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jueves, 30 de agosto de 2012

FOLLAJE CLAUSTRAL

Imagen tomada de eljardinerourbano.com



FOLLAJE CLAUSTRAL




Desde las rendijas de la corteza láctea de los sueños, cualquier coleccionista de antigüedades ve colgado el calendario de la luna, en el ruiseñor que volando emerge del subsuelo del pétalo clandestino del oleaje. En medio de la hondura del estribillo del pellizco, la danza casi apocalíptica del cordero incauto de las penas, el remojo del ascua del pozo de los deseos, encima el bosque de cuervos zurciendo cada rama del grito, echado en el azúcar del ombligo. El claustro es absorbente. Me quedo aquí, jugando a huésped de cactus dentro del trasmundo entresacado del olvido, al florecido hurto de las pupilas que reclama fluviales arco iris, o coágulos de desnudez sobre la piedra de moler del nixtamal, el poyetón hacia el final del desvarío. Intuyo que este pulso no es transferible a la ceniza, sino al espejo fluctuante del zumo de la piedra tocada por las manos de la lluvia, insomne túnica del rocío sobre el diámetro seminal del sabor. No hay tiempo para el bostezo cuando en el cráter bracea inevitable el campanario en el domicilio de la arcilla. En la tierra de las ojeras de la noche, las cerraduras del tiempo destinadas al polvo, los cadáveres palpitantes de las aceras, la grieta hasta el fondo de la lluvia. Aquí, en este follaje claustral donde busco los peldaños del rastrojo, hay rotas sábanas y suspiros, y atrevidos fantasmas que cortan las ramas del aire. Entonces, busco la puerta para entrar a la normalidad, juego a las posibilidades de la levadura.

Barataria, 29.VIII.2012

martes, 28 de agosto de 2012

ARMADURA

Imagen tomada de libreriamichelena.blogspot.com



ARMADURA




Te miro siempre con esa armadura de obsesiones al punto de no ser,
sino un búho en la perplejidad de la noche.
Ahí, en la antesala de los libros, Antonin Artaud, Augusto Monterroso,
José Donoso: una compañía y otra hacen posible el latido corporal
donde el sexo sacude el árbol de la tinta, el otro mundo,
donde mis pensamientos duermen desnudos.
Entre el yo del yo de la lectura de cada poro en la estantería de las manos,
navega la estación mercenaria del semen.
Y como dice Derek Walcott, “La sal se acaba en cada fisura,”
hasta el punto, después, de respirar a través de las costillas.

Barataria, 26.VIII.2012

domingo, 26 de agosto de 2012

ALBOR DEL VIENTO

Imagen tomada de lasfotosmasalucinantes.blogspot.com





ALBOR DEL VIENTO




Hay al amanecer una mesa imprescindible, el guiño del rocío en el vitral del horizonte, la forma verde del pájaro validando las ventanas, el viento del azúcar en la esquina del olfato, el coro de hojas que disfruto desde este albor de tinta: he tenido tantos desayunos con esta epopeya, —vos, arriesgando las hazañas en ultramar, consciente de las carambolas de la hipérbole o el ensueño en la tabla de la anatomía. Al amanecer, claro, la niebla y el destino, ¿podemos anunciar los caracoles del mar, ungir de garzas las rodillas? ¿Podemos exprimir el vuelo con sólo la labor del sigilo y este color de grito de la esperma? Es hermoso el diálogo de los peces en medio de la hoguera del viento, cuando el espejo del día aprende la frescura, la claridad samaritana de los poros, el orgasmo a punto de abrir el pecho como esas estrofas del aliento en la lluvia. Yo simplemente soy un hombre con torpes dientes acostumbrado a la sombra de los tobillos, al eco de la piedra furtiva de la respiración: crecen árboles en el pecho. Aquí, me entrego, dueño de mis actos, consciente de las bardas cuando amanece. Todo es hacia el fondo: inicio mi oficio; en el viento, arde la leña de la tinta, el pañuelo de la hojarasca eleva sus aromas, vos en el eco del jazmín reavivado deshaciendo los nudos de la bóveda. ¡Podremos entender el equilibrio del tiempo? ¿Saldremos ilesos de esta candidez del sueño?...

