Foto de Music & Painting, cogida del FB de María
Bentancor Conde
ÁRBOL IMAGINARIO
(Agazapado en los minutos de la
piel, el ojo en las diademas del paisaje. Todo lo imaginario también lleva
cataclismos, en el paraguas el sobretodo de las carnicerías, los libros
impresos con sus estaciones, la lluvia que nos moja el traje, los prostíbulos con destinos pestilentes: ¿qué
proclama puedo escribir después de tantas furias? A diario, los patines de los
cosméticos, la última historia escrita en las postrimerías de la carne, el
cuento de hadas imponderable del prontuario y el violín arqueado de la noche
con el asombro manoseado de los ijares. A partir de los quirófanos cambian las
paredes del aliento, la aglomeración de mortajas en los párpados, las
contorsiones del azogue en el vaso que devuelve la humedad a voluntad de la
mesa.)
Siempre
vuelvo al árbol de la hechicería de otoño, resignado a la tarima,
y a la
percusión desenfrenada de las convulsiones.
¿Cuántas maneras del horror
soporta la cortesía, el césped del decoro?
—Sé que moriré en el intento de
salir del pantano. Aguas adentro,
los caballos de la desesperación,
la sospecha que se ahonda en mis brazos.
El árbol imaginario es ese blues
que divide las aguas hasta el límite
de mis huesos: existo quienquiera
que sea en los dominios de la sombra,
existo en los milenios acaso del
crepúsculo,
existo en medio del aire sucio de
las palabras, con lágrimas y tropiezos,
existo en la muchacha rota de la
risa, gris de luceros,
existo para hoy y mañana, todavía
mutando el hechizo de las alas.
Barataria, 25.II.2013
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