foc.
Al capdavall la llum depén de la fossa on estiguem
Somiant la mar de la nostra mateixa nuesa impoluta.
Baratària, 11.IX.2009







Balcón del vértigo




…nadie sabe si existe alguien
para asombrarse, para ser feliz,
para determinar las grandes desgracias.
ALAIN BOSQUET





La palabra en el suspiro es un velamen de tormentas
Y sonidos. Por el contrario el silencio se ahoga en el iris
Mimético del tiempo. Cada borrasca aturde los aleros
Del aliento, la levedad nunca cuenta en el sigilo del vuelo.
Los siglos coagulan las ramas de las estaciones:
—ahí son incontables los alfileres que el escombro
De Heráclito, ha dejado en la dispersión de las aguas.
Cuando pienso en las estaciones, de inmediato recuerdo
Los rieles de agua en mis pupilas,
Las ráfagas de espuma sollozante sobre las piedras.
Un día tiene menos posibilidades de vivir que las palabras,
Los pájaros y este viejo demonio de la memoria.
Cuando camino alrededor de los portales, el fondo de la ceniza
Desciende a los zapatos, [vos que desnuda florecés bajo
La luna, y me reinventás en la necesidad del aire;
Latís en el tráfico de mi pecho, y mordés mi almohada
Y calcetines hasta el susurro de la vigilia real].
Uno se envuelve con la cobija de las palabras para inventar
El pulso pendular de la intrepidez, y asumir el vuelo
En la balanza de los espejos.
[“El país pierde competitividad, es víctima de la inseguridad
y de todas las angustias y temores;
La violencia y la delincuencia son cuestiones palpitantes y lacerantes”]
Aún así inventamos claridades en la negrura. Duele el ojo
En el tragaluz de la tierra, en ese perrito faldero de los símbolos.
Los ayunos programados terminarán por servir la mesa con esqueletos.
Antes aprendí la humedad en la cafeína de los boleros;
Ahora la humedad es esférica en el colchón donde respira mi sed.
En el País crecen diariamente toda clase de tautologías.
[Me gustan las pupusas de lorocos con queso y leche de burra;
Los testículos de los toros y las tripas sin ninguna urbanidad,
Las pizarras con jeroglíficos porque nadie los entiende,
Los ecos en espiral estallando los tímpanos…]
En fin, vos y este País son mi única Historia verdadera: la perversidad
De los tatuajes, el puñal que luego se torna en elegía,
Los mártires que duelen como una flor marchita en las pupilas,
La catarsis del musgo cuando las manos halan el horizonte.
Aún con todo este escapulario inútil debo supurarte en el desierto,
Bañar con agua bendita a los Santos de mi devoción. Después,
Sólo después, hacerte luz embrionaria,
Jugar a la manera de los niños: Ladrón librado y capirucho,
Hacer volar los barriletes del arco iris, tocar el techo del asombro,
O, verme al espejo al punto de la ebullición de los aleleíes.
A menudo debemos caminar entre las ramas del cinismo.
En los días sin ramas crecen los ardides con lúpulo.
Prefiero escapar de las palabras y meterme en el sonido de Jimi Hendrix.
Una dosis de Olimpo es mejor que este petate donde acostamos
Los sueños, y este ardor de los ojos vestido de fuego.
A fin de cuentas la luz depende de la fosa donde estemos
Soñando la mar de nuestra propia desnudez impoluta.
Barataria, 11.IX.2009


sábado, 12 de septiembre de 2009

Cant a la cendra-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Wassily Kandinsky, fotografía: Wikipedia






Cant a la cendra
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó







puedo gritar, gritar hasta romper el techo…
FÉLIX DE AZÚA




Al teulat la llum del dia transforma la pols de les vestidures.
Cada ocell camina els somnis a les plomes.
Un día menys pensat les vocals respiren escales.
La llengua puja fins als espais de la creu
Al jardí de la nit els arbres es visten de porcellana.
El vent arrebata els capells dels arbres.
Les ulleres de les pedres creixen com arrels gegants.
Els trens pengen dels pèndols fins a desgastar el seu eco.
Els núvols grisos sempre es converteixen en el periòdic
De tots els dies, en la llàgrima esparsa damunt dels cabells.
Els xiquets que ixen al carrer acaben essent el sandwich
De la violència: —A la butxaca ja no cap l’aire
Dels anhels, ni el blanc i negre de la impunitat.
Els espais blaus només es veuen als hotels de cinc estrelles;
No al fardell on ballen els polls i les puces.
Algú ens ficà al cap que el blanc és símbol
De la pau i així, amb el rostre també blanc ens canten
L’Himne a la Alegria. De seguida sagna el cavall de la mort.
Hi ha seguicis fúnebres al pensament:
On trobe mans i braços sense ferides?
Genets de metzina maduren a l’alé; ací els hisops
Cavalquen com enterramorts, desembolicats en ossos
Pels carrers on només cap la nit com a companya.
Estelles de foc llepen les ales.
I així busque la xafegada dels sements a la pluja.
Fins quan la nit serà astor enmig de llampecs?
—Els troncs de la respiració com munyons secs, les volades
Evasives de les llàgrimes, la sal mateixa que llepa les nines.
Des de sempre la sang naix diàriament en el combat.
Vull un meló de tendresa als nius de la veu,
I no l’auguri dolent, ombrejat per còdols i fullaraca.
Sempre em toca abraçar les paraules perdudes de mitjanit.
—I aqueixa bufanda de brisa distinta al riure.
Al fullatge al voltant de les sabates, caben peixos ofegats.
Cant a la cendra en aqueixa flama que el carbó desfa.
Un portal de mortalles cobreix les ombrel·les del calendari.
Rígides mirades alimenten les termites dels símbols.
Als cementeris les papallones alcen les seues consignes.
En quin lloc puc aixoplugar la blancor de les meues ungles, o els lliris?
—cada volts la terra es torna absurd camí.
Les constel·lacions desteixen el darrer sospir del dia;
Mentrestant els ocells es perden al desert de les paraules.
Els atris de l’alba no resplendeixen al cel.
Un dia és menys cert que la bava de les estàtues.
(Entre la ranera que em produeixen les teues sines, entre l’illa oliosa
Que m’arrecera, camina l’ull i aquest crit d’ocell).