Barataria, 24.VIII.2012

viernes, 24 de agosto de 2012

FECUNDACIÓN

Imagen tomada de la red




FECUNDACIÓN




El tatuaje es un desafío para los que anhelan la muerte. El abecedario no tiene intermediarios ni tregua, ni alevosos dientes: en la madrugada salta el animal gladiador sobre el primer plano del éxtasis, el bien alcanza cualquier redención a la mitad del cuerpo donde el desenlace es frenético y el despojo babea en los labios de los últimos tirantes de las estrellas. Huele a panadería en el reino de este mundo, tren del desvarío disputándose campanas, tierra adentro la espiga en su trono, la lengua se mete en las hondonadas de la alegoría, dura como el propio escenario del aguijón en una acumulación de lucha de contrarios. Por hoy, me da igual la oferta y la demanda: sé que su naturaleza es destructiva, rumiante humedad en la esquina inapelable del triángulo. Luego es hora de inventariar las pérdidas y ganancias, determinar la alucinación determinista, compartir el difícil trance de las glándulas, la siembra compartida de los estamentos ideológicos, la transitoriedad del atajo en el surco sembrado del aliento. En toda fecundación se ponen en marcha las leyes dialécticas: se abre el atrio del almácigo y se drenan respiración y saliva, sangre, fuerza física y hasta la inclemencia del barbecho y hasta el ojo del santo patrono a quien se le pide la buena cosecha. En el pecho gotean espesas esquirlas, la batalla que siempre comienza en las alas del cuerpo.

Barataria, 22.VIII.2012

miércoles, 22 de agosto de 2012

GUIJARROS

Imagen tomada de fotocommunity.es



 

GUIJARROS




Transcurridas las semanas,
respondemos a la herrumbre de los hierros,
allí, la ironía de las menudencias,
el gran silencio imposible de encontrar,
una armónica que no yerre en las contradicciones.

Barataria, 21.VIII.2012


martes, 21 de agosto de 2012

PROFANACIÓN

Imagen tomada de infojardin.com



PROFANACIÓN




A menudo la tentación profana las palabras, el sagrado huerto
de los sueños. Nadie se percata del pájaro que llama
a la puerta como un ermitaño confundido entre vigas y aleros.
Sólo yo me doy cuenta que la hipérbole de la esquina,
es otro ombligo congestionado de respiraciones;
y que, en lo selvático, me da por convertirme en taxidermista:
mi delirio húmedo se balancea en el galope de la estampida.
Barataria, 20.VIII.2012


lunes, 20 de agosto de 2012

BACINICA

Imagen tomada de eltemplodezeus.com



BACINICA




¿Y quién sabe si es otro libro líquido del cedazo,
la rosa derramada, de pronto en el tintineo de las gotas?
Y en su aroma, ¿quién ampara los destrozos,
el día a día volcado en su fervor? Sueño frente a cada conjuro,
espío el hilo que fluye y llega a los lóbulos,
hacia las sirenas dormidas en la orgía.

Llueve.

¿Qué dirían Magritte, y Miró en atención a los sueños,
al jardín a solas oyendo el desconcierto,
el ars poética del breñal o el balido sin cordura de los vilanos?
—El anciano junto a su candil cuenta el tiempo,
la horqueta de la noche de los recuerdos,
el pliego de suspiros que ahoga el papel,
la historia sin héroes sobre el césped silvestre.
La mujer, el hombre con sus vanas claridades.

Sin duda una locura necesaria,
hundirse en el objeto como otra forma de bracear en los andenes,
en el escondite goteando la miseria.
No hay traje alguno contra las inclemencias,
salvo las inclemencias mismas,
el ixcanal sin pulcritud,
las sucias aguas de los tragantes que la historia va derramando
en los televisores y los periódicos.

