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lunes, 5 de noviembre de 2012

INTIMIDAD

Pintura de Tiziano Vicellio





INTIMIDAD




¿dónde están los ejes del tren que nos arrastra hacia la profundidad de la rosa negra expulsada del paraíso y trizada por mis manos?  ¿en qué sitió quedó el libro sagrado de las sábanas ese aserradero donde uno se ejercita  en el silencio más audible mientras los ojos descoloran los nudos del azúcar? ante cada noche que enfrento me aferro al paladar debajo de la semilla a todo cuanto hemos sido capaces de fundir desde el poema hasta el escapulario de tinta que engendra los orgasmos a veces fragmentado recorro las calles y cuento las baldosas de los sueños una a una como quien hace un inventario íntimo de la ráfaga que nos provee el umbral de la última lápida rotando en el fondo de la tormenta casi siempre derivan nuestros pies del golpe del césped absorbido en las paredes crecidas de los senos ¿moriremos algún día en aquello que siempre nos mantiene delirantes? quizá el manicomio enfurece nuestros dientes cuando el escalofrío fulmina este desollamiento apetecible cuando todo parece abrirse a los cuatro costados del mar respiramos la propia timidez cuando despojados de los ojos descendemos a la leche espesa de los ijares y a la transparencia que sólo da el calendario en el cofre de la nieve el litoral refrescante de tu sombra las bocas en la flor del magnetismo guardo cada palabra cada gesto guardo todas las noches negras y las visiones perversas del futuro  y esta soledad que siempre está conmigo: cada luciérnaga es un grabado de transparencia en el ojal rescatado de las fluorescencias un recinto donde se juntan la migración del aliento con la historia que nos susurra en la almohada nada es extraño pero también agonizan las palabras vencidas para los días venideros las telarañas colgadas de los aleros y hasta el pulso precipitado en la ceniza en medio de la bruma siempre hay nostalgias y pequeñas calles donde se fuma a deshora la hoja de los insectos en el barco de las sienes  nada se es cuando invaden nuestra conciencia las fotografías de Maldoror la ópera incalculable del esperma en el suplicio de la hostia levantada por el filme alrededor de la escarcha a veces es necesario morir en la infancia del alma para no tener que platicar con la metamorfosis del agua ni con el búho que se precipita en el pecho de pronto la única idea sensata es romper el poema y pegar los pedacitos en la ventana de la respiración del árbol cautivo

Barataria, 30.X.2012     


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