Davant dels dies i els seus murs sense profecies de Jericó,
Allargue aquestes desgastades portes del sospir…
Baratària, 08.IX.09






Canto a la ceniza







puedo gritar, gritar hasta romper el techo…
FÉLIX DE AZÚA




En el tejado la luz del día transforma el polvo de las vestiduras.
Cada pájaro anda los sueños en las plumas.
Un día menos pensado las vocales respiran escaleras.
La lengua sube hasta los espacios de la cruz
En el jardín de la noche los árboles se visten de porcelana.
El viento arrebata los sombreros de los árboles.
Las orejas de las piedras crecen como raíces gigantes.
Los trenes cuelgan de los péndulos hasta desgastar su eco.
Las nubes grises siempre se convierten en el periódico
De todos los días, en la lágrima suelta sobre los cabellos.
Los niños que salen a la calle terminan siendo el sandwiche
De la violencia: —En el bolsillo ya no cabe el aire
De los anhelos, ni el blanco y negro de la impunidad.
Los espacios azules sólo se ven en los hoteles de cinco estrellas;
No en el petate donde bailan los piojos y las pulgas.
Alguien nos metió en la cabeza que el blanco es símbolo
De la paz y así, con el rostro también blanco nos cantan
El Himno a la Alegría. En seguida sangra el caballo de la muerte.
Hay cortejos fúnebres en el pensamiento:
¿Dónde encuentro manos y brazos sin heridas?
Jinetes de ponzoña maduran en el aliento; ahí los hisopos
Cabalgan como sepultureros, desenvueltos en huesos
Por las calles donde sólo cabe la noche como compañera.
Astillas de fuego lamen las alas.
Y así busco el chubasco de las semillas en la lluvia.
¿Hasta cuándo la noche será azor en medio de relámpagos?
—Los troncos de la respiración como muñones secos, los aleros
Evasivos de las lágrimas, la sal misma que lame las pupilas.
Desde siempre la sangre nace diariamente en el combate.
Quiero un melón de ternura en los nidos de la voz,
Y no el mal agüero, sombreado por guijarros y hojarasca.
Siempre me toca abrazar las palabras perdidas de medianoche.
—Y esa bufanda de brisa distinta a la risa.
En el follaje alrededor de los zapatos, caben peces ahogados.
Canto a la ceniza en esa flama que el carbón deshace.
Un portal de mortajas cubre las sombrillas del calendario.
Rígidas miradas alimentan los comejenes de los símbolos.
En los cementerios las mariposas elevan sus consignas.
¿En qué sitio puedo guarecer la blancura de mis uñas, o los lirios?
—cada vez la tierra se vuelve absurdo camino.
Las constelaciones destejen el último suspiro del día;
Mientras tanto los pájaros se pierden en el desierto de las palabras.
Los atrios del alba no resplandecen en el cielo.
Un día es menos cierto que la baba de las estatuas.
(Entre el estertor que me producen tus senos, entre las isla aceitosa
Que me refugia, camina el ojo y este grito de pájaro).
Ante los días y sus muros sin profecías de Jericó,
Alargo estas desgastadas puertas del suspiro…
Barataria, 08.IX.09

jueves, 10 de septiembre de 2009

Fons amb mur- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Farnand Lèger







Fons amb mur
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó






Al fondo del cuarto el muro era negro
Y temblaba también…
PIERRE REVERDY




Sempre parle de l’Esperança com aqueix camí amb finestres.
Quan l’alegria reparteix pans frescos i no els juguen
Les mosques; quan els noms no són illes i resten a l’abast
De tots sense els artificis del mirall; quan reinvente
El teu cos i navega sol·lícit al meu costat; quan el llençol
Blanc de la pell transparenta la porta a l’infinit de les lluernes.
El món ignora que descalços és millor recórrer el fred,
Caminar clandestinament en la humitat del somni,
Ensabonar-se amb l’aigua beneïda de la rialla.
M’agradaria que la saliva de la violència, deixàs de caure damunt
De la terra: —al fil de la menja l’alba transitòria…
A l’escuma de l’aigua, els noms alteren la seua sintaxi.
L’ombra metàl·lica de les estàtues es tomba airosa damunt de les nines.
La mà agafa un grapat de llum de les tenebres.
Aprenem així la clau de les llànties? Recordem l’idioma
Perdut de les llances? —En la foscor el raig desvetla la seua perruca:
Tal volta manquen arrels per a assaborir tots els aromes.
La millor alegria és la lluna embolicada en encaixos sense butxaques
En els ocells mimètics de les fulles del guarumo.
Parle del crit tot i que s’ofegue en la cendra del silenci.
Un dia les cambres no tindran cap foscor,
Cada carrer serà destinat a ser pissarra: S’hi escriuran
Noms més feliços que els destinats a la nit i la fullaraca.

Ara només vull ja un balcó per a la meua fatiga.
Ací puc construir un jardí i fer descendir els ocells.
—Per breu que siga l’atzar, el foc es fa una eternitat
D’espectres, un ardor de temps a la cova del qual udola
Aqueixa falsa moneda de la soledat. Sempre al fum després
De la vida hi ha el caos, les històries com una estranya boca.
Pot la memòria emboscar les nits del tedi i somriure
Al desvarí dels cabells? Pot la llum excedir aquesta brevetat
Remota a les nines? —L’alé esvaeix les paraules
En el vent; aquest ser riu i apartar les aigües i tornar de bell nou
A la ranera imperceptible de l’ull eixit de la terra.

Tota la llum respira als ràfecs de l’ànima. —Aqueixa llum transcorreguda
De la vida i que a colp dol a les galtes.
En la fondor de l’alé, els colors descarnen la gola.
Front a la imatge dels murs, l’hàlit es rovella.
Existim només des d’allò visible dels ulls, la resta
És aqueix fruit de la fantasia: Brisa estufada al pit,
Casa de la fugacitat, mans en la fatiga del desús.
Sovint la consciència s’apaga amb estranya indiferència.
Supose que front al món he de reescriure certes paraules:
—O, almenys, acostumar-me al desvari panteixant
Del rellotge damunt dels rems gastats de l’horitzó…
Baratària, 06.IX.2009








Fondo con muro






Al fondo del cuarto el muro era negro
Y temblaba también…
PIERRE REVERDY





Siempre hablo de la Esperanza como ese camino con ventanas.
Cuando la alegría reparte panes frescos y no los juegan
Las moscas; cuando los nombres no son islas y están al alcance
De todos sin los artificios del espejismo; cuando reinvento
Tu cuerpo y navega solícito en mis costado; cuando la sábana
Blanca de la piel transparenta la puerta al infinito de las luciérnagas.
El mundo ignora que descalzos es mejor recorrer el frío,
Caminar clandestinamente en la humedad del sueño,
Enjabonarse con el agua bendita de la risa.
Me gustaría que la saliva de la violencia, dejara de caer sobre
Sobre la tierra: —al filo de la comida el alba transitoria…

En la espuma del agua, los nombres alteran su sintaxis.
La sombra metálica de las estatuas se vuelca airosa sobre las pupilas.
La mano agarra un puñado de luz de las tinieblas.
¿Aprendemos así la clave de las lámparas? ¿Recordamos el idioma
Perdido de las lanzas? —En la oscuridad el rayo desvela su peluca:
Quizá faltan raíces para saborear todos los aromas.
La mejor alegría es la luna envuelta en encajes sin bolsillos
En los pájaros miméticos de las hojas del guarumo.
Hablo del grito aunque se ahogue en la ceniza del silencio.
Un día las habitaciones no tendrán oscuridad alguna,
Cada calle será destinada a ser pizarra: En ella se escribirán
Nombres más felices que los destinados a la noche y la hojarasca.

Ahora sólo quiero ya un balcón para mi fatiga.
Ahí puedo construir un jardín y hacer descender los pájaros.
—Por breve que sea el azar, el fuego se vuelve una eternidad
De espectros, un ardor de tiempo en cuya cueva aúlla
Esa falsa moneda de la soledad. Siempre en el humo después
De la vida existe el caos, las historias como una extraña boca.
¿Puede la memoria emboscar las noches del tedio y sonreírle
Al desvarío de los cabellos? ¿Puede la luz rebasar esta brevedad
Remota en las pupilas? —El aliento desvanece las palabras
En el viento; este ser río y apartar las aguas y volver de nuevo
Al estertor imperceptible del ojo salido de la tierra.