En el respiro el metal sordo del pedestal profano,
el violento mercado intransitivo de los hojalateros,
los símbolos inefables de las etimologías,
la razón de meditar en la teología
al punto de traspasar el ave fénix los ladrillos del muro de ceniza.
Advierto cada día que es necesario limpiar el amanecer.

Barataria, 20.VIII.2012

domingo, 19 de agosto de 2012

LLAMA

Imagen tomada de la red




LLAMA




Me dejas inventar mares y caminos, solemne perversidad del goce,
ahí donde la locura clava luciérnagas de azufre,
bisagras de una ciudad impaciente, cuerpo de mi incertidumbre.
El arquetipo es nuestro silencio, ¿saldremos, por fin ilesos?
El asombro siempre madura al trasluz del silencio. Vos, el primer incienso
de mis ojos, el ahogo en la proa de la fuga.
Barataria, 19.VIII. 2012
Dos de la madrugada

sábado, 18 de agosto de 2012

LAVATORIO

Imagen tomada de subsidiospastorales.blogspot.com



LAVATORIO




Bajo las aguas oscuras de la noche, el blanco curtido de la farsa. Fluyen los trechos dudosos de los dedos de los pies, el ritual diamantino de los séquitos, negra la conciencia, sinuosa la voz que quita la escoria. Jamás me fío del crepúsculo y sus manos sucias, de la laboriosidad inútil del pavimento, de los juguetes mágicos que sacuden las pestañas. En el rincón de la fragua, la palangana o el cáliz, la ablución de la espuma, el cisne del aire que vuela en la irrealidad y desciende, cadáver y fosa de la sombra. ¿Hay analgésicos para el olvido? ¿Pueden los pies revertir la perversión de las sábanas? Platiquemos de la alcoba, sobre la almohada, de los pecados capitales. Me pregunto si no son cuervos los que riegan el aceite en los calcañales, sólo la ceniza sin heroísmos, allí en el disfraz violento de la contrición. En la dialéctica no es fortuita la sobremesa, ni lo lavados de conciencia entre ángeles infieles. Al final, ¿qué nos lavamos? Estamos en la antesala de la saliva, desplegados en una meditación que va más allá del tímpano creciente de las olas, sin brújula, casi a merced de la tiniebla de los santos. En el suspiro solitario se muere sin abrigo: morimos arrodillados junto al granito, a esa porcelana amarga del aliento, refugio del contraluz del alma. Cuando estas escenas me invaden, renuncio a las especias y me quedo con el pañuelo que resume mi respiración. Lo demás ya se sabe. No sé si alguien ve el evangelio en la densidad de los cirios. Yo prefiero el pájaro de la poesía y el búho sangrante del anhelo.

Barataria, 18.VIII.2012

jueves, 16 de agosto de 2012

DESTINO

Imagen tomada de meteorodeperu.wordpress.com



DESTINO




Pienso continuamente en los jardines, acaricio el cielo y la ternura.
Hoy no hay muchos para reinventar los párpados,
en la franela roja de la luz, los días de náuseas acumulados,
el fondo clandestino de los armarios,
las miniaturas de barcos en el fondo de mi habitación.

¿Qué se hicieron las golondrinas y los silencios necesarios,
los antojos que a voluntad
del insomnio pululan en mis pensamientos?

Pienso que es demasiado tarde para las absoluciones.

Tarde para huir o quedarme,
tarde de todas formas para tener un cuerpo de urgencias:
tampoco el sostén de la noche es un refugio seguro,
salvo en las bodegas de mi propia saliva,
quizá en lo ancho del fermento del índigo.

(Las aves y la noche
¿Dónde están sus campanas?

Las semanas sin celda ¿dónde gritan?
¿A quién obedece mi voz en medio del grito,
sobre la colmena del petate?)