Toda la luz respira en los aleros del alma. —Esa luz transcurrida
De la vida y que a golpe duele en las mejillas.
En la hondura del aliento, los colores descarnan la garganta.
Frente a la imagen de los muros, el hálito se vuelve herrumbroso.
Existimos solamente desde lo visible de los ojos, lo demás
Es ese fruto de la fantasía: Brisa ahuecada en el pecho,
Casa de la fugacidad, manos en la fatiga del desuso.
A menudo la conciencia se apaga con extraña indiferencia.
Supongo que frente al mundo tengo que reescribir ciertas palabras:
—O al menos, acostumbrarme al desvarío jadeante
Del reloj sobre los remos gastados del horizonte…
Barataria, 06.IX.2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Estrany cel el País dels meus ulls- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Warren Sheppard








Estrany cel el País dels meus ulls
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó





Debiera de una vez cerrar la puerta.
JOSÉ MARÍA FONOLLOSA




A les temples crema l’ocell de l’aurora en espiral de cerç.
Tota la imatge del dia trena papallones; la llum entre campanes,
Creix junt als cascos de l’arc del cel, l’espavent oficia
Escullera a les nines, els infants com les finestres esvaeixen
Les ombres marcides del desvetlament. Aqueix desvetlament que no cap
Als papers ni a la cal·ligrafia. El temps ens guanya l’oblit.
O almenys ens va acostant als diumenges de la mort.
La respiració fa volar els somnis: o almenys fa
Que els ulls es planten en un altre llit; —Aqueix és l’ofici
De les lluernes en hivern, les estrelles de la nit s’afonen
Als cantons de les finestres, o a la cresta de les ones,
O als cabells desolats de la garrotxa, o en aquest fàstic sense periòdics.
O en aquest crit de cendra damunt del marbre, absurda prova
De l’horror als meus ossos. (Vaig entre la remor de tantes boques
Sense sentit. Fatigades ombres, de cas, de l’estranyesa d’estar
En un paisatge paregut als murs, a la dona de les meues antigues
Respiracions, a la ciutat que sempre m’acomiada amb cicatrius
A les mans, a aqueixa flor que mussità al meu pit llargues nits).
Què són els molls, els vaixells, els trens, a la vorera del caos?
—Són noms a la caldera del poema. Llampecs en la sobtosa
Conquesta, gastada argila en la nuesa en vaixells de tinta.
Què és l’adversitat dels coltells a la gola, l’hora zero
A l’alcova dels erudits, els espills del veïnat?
—La càrcer lliurant llàgrimes en la penombra. La soledat d’un llibre
Sense espases, la xicona que s'aclapara en un diccionari
Buscant només paraules felices. La realitat arbitrària de l’autenticitat.
Un s’afanya a buscar la llum dels meteors —Mai aqueixa llum no arriba
Sinó als desencerts que la vida diàriament ens prodiga.
Em pregunte què passarà quan morirà per complet l’amor
O l’esperança, o la pantomima d’aquestes perruqueries del segle 21.
El joc de viure comença per certa abnegació a les caricatures.
(Aquella xicona mai no respongué els meus poemes. Supose que és
Fina i delicada com un hotel de 100 estrelles. Ignora que un poema
És com l’ull en un espill; —la veig reverdir, tanmateix
En la nit, entre l’aire pobre i la immensitat de la meua Esperança.
Si alguna cosa serveix d'alleujament és que encara li escric poemes)…
Al fons del secret, les nines difuses dels espills,
A voltes la penúria en un fardell de fatiga: la contínua fuita junt
A l’ull, el cel de les paraules sense paraigües, la multitud
Embotellada en la boirina, la set cap a la pedra.
És tot allò que puc dir després de fumar cavernes.
—Lleugerament els llampecs es tornen fem. Ara
Em devoren flautistes de quasi tres mil anys. Els capells
Saben a foscor; tu, a aqueix monòleg que repeteix la memòria.
Filaràs els dies pintats als meus quaderns trencats, tacats
Per la pluja, esquinçats en el seu instant d’espines?
—La nit és redona com la moneda de les constel·lacions;
Els dies reforcen les estàtues erigides —portes en diuen alguns
Per a festejar la memòria; claus, potser per a uns altres, estances
Del sexe somorgollat en el mentó o en la corbada humitat
Dels matalassos. Allò cert és que en les meues mans, descobresc no sols
El foc, sinó aquesta enrunada lleixa de l’alba…
I així, encara, continue sagnant com un escolanet davant de la lliçó
D’un adust mentor sense un matisat vaixell d’imatges
Baratària, 03.IX.2009








Extraño cielo el País de mis ojos





Debiera de una vez cerrar la puerta.
JOSÉ MARÍA FONOLLOSA




En las sienes arde el pájaro de la aurora en espiral de cierzo.
Toda la imagen del día trenza mariposas; la luz entre campanas,
Crece junto a los cascos del arco iris, el asombro oficia
Rompeolas en las pupilas, los niños como las ventanas desvanecen
Las sombras ajadas del desvelo. Ese desvelo que no cabe
En los papeles ni en la caligrafía. El tiempo nos gana el olvido.
O por lo menos nos va acercando a los domingos de la muerte.
La respiración hace volar los sueños: o por lo menos hace
Que los ojos se planten en otro lecho; —Ese es el oficio
De las luciérnagas en invierno, las estrellas de la noche se hunden
En las esquinas de las ventanas, o en la cresta de las olas,
O en los cabellos desolados de la breña, o en este hastío sin periódicos.
O en este grito de ceniza sobre el mármol, absurda prueba
Del horror en mis huesos. (Ando entre el murmullo de tantas bocas
Sin sentido. Fatigadas sombras, acaso, de la extrañeza de estar
En un paisaje parecido a los muros, a la mujer de mis antiguas
Respiraciones, a la ciudad que siempre me despide con cicatrices
En las manos, a esa flor que musitó en mi pecho largas noches).
¿Qué son los muelles, los barcos, los trenes, al borde del caos?
—Son nombres en la caldera del poema. Relámpagos en la súbita
Conquista, gastada arcilla en la desnudez en vasijas de tinta.
¿Qué es la adversidad de los cuchillos en la garganta, la hora cero
En la alcoba de los eruditos, los espejos del vecindario?
—La cárcel librando lágrimas en la penumbra. La soledad de un libro
Sin espadas, la muchacha que se abruma en un diccionario
Buscando sólo palabras felices. La realidad arbitraria de la autenticidad.
Uno se afana en buscar la luz de los meteoros —Nunca esa luz llega
Sino en los desaciertos que la vida a diario nos prodiga.
Me pregunto qué pasara cuando muera por completo el amor
O la esperanza, o la pantomima de estas peluquerías del siglo 21.
El juego de vivir empieza por cierta abnegación a las caricaturas.
(Aquella muchacha nunca contestó mis poemas. Supongo que es
Fina y delicada como un hotel de 100 estrellas. Ignora que un poema
Es como el ojo en un espejo; —la veo reverdecer, sin embargo
En la noche, entre el aire pobre y la inmensidad de mi Esperanza.
Si algo sirve de alivio es que todavía le escribo poemas)…
Al fondo del sigilo, las pupilas difusas de los espejos,
A veces la penuria en un fardo de fatiga: la continua fuga junto
Al ojo, el cielo de las palabras sin paraguas, la muchedumbre
Embotellada en la neblina, la sed hacia la piedra.
Es todo lo que puedo decir después de fumar cavernas.
—Ligeramente los relámpagos se tornan estiércol. Ahora
Me devoran flautistas de casi tres mil años. Los sombreros
Saben a oscuridad; vos, a ese monólogo que repite la memoria.
¿Hilarás los días pintados en mis cuadernos rotos, manchados
Por la lluvia, desgarrados en su instante de espinas?
—La noche es redonda como la moneda de las constelaciones;
Los días refuerzan las estatuas erigidas —puertas dicen algunos
Para festejar la memoria; llaves, quizá para otros, aposentos
Del sexo sumergido en el mentón o en la curvada humedad
De los colchones. Lo cierto es que en mis manos, descubro no sólo
El fuego, sino este derruido anaquel del alba…
Y así, todavía, sigo sangrando como un escolar frente a la lección
De un adusto mentor sin un matizado barco de imágenes.
Barataria, 03.IX.2009

lunes, 7 de septiembre de 2009

Absència- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Joaquín Sorolla


Absència
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó




Les absències sempre tatuen la vigília.
Aqueixa fulla seca, desbordada
De la nit. —Damunt del fullatge l’alé al·lucinat dels mesos.
El riu de cavalls que no és el mateix, els tropells a les temples,
I aqueixa distància irremeiable de la pau. Aqueixa pluja lenta, foradant
Les parets de tova, mastegant la intempèrie.
És un poc vetlar mortalles aquesta espera. És la pregària del ble
Esmorteït, duna encarnada al silenci, paraula sense estrep.
Sovint em toca remoure els ossos de l’alfabet o les ales
Que descendiren a làpides, o engolir el vapor mustigat dels esparracs.
(Ara mateix tinc un grapat de síl·labes tempestuoses, i qui
Sap si de còdols passen a ser pols, taüts trencats, dies menjats
Per la sal de la llàgrima, llit invadit per coixins rancis.
Ara mateix Leteu s’apodera dels ocells i de la nit i els noms.
Al cap i a la fi resta la travessia pel foc: exasperat paradís
De dimonis on ni tu ni jo som innocents).
La pèrdua és de tal manera que ja no tenen nus els sentits. —De fet
El firmament és una branca d’ocote en plena combustió. El vertigen
Desfona els orgasmes, el musell del planeta s’ha tornat fuet.
Allò inefable perd les crestes del tacte. La sang traspassa, però,
Les nits dels embuts i els al·luvions, el sol del sexe al subsòl.
Sovint —i encara que siga paradoxa— al mirall es recobra el seny;
Almenys això em passa quan la memòria pensa en les enfiladisses,
En les persianes simulant escales, en les efígies inevitables
De l’existència. De sobte, tras la ràfega supura la boca de l’ignot.
O l’ignot desteix aqueixos fils que s’amaguen en l’Univers.
El besllum es feu d’esparracs. No sé si existeix encara extensió
Per a la transparència: —o per a trobar rostres davall de la pluja,
O per a assolir el vent, ara, amb els ulls recolzats al llit del coixí.
On és menys adusta la distància, qualsevol distància?
On puc trobrar-te sense picaportes, sense portes, sense parets, amb finestres?
On ha deixat la por de ser patrimoni, pedra a la boca?
—Algun lloc hi haurà menys frívol que certes pel·lícules de Hollywood.
No sé si als escorxadors de semivivents, a les culleres soperes,
A les catedrals on la memòria simula sapates, als jardins de l’eco,
O a la simple flaçada que cobreix l’espurna del laberint.
Mai no sé quan els dies són tan certs com el paper reciclable.
O els abraços es fan pepites d’alé, o sements del desvari.
Així i tot grate als paranys de la fe. No en l’infant de Atotxa,
Ni en els Sants de la Santa Església, ni el mapamundi de l’atzar, ni en l’escuma
Gastada per les dents de les ones, ni en el nahual dels meus ancestres.
Faig certa l’hora visible dels porus: —L’enruna copiada
A la brisa, el malson de les tisores a les nines i els porus i les temples.
Faig certes les gàbies i les màsqueres, l’avenir genuflex,
Faig cert, l’armari de paret buit — l’espill a fosques dels llençols
Sense cossos, els paranys de l’alfabet a les tapisseries, i aquesta forma simple
De ser darrere dels ocells albirant fardells de vols.
Done a l’impossible l’únic rostre que tinc: —el migdia innumerable,
I aquest recel de gos apilotat a les voravies,
I aquest bosc ensagnat de letargies,
I aquesta substància de vim amb dies oscurs,
I aquest batec d’amarant a la cinta de les meues sabates…
Baratària, 29.VIII.2009




Ausencia



Las ausencias siempre tatúan la vigilia. Esa hoja seca, desbordada
De la noche. —Sobre el follaje el aliento alucinado de los meses.
El río de caballos que no es el mismo, los tropeles en las sienes,
Y esa distancia irremediable de la paz. Esa lluvia lenta, horadando
Las paredes de abobe, masticando la intemperie.
Es un poco velar mortajas esta espera. Es la plegaria del pabilo
Mortecino, duna encarnada en el silencio, palabra sin estribo.
A menudo me toca remover los huesos del alfabeto o las alas
Que descendieron a lápidas, o tragar el vapor ajado de los harapos.
(Ahora mismo tengo un puñado de sílabas tormentosas, y quién
Sabe si de guijarros pasen a ser polvo, ataúdes rotos, días comidos
Por la sal de la lágrima, lecho invadido por almohadas rancias.
Ahora mismo Leteo se apodera de los pájaros y de la noche y los nombres.
Después de todo queda la travesía por el fuego: exasperado paraíso
De demonios donde vos ni yo somos inocentes).
El extravío es tal que ya no tienen nudo los sentidos. —De hecho
El firmamento es una rama de ocote en plena combustión. El vértigo
Desfonda los orgasmos, el hocico del planeta se ha vuelto látigo.
Lo indecible pierde las crestas del tacto. La sangre traspasa, sin embargo,
Las noches de los embudos y los aluviones, el sol del sexo en el subsuelo.
A menudo —y aunque sea paradoja— en el espejismo uno recobra la cordura;
Al menos eso me pasa cuando la memoria piensa en las enredaderas,
En las persianas simulando escaleras, en las efigies inevitables
De la existencia. De pronto, tras la ráfaga supura la boca de lo ignoto.
O lo ignoto desteje esos hilos que se ocultan en el Universo.
El trasluz se hizo de andrajos. No sé si existe todavía extensión
Para la transparencia: —o para encontrar rostros bajo la lluvia,
O para alcanzar al viento, ahora, con los ojos recostados en el lecho de la almohada.
¿Dónde es menos adusta la distancia, cualquier distancia?
¿Dónde puedo encontrarte sin aldabas, sin puertas, sin paredes, con ventanas?
¿Dónde el miedo ha dejado de ser patrimonio, piedra en la boca?
—Algún lugar habrá menos frívolo que ciertas películas de Hollywood.
No sé si en los mataderos de semovivientes, en las cucharas soperas,
En las catedrales donde la memoria simula zapatos, en los jardines del eco,
O en la simple cobija que cubre la chispa del laberinto.
Nunca sé cuando los días son tan ciertos como el papel reciclable.
O los abrazos se hacen pepitas de aliento, o semillas del desvarío.
Aún así escarbo en las trampas de la fe. No en el niño de Atocha,
Ni en los Santos de la Santa Iglesia, ni el mapamundi del azar, ni en la espuma
Gastada por los dientes de las olas, ni en el nahual de mis ancestros.
Doy por cierta la hora visible de los poros: —El escombro copiado
A la brisa, la pesadilla de las tijeras en las pupilas y los poros y las sienes.
Doy por ciertas las jaulas y las máscaras, el porvenir genuflexo,
Doy por cierto, la alacena vacía —el espejo a oscuras de las sábanas
Sin cuerpos, las trampas del alfabeto en las tapicerías, y esta forma simple
De ser tras los pájaros atisbando fardos de vuelos.
Doy a lo imposible el único rostro que tengo: —el mediodía innumerable,
Y este recelo de perro agolpado en las aceras,
Y este bosque ensangrentado de letargos,
Y esta sustancia de mimbre con días oscuros,
Y este latido de amaranto en la cinta de mis zapatos…
Barataria, 29.VIII.2009