En la otra vida purificaremos bien las mandíbulas y la habitación,
los jardines completos como vos encima de la mesa,
el patio del mapamundi en mis aguas,
apretada en la lengua del amanecer.

El estribillo de su nido es mi puerto.

Me reencuentro con semanas de mapas y riesgos,
con las sombras redondas de los espejos,
escribo líneas largas sobre los poros,
deletreo la cábala la misma romería de la nuez en el celuloide
de lo insondable.
Aún no sé el rumbo.
El rumbo de los panes es incierto,
el juego ya no está al alcance de mis deseos.
Veo el paisaje y la lluvia.

(La utopía, creo, siempre es un árbol conquistable,
vos encaramada en el candil de mis ahogos.)

Barataria, 16.VIII.2012

martes, 14 de agosto de 2012

MUNDO INVISIBLE

Imagen René Magritte




MUNDO INVISIBLE




Por más que escondamos la ropa,
el mundo es mucho más visible:
oscuras rocas muerden el horizonte oscuro de los sueños,
de pronto la sed se nos convierte en un desierto,
las mismas oscilaciones del pulso en los dedos de las manos.
¿Dónde está ese mundo invisible que seguramente alguien invoca?
No existe.
En un santiamén todo el alumbrado por el destrozo:
hay ecos sin estupor en el paisaje,
cansancios que atraviesan los ojos y la espalda,
reincidimos en las lámparas acuáticas del suspiro,
quizá en un afán donde sólo somos huéspedes.
Nadie es invisible.
Y más, en este hemisferio contaminado de sombrillas,
de zonas oscuras donde trepan los oídos
como un vertedero de extenuante resplandor.
A ratos nos volvemos guerreros en medio de sombras inasibles,
elocuentes pétalos en ventanas oscuras,
tragaluces de las más rigurosas tribunas.
Entre voces anónimas también aprendemos a liquidar
nuestro ropero,
la claridad no evapora las cortinas,
sucede todo lo contrario;
tampoco las hace invisibles aunque así aparezcan
los murciélagos en las esquinas.
Uno cree,
a fin de cuentas que la memoria es un cofre cerrado
donde se puede confiar el pálpito. No es cierto:
todo está allí desollando nuestras sombras,
todo acaba siendo tórrida alegría, pequeños disparos
en la conciencia. Mientras el tiempo pasa,
el ojo profundo de las cosas nos deslumbra hasta el punto
de convertirse en escalera surrealista.

Barataria, 14.VIII.2012

domingo, 12 de agosto de 2012

DE CABO A RABO

Imagen tomada de la red




DE CABO A RABO




En no sé qué esquina, finalmente,
se reventaron los lazos del combate.

La respiración del mordisco fue leve como la opacidad del caníbal.

Toda vida también tiene derrotas:
las he tenido a montones, aún ladeándome de cabo a rabo,
entre cárcel y despojos, entre compañías y soledades.

En la horma de los zapatos,
encontré sólo relojes moribundos,
y los pómulos saltados de la ranciedad;
la tarima está dispuesta, al cabo, vendrán actores y actores
porque cada día tiene carniceros y fanáticos.

Al final de la función,
devolveremos los cuchillos con puchitos de palabras
para los taxidermistas,
Dios sabe sacar el puño enguantado
sin que alguien apele a las comprobaciones del habeas corpus.
En la Academia de la lengua,
a diferencia de otras academias o areópagos,
no hay hot dogs
ni hamburguesas ni vitrinas con carrosas.

(Mientras estiro mis brazos en plena madrugada,
vulnerado por el insomnio,
caen las hojas amarillas del calendario
mientras los profetas
echan al ras del suelo los sobrantes de las mesas.
En mi opinión, los intereses políticos van de un lado a otro
como en un rin.)

Al gasto público de los párpados,
se suman las trompetas de los aspirantes a caballeros,
afeitados y sin magullones, para validar los compromisos seculares.