domingo, 6 de septiembre de 2009

Vigília sobreeixida-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Edward Hopper, [USA, 1882-1967]


Vigília sobreeixida
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó




La veu fa més pregona la pell de l’absència.
Als racons de l’argent viu maduren les fulles.
La misèria creix en forma de cossos desolats.
L’aire inabastable esborra tots els somriures.
El món és millor en un País on no hi ha colps
De pit, i la terra no té rosegons d’ocells.
Amb tanta fam la vida va fent-se cada volta
Una relíquia, —massa captaires per a un erari
De náusees, massa pàgines fosques com una
Novel·la negra al part insospitat dels volcans.
Ara estime les espines quan incendien la meua ànima.
Ara hi ha catarates més perllongades que un carrer
Únic on es congrega tot el tràfic,
Els ventres necessaris en tota l’escala de grisos.
Les nines filmen l’álbum del Orgull Nacional:
Els himnes sense pans deixen els infants amb fam.
Fins a aquest día no he pogut llegir els orgasmes als llibres,
Ni reescriure les darreres pluges de juliol als quaderns
Desordenats de l’emoció.
Tampoc no he pogut conversar amb la misericòrdia
En un País llumyà, amb la bandera amarga dels meus avis,
Determinar les fronteres de la Sobirania Nacional
En documents desclassificats —Ma mare ací,
Encanudida, en la seua vigília, Amb la seua fonda ferida
De cava de les aigües fins al coll. Creixen totes les certituds
En la seducció del deliri: El fet víscut o cec de la llum,
L’aurora en la música dels ocells, els traumatismes
Dels greuges —els ulls esbocinats a la pols
De la ciutat com mendicants de una au invisible.
En conseqüència, cada vigília té ganivets i bótes:
Fidel el vent bufa les seues nostàlgies i les estranyes, —trenca
Els papers fins a tacar de sang el coixí.
Els dies estan fets d’ombres i silencis, de dures
Febres i atzars. Els somnis no creixen al ritme de les hores.
—Algú ens desperta des d’una risa sobtada
O el desenfrenament d’un claxon. Odie l’escuma crescuda
Del sopor, els espills trencats i tombats a terra.
Mai no m’absol la desfilada muda de les pedres,
Les raneres del vertigen en la meua fatiga ressignada,
Aqueix reremón de la història que té jocs perversos,
La set que no es lleva al claustre dels monestirs,
La distància que estem davant del decor, —balbuceja
El foc viu de la por davant del nus de la respiració.
Hi ha un trànsit cap a la llibertat; i, tanmateix, aquesta
Sovint ens condueix a la crucifixió, al martiri,
A un estat de símbols sense revestiment ni misericòrdia.
La sal ix per la ferida de l’arcà, sense flaire.
M’acomiade a cegues de tota immortalitat gratuïta:
Cadascú paga el preu de les seues certeses, —cadascú
Des de l’interior, creix en la seua agonia. No hi ha identitat
Fortuïta. Som aqueixa salut obsessa dels espills, al revers
De la consciència, hi ha evidència de cendres…
Baratària, 16.VIII.2009




Vigilia desbordada



La voz hace más profunda la piel de la ausencia.
En los rincones del azogue maduran las hojas.
La miseria crece en forma de cuerpos desolados.
El aire inabarcable borra todas las sonrisas.
El mundo es mejor en un País donde4 no hay golpes
De pecho, y la tierra no tiene mendrugos de pájaros.
Con tanta hambre la vida se va haciendo cada vez
Una reliquia, —demasiados mendigos para un erario
De náuseas, demasiadas páginas oscuras como una
Novela negra en el parto insospechado de los volcanes.
Ahora amo las espinas cuando incendian mi alma.
Ahora hay cataratas más prolongadas que una callé
Única donde se congrega todo el tráfico,
Los vientres necesarios en toda la escala de grises.
Las pupilas filman el álbum del Orgullo Nacional:
Los himnos sin panes dejan a los niños con hambre.
A este día no he podido leer los orgasmos en los libros,
Ni reescribir las últimas lluvias de julio en los cuadernos
Desordenados de la emoción.
Tampoco he podido platicar con la misericordia
En un País lejano, con la bandera amarga de mis abuelos,
Determinar las fronteras de la Soberanía Nacional
En documentos desclasificados —Mi madre ahí,
Encanecida, en su vigilia, Con su honda herida
De cárcava hasta el cuello. Crecen todas las certezas
En la seducción del delirio: El hecho vívido o ciego de la luz,
La aurora en la música de los pájaros, los traumatismos
De los agravios —los ojos despedazados en el polvo
De la ciudad como mendigos de un ave invisible.
En consecuencia, cada vigilia tiene cuchillos y botas:
Fiel el viento sopla sus nostalgias y las extrañas, —rompe
Los papeles hasta manchar de sangre la almohada.
Los días están hechos de sombras y silencios, de duras
Fiebres y azares. Los sueños no crecen al ritmo de las horas.
—Alguien lo despierta a uno desde una risa súbita
O el desenfreno de un claxon. Odio la espuma crecida
Del sopor, los espejos rotos y tumbados en el suelo.
Nunca me absuelve el desfile mudo de las piedras,
Los estertores del vértigo en mi fatiga resignada,
Ese trasmundo de la historia que tiene juegos perversos,
La sed que no se quita en el claustro de los monasterios,
La distancia que estamos ante el decoro, —balbucea
El azogue del miedo frente al nudo de la respiración.
Hay un tránsito hacia la libertad; y sin embargo, ésta
A menudo nos conduce a la crucifixión, al martirio,
A un estado de símbolos sin revestimiento ni misericordia.
La sal sale por la herida del arcano, sin fragancia.
Me despido a ciegas de toda inmortalidad gratuita:
Cada quien paga el precio de sus certezas, —cada quien
Desde el interior, crece en su agonía. No hay identidad
Fortuita. Somos esa salud obsesa de los espejos, en el reverso
De la conciencia, hay evidencia de cenizas…
Barataria, 16.VIII.2009

sábado, 5 de septiembre de 2009

Damunt de les aigües, les palpebres esteses- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Paisaje






Damunt de les aigües, les palpebres esteses
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó






Damunt de les aigües, les palpebres esteses. El motí en clau
Dels peixos, —les mans tractant de retindre el crit,
O aqueixa llàgrima entumida al somni. A les llambordes
El vertigen és un abisme, una altra mena de gangrena als ulls.
Serà l’Apocalipsi una altra maleta de viatger, —acte suprem
Del deliri? Al fons els fanals vinclen vertigens.
En la fissura de la nostàlgia no caben les hores, ni la canella
Èbria dels besos, llevat de la intensitat dels buits.
El granit davall dels peus per a buscar la clarividència.
La monotonia degolla les nines. Quants morts broten
Dels jardins i els prolonguen les espines, —el pit
Torbat amb una pluja de cansaments, tan certs com
L’ombra profusa a l’ànima, enderrocs cecs?
Al cadamunt de la molsa els ulls s’asclen de llum:
La claror no sempre ha tingut les cambres d’Ícar,
Ni tan sols els solcs de l’encens, ni l’usura del riure.
(Els teulats es tornen gossos domèstics davant de la pluja;
Als passadissos les paraules besen les parets; Sap
L’Esperança a taula parada com el teu rostre visible en aquesta
Cremor on el camí esbocina els espills? Contra
Tot allò que escric, la boca s’obri a les paraules,
De sobte els carrers són menys certs que les formigues,
Els ulls al paper de la imatge, on lladruga la tempesta.
Res no dius i aqueix tros de gris ho revela tot: No són necessàries
Les paraules, ni les postals, ni la llengua que llepa els dies).
Cada dia òbric les portes polsegoses del calendari.
De sobte voldria obrir-me a totes les goles amb el crit:
Travessar l’equilibri de les dents, esborrar els clarobscurs
Del món, anar de passeig damunt del lleu d’una ploma,
Tornar efímeres les branques sense repetir la història de l’atzar,
Saber que l’imminent només brota de les paraules,
I que les meues mans són formes cremades als brolladors.
—Ja no sé res de l’Au Fènix dels abraços, ni de quanta
Follia es perden les llàgrimes, ni de les contorsions innecessàries
Del paper, ni de la cambra traçada molt temps en la memòria.
Ara em toca enrunar el signe dels temps menys gloriosos:
La còlera feta amb paraules prefabricades, averiguar
La malenconia de les cadires, i aqueixa forma incoherent dels cementeris.
Mantindre incessants els jocs d’atzar del calendari,
Deixar que les sangoneres facen la seua litúrgia sense enrunar portes,
Veure els decesos de la llum a intervals i escala.
Sovint arrossegue les meues mateixes antigors. Les meues tragèdies
I els quilòmetres de les meues sabates. Els carrers s’omplin d’estranyes
Mercaduries per a viure: sobretot, aspres olors de verdures
Descompostes, llengües sense aparadors, coses fosques
Com les glàndules bartolines d’un soterrani, com la boira abissal de la llengua.
No sé quins dies són més certs per a traure les mans per la finestra.
Res no importa quan un es confon amb la pols dels carrers:
Quan la solapa de les estàtues es tornen escala per a ocells,
Quan la saliva es torna cuc dins d’un,
Quan la nit no és port, sinó informe somni.
Lluny, damunt de les aigües, tal volta llostreja la taula
Amb un sol multiplicat de pàgines…
Baratària, 22.VIII.2009







Sobre las aguas, los párpados tendidos






Sobre las aguas, los párpados tendidos. El motín en clave
De los peces, —las manos tratando de retener el grito,
O esa lágrima entumecida en el sueño. En los adoquines
El vértigo es un abismo, otra especie de gangrena en los ojos.
¿Será el Apocalipsis otra maleta de viajero, —acto supremo
Del delirio? En el fondo los faroles cimbran vértigos.
En la fisura de la nostalgia no caben las horas, ni la canela
Ebria de los besos, salvo la intensidad de los vacíos.
El granito debajo de los pies para buscar la clarividencia.
La monotonía degolla las pupilas. ¿Cuántos muertos brotan
De los jardines y los prolongan las espinas, —el pecho
Turbado con una lluvia de cansancios, tan ciertos como
La sombra profusa en el alma, escombros ciegos?
En el desván del musgo los ojos se astillan de luz:
La claridad no siempre ha tenido las habitaciones de Ícaro,
Ni siquiera los surcos del incienso, ni la usura de la risa.
(Los tejados se vuelven perros domésticos frente a la lluvia;
En los pasillos las palabras besan las paredes; ¿Sabe
La Esperanza a mesa servida como tu rostro visible en esta
Quemadura donde el camino triza los espejos? Contra
Todo lo que escribo, la boca se abre a las palabras,
De repente las calles son menos ciertas que las hormigas,
Los ojos en el papel de la imagen, donde ladra la tormenta.
Nada dices y ese trozo de gris lo revela todo: No son necesarias
Las palabras, ni las postales, ni la lengua que lame los días).
Cada día abro las puertas polvorientas del calendario.
De pronto quisiera abrirme a todas las gargantas con el grito:
Atravesar el equilibrio de los dientes, borrar los claroscuros
Del mundo, andar de paseo sobre lo leve de una pluma,
Volver efímeras las ramas sin repetir la historia del azar,
Saber que lo inminente sólo brota de las palabras,
Y que mis manos son formas quemadas en los manantiales.
—No sé nada ya del Ave Fénix de los abrazos, ni de cuánta
Locura se pierden las lágrimas, ni de las contorsiones innecesarias
Del papel, ni de la habitación trazada mucho tiempo en la memoria.
Ahora me toca derribar el signo de los tiempos menos gloriosos:
La cólera hecha con palabras prefabricadas, averiguar
La melancolía de las sillas, y esa forma incoherente de los cementerios.
Mantener incesantes los juegos de azar del calendario,
Dejar que las sanguijuelas hagan su liturgia sin derribar puertas,
Ver los decesos de la luz a intervalos y escala.
A menudo arrastro mis propias antigüedades. Mis tragedias
Y los kilómetros de mis zapatos. Las calles se llenan de extrañas
Mercancías para vivir: sobre todo, ásperos olores de verduras
Descompuestas, lenguas sin escaparates, cosas oscuras
Como las bartolinas de un sótano, como la niebla abisal de la lengua.
No sé qué días son más ciertos para sacar las manos por la ventana.
Nada importa cuando uno se confunde con el polvo de las calles:
Cuando la solapa de las estatuas se tornan escalera para pájaros,
Cuando la saliva se vuelve gusano dentro de uno,
Cuando la noche no es puerto, sino informe sueño.
Lejos, sobre las aguas, seguramente amanece la mesa
Con un sol multiplicado de páginas…
Barataria, 22.VIII.2009

viernes, 4 de septiembre de 2009

Els paranys de la neutralitat-poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Fernand Leger





Els paranys de la neutralitat
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó





A Waldina, poeta de l’Esperança.






Anterior a tu cuerpo es esta historia
que hemos vivido juntos
en la noche inconsciente.
JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD






La fullaraca és el campanari dels arbres. A les falgueres
Del cel no caben les posades, ni el temps és blau a la mitjanit.
Entre les víctimes domèstiques, hi ha les ames de casa.
I els cansamens descosits del braser i les il·lusions sostingudes
En la rosada dels coltells, els gats i els gossos.
En les tombes no compta la fugacitat dels rellotges,
Ni els mànecs grisos suspesos a la boca, ni la fusta podrida
Dels embarcadors, ni el trepant del desig damunt de la molsa.
En els dies roigs elles somien amb la infantesa, amb els lloretons
De peluix; volen retornar apressades al paper de xina…
No hi ha oblit al bany dels somnis, ni frens. —Ací,
Salten tots els ocells del bosc, el llit líquid dels orgasmes.
Com cèrvols nus travessem fumerals;
El llit ramifica els cabells, el sabó mossega el calaix dels porus.
A la locomotora de les palpebres hi ha vagons que sonen
A campanes, s’obri el puzzle dels taulellets.
Quan els dies despullen l’espill, entrem en una aigua vertiginosa.
Quan el perfum s’envasa, els ulls pateixen d’ulleres,
Quan les ombrel·les s’obrin, la pluja irradia múltiples mirades,
O el sol desfulla els armaris de la llum.
Els braços continuament guarden cicatrius. Zumzumeja el besllum
Del fullatge, ceguen els cristalls com els murs, les serradores
I les notícies que es pengen a les vitrines com trofeus.
La neutralitat sempre m’ha paregut el cel fals d’una casa
Amb forcons arnats. —Semblant raonament té més de kerosé
Que de líquid filtrat per subtils alambins.
La moral de la neutralitat és una ombra que mai s’obri
A la fosforescència, llevat que l’abstracció faça acrobàcies.
(Tu i jo sí podem esvanir-nos al mateix foc, il·luminar
Cada flocadura de la història, obrir el paviment de la nit,
Furtar el sucre de les panaderies, i tornar als sostenidors sense capitular.
Podem excavar en el rent i eixir il·lesos pel túnel dels cabells.
Però no podem ser neutrals sense arquejar-nos front a les bombes
I els gasos lacrimògenss i les bazuques i els tancs.
No podem ser neutrals després de dir que som neutrals.
No podem transparentar la balança després de dir que som
Neutrals, llevat que mai no ens haja tocat les natges una culata).
Tu i jo fórem aguaitats per astors de sinistra neutralitat:
—Fórem al carrer la rajola freda de les monedes, la fulla devastada,
Els actors del circ, és dir, els subjectes immolats,
Els que sempre cauen i es perden en les Caravanes de la mort.
Al meu pit mai no prosperen les finestres de la neutralitat:
—Som o som. És trist el baf de la sal a les nines.
Es trist aquest paper crespó de la Via Làctia en mans de la indiferència.
Qui són afeccionats a aquesta substància incolora —pútrid joguet
De la cendra, cluc d’ulls a l’enteniment? Potser les estàtues on llisquen
Els ocells, potser l’hora zero en la mòlta de la filosofia,
Potser tu i jo quan les cames se’ns encabriten i ens perdem
I ens perdem en ls quatre punts cardinals de les ales.
Així i tot el catecisme de la neutralitat ens sembla sospitós.
Hem d’escapar a les seues estampetes, hem de fugir del seu laboriós
Infern, hem d’allunyar els seus mobles delirants
De la seua mateixa nit pudenta…
Baratària, 31.VIII.2009








Las trampas de la neutralidad





A Waldina, poeta de la Esperanza.





Anterior a tu cuerpo es esta historia
que hemos vivido juntos
en la noche inconsciente.
JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD






La hojarasca es el campanario de los árboles. En los helechos
Del cielo no caben los mesones, ni el tiempo es azul a la medianoche.
Entre las víctimas domésticas, están las amas de casa.
Y los cansancios descosidos del brasero y las ilusiones sostenidas
En el rocío de los cuchillos, los gatos y los perros.
En las tumbas, no cuenta la fugacidad de los relojes,
Ni los mangos grises suspendidos en la boca, ni la madera podrida
De los embarcaderos, ni el taladro del deseo sobre el musgo.
En los días rojos ellas sueñan con la infancia, con los pericos
De peluche; quieren regresar presurosas al papel de china…
No existe olvido en la ducha de los sueños, ni frenos. —Ahí,
Saltan todos los pájaros del bosque, el lecho líquido de los orgasmos.
Como ciervos desnudos atravesamos chimeneas;
El lecho ramifica los cabellos, el jabón muerde la gaveta de los poros.
En la locomotora de los párpados, hay vagones que suenan
A campanas, se abre el puzzle de los azulejos.
Cuando los días desnudan el espejo, entramos a un agua vertiginosa.
Cuando el perfume se envasa los ojos padecen de ojeras,
Cuando las sombrillas se abren, la lluvia irradia múltiples miradas,
O el sol deshoja los armarios de la luz.
Los brazos continuamente guardan cicatrices. Zumba el destello
Del follaje, ciegan los cristales como los muros, los aserraderos
Y las noticias que se cuelgan en las vitrinas como trofeos.
La neutralidad siempre me ha parecido el cielo falso de una casa
Con horcones apolillados. —Dicho razonamiento tiene más de kerosén
Que de líquido filtrado por sutiles alambiques.
La moral de la neutralidad es una sombra que jamás se abre
A la fosforescencia, salvo que la abstracción haga acrobacias.
(Vos y yo si podemos desvanecernos en el mismo fuego, iluminar
Cada fleco de la historia, abrir el pavimento de la noche,
Robar el azúcar de las panaderías, y regresar a los sostenes sin capitular.
Podemos excavar en la levadura y salir ilesos por el túnel de los cabellos.
Pero no podemos ser neutrales sin arquearnos frente a las bombas
Y los gases lacrimógenos y las bazukas y los tanques.
No podemos ser neutrales después de decir que somos neutrales.
No podemos transparentar la balanza después de decir que somos
Neutrales, a menos que nunca nos haya tocado las nalgas una culata).
Vos y yo fuimos acechados por azores de siniestra neutralidad:
—Fuimos en la calle la baldosa fría de las monedas, la hoja devastada,
Los actores del circo, es decir, los sujetos inmolados,
Los que siempre caen y se pierden en las Caravanas de la muerte.
En mi pecho jamás prosperan las ventanas de la neutralidad:
—Somos o somos. Es triste el vaho de la sal en las pupilas.
Es triste este papel crespón de la Vía Láctea en manos de la indiferencia.
Quiénes son devotos a esta sustancia incolora —pútrido juguete
De la ceniza, guiño al entendimiento. Quizá las estatuas donde resbalan
Los pájaros, quizá la hora cero en la molienda de la filosofía,
Quizá vos y yo cuando las piernas se nos encabritan y nos perdemos
Y nos perdemos en los cuatro puntos cardinales de las alas.
Aún así el catecismo de la neutralidad nos parece sospechoso.
Hay que escapar a sus estampillas, hay que huir de su laborioso
Infierno, hay que alejar sus muebles delirantes
De su propia noche maloliente…
Barataria, 31.VIII.2009

jueves, 3 de septiembre de 2009

Crim conjectural- poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó

Antoni Tàpies





Crim conjectural
poema d'André Cruchaga traduït al català per Pere Bessó





Estoy cansado de estar muerto y ser.
JUAN EDUARDO CIRLOT




Una vegada la monotonia es posa en l’Univers, cauen les begònies.
La nuesa del naufragi sempre és tens menjar per
Als trencs d’alba la virtual gestació dels quals esvaneix les tempestes.
Les hores cremen en l’insomni de la vida. Flors mortes
Les mans al foc, en cada record els cadàvers
Agonitzants, els espills palpotejant la foscor de les prestatgeries,
Les aranyes com fotografies a les parets.
Sovint els trens obliden les línies de l’horitzó.
En la meua camisa llangueix el viatge dels núvols;
Hi ha jardins edificats pel mirall de les nines:
—sempre és així la retòrica de la pols, l’esciptura que recordem
Ocasionalment en les escales furtives de l’aire.
La irrealitat té sentit en l’antifaç de la foguera:
A gosades que les marinades alteren el fluir de la història.
Els peixos miniatura enterrats al pensament, les monedes
Amargues de la impunitat, la vida procaç de les sabates.
Vull fer un circ amb totes les estrelles penjades de sagetes,
Convertir en cendra la malenconia dels rellotges, buidar tots
Els records, mossegar les estàtues que obstaculitzen les voravies,
Detindre la comèdia dels banquers i els polítics,
Acariciar la nena que es tornà xemeneia al meu tabac.
(Quan pense en el teu cos, el brufol em fusella amb la seua mirada,
Al laberint de la nit, adore els erràtics promptuaris de la molsa).
En l’inhòspit i els murs només hi ha silenci.—Asils florint
Lluny de casa, trens, si de cas, als teixits de la llunyania.
Resulta un crim a la innocència perdre la camisa per damunt
De qualsevol dia de setmana: la negació no resol els residus
De les mosques, ni explica els colps de pluja als objectes.
El pànic sempre és ací com la ràfega il·luminant la nit.
El llenguatge és ací amb la salivació de la retòrica.
Als punys del poder hi ha anys de bilis: això explica el plat buit
A la taula, els moviments fracassats del Paradís.
La llapissera furga entre la pulsació de les parets —tensats grafitis,
Fatigada superfície desplaçant-se a través de la menja.
(Tota la teua llenceria verda reverbera com ocells a les meues temples;
Quasi rural em sembla la pluja damunt de les falgueres,
Les venes cremen la paella dels sons; l’esperó dels ecos,
Encabrita el brollador amb els seus rellotges).
Damunt de les columnes de la set, la tortura suporta el seu pavor.
No calen explicacions enllà de les conferències de premsa;
Tampoc no importa esvanir-se en una tassa de nitroglicerina.
Mai no torní a veure els peixos de la meua infantesa, excepte en la memòria.
Els meus ídols deixaren de ser candidats a premis mundials per la pau;
Ara són cadàvers o suor en la meua esquena.
No sé si és possible travessar en tren el càncer de les esglésies,
O refugiar-se en certes aigües a fi que ací no arriben els avalots,
Ni un siga despullat d’ulls i somnis.
(Pense en aquesta soledat sense hotels, en aquesta ruralitat dels meus peus,
En les síndries on hi ha un cor roig, trespol de sols negres.
Tot sent a un País en desús. Els camins, la roba, les parets.
Quan et veuré nua sobre la claredat d’aquesta respiració?
—Serà sense dubte, en una nit de xiprers).
Ara, em quede en un cementeri de finestres. Damunt del càncer
Dels dorments, els rails consumeixen l’última llum al mocador.
La pluja de la foscor abat les voravies: —la ferida no espera
Clarividències, ni la penombra fa anys de cristall.
Baratària, 20.VIII.2009






Crimen conjetural





Estoy cansado de estar muerto y ser.
JUAN EDUARDO CIRLOT





Una vez la monotonía se posa en el Universo, caen las begonias.
La desnudez del naufragio siempre es tensa comida para
Los amaneceres cuya virtual gestación desvanece las tormentas.
Las horas arden en el insomnio de la vida. Flores muertas
Las manos en el fuego, en cada recuerdo los cadáveres
Agonizantes, los espejos palpando la oscuridad de los estantes,
Las arañas como fotografías en las paredes.
A menudo los trenes olvidan las líneas del horizonte.
En mi camisa languidece el viaje de las nubes;
Hay jardines edificados por el espejismo de las pupilas:
—siempre es así la retórica del polvo, la escritura que recordamos
Ocasionalmente en las escaleras furtivas del aire.
La irrealidad tiene sentido en el antifaz de la hoguera:
Desde luego las mareas alteran el fluir de la historia.
Los peces miniatura enterrados en el pensamiento, las monedas
Amargas de la impunidad, la vida procaz de los zapatos.
Quiero hacer un circo con todas las estrellas colgadas de saetas,
Convertir en ceniza la melancolía de los relojes, vaciar todos
Los recuerdos, morder las estatuas que obstaculizan las aceras,
Detener la comedia de los banqueros y los políticos,
Acariciar a la niña que se volvió chimenea en mi tabaco.
(Cuando pienso en tu cuerpo, el búho me fusila con su mirada,
En el laberinto de la noche, adoro los erráticos prontuarios del musgo).
En lo inhóspito y los muros sólo hay silencio.—Asilos floreciendo
Lejos de casa, trenes, si acaso, en los tejidos de la lejanía.
Resulta un crimen a la inocencia perder la camisa por encima
De cualquier día de semana: la negación no resuelve los residuos
De las moscas, ni explica los golpes de lluvia en los objetos.
El pánico siempre está ahí como la ráfaga iluminando la noche.
El lenguaje está ahí con la salivación de la retórica.
En los puños del poder hay años de bilis: eso explica el plato vacío
En la mesa, los movimientos fracasados del Paraíso.
El lápiz hurga entre la pulsación de las paredes —tensados grafitos,
Fatigada superficie desplazándose a través de la comida.
(Toda tu lencería verde reverbera como pájaros en mis sienes;
Casi rural me parece la lluvia sobre los helechos,
Las venas queman la sartén de los sonidos; la espuela de los ecos,
Encabrita el manantial con sus relojes).
Sobre las columnas de la sed, la tortura soporta su pavor.
No hacen falta explicaciones más allá de las conferencias de prensa;
Tampoco importa desvanecerse en una taza de nitroglicerina.
Jamás volví a ver los peces de mi infancia, salvo en la memoria.
Mis ídolos dejaron de ser candidatos a premios mundiales por la paz;
Ahora son cadáveres o sudor en mi espalda.
No sé si es posible atravesar en tren el cáncer de las iglesias,
O refugiarse en ciertas aguas a fin de que ahí no lleguen los motines,
Ni uno sea despojado de ojos y sueños.
(Pienso en esta soledad sin hoteles, en esta ruralidad de mis pies,
En las sandías donde hay un corazón rojo, techado de soles negros.
Todo huele a un País en desuso. Los caminos, la ropa, las paredes.
¿Cuándo te veré desnuda sobre la claridad de esta respiración?
—Será sin duda, en una noche de cipreses).
Ahora, me quedo en un cementerio de ventanas. Sobre el cáncer
De los durmientes, los rieles consumen la última luz en el pañuelo.
La lluvia de la oscuridad abate las aceras: —la herida no espera
Clarividencias, ni la penumbra hace años de cristal.
Barataria, 20.VIII.2009