Barataria, 12.VIII.2012

sábado, 11 de agosto de 2012

LECCIÓN ESPIRITUAL

Doña Rosa Serrano de López,
Fundadora de librería Clásicos Roxsil, El Salvador.





LECCIÓN ESPIRITUAL



A doña Rosa Serrano de López, in memoriam.




Era ya de tarde cuando logré llegar a la librería. Doña Rosita me hizo entrar, luego pase a la salita donde ella recibía con suprema amistad y generosidad a las visitas. Atrás de mí, un vientecillo suave, agradable, se dejaba sentir. Maestra y escritora sin afeites. Colocó un libro sobre mis manos, —escriba algo y fírmelo me dijo. Se trataba de El Libro de oro. Para mí, la primera vez que hacía algo semejante y que alguien, como ella, me tomaba en serio. Antes, lo había sido mi maestro don Luis Gallegos Valdés. Después de esa tarde, regresé con alguna frecuencia. Y, entre libros, compradores y venderos, siempre estaba doña Rosita, presta y diligente a la plática. Para muchos que empezamos a escribir allá por la década de los ochenta, ella se convirtió en un abrigo, diccionario y sabio amanecer. El zaguán de su sabiduría siempre estuvo abierto a la luz y a los predios de la palabra. Con ella germinó el almácigo de mis libros, los traía de cualquier parte del mundo para entregarlos, ponerlos en las manos de lectores, escritores, poetas, etc. Ella supo, como pocos, interpretar la herida existencial de mi poesía. Entendía perfectamente el desvarío de los poetas con una perspectiva tal que sólo ella, persona auténtica y poseedora de una delicada sabiduría, podía hacer. Sé que se nos ha ido y, sin embargo, nos queda su presencia, su impecable vocación de árbol. Silvia y Roxana siguen repartiendo los frutos de ese árbol: los libros que siempre engrandecen la Patria, tal como lo pensaba doña Rosita. Se nos ha ido la compañía, el abrazo fraterno y la jardinera mayor, pero queda la vocación como un salmo en el espejo. Queda la madera recia del alfabeto en cada buenos días que se desprende de los libros. Ahora me sumerjo en el atajo de la tinta: ella está allí con su respiro de alas, no con la mortaja. Ella está allí, en la mesa, en completa armonía y en la estrofa que el tiempo eleva a ventana de espeso follaje. Un día de estos el sueño se hará azúcar en su presencia. Será tinta fundamental en el proverbio de la historia.

Barataria, 11.VIII.2012

viernes, 10 de agosto de 2012

LUZ PRIMERA

Imagen tomada de es.123rf.com




LUZ PRIMERA




Para la noche que me viene, no quiero oscuridad
ni un silabario sosteniendo muertos.
Quiero palpar la luz primera del día, como se acaricia
un seno de cristal desde la ventana, luminoso,
endurecido por su esplendor.

(En aquellos años lo teníamos todo:
la luz total sin estridencias, el cuerpo sin exequias.
Teníamos la carne endurecida y bajo el arcano,
caballos sedientos de alacenas.)

Entre la muchedumbre atravesamos la ciudad entera
sin pensar en la muerte del tiempo y los maniquíes,
sin dejar el jadeo íntimo de las puertas.
¿Cuántos inviernos han pasado desde aquella desmesura,
desde el último viaje a la locura del estío?
Mediodías y prismas multiplicados en los alelíes,
sombras líquidas del alero en la memoria,
fragmentos de nostalgia cuando hurgamos en la memoria,
auroras urgidas en la profundidad del latido.

Para sorpresa
dejamos que huyera el ave de la primera luz,
el resplandor sencillo de la levadura,
¿tenía futuro, en realidad, el nosotros?
¿Era una vivencia o sólo una imagen
a la que le apostamos nuestras vestiduras?
El nuevo día, sin embargo, nos vuelve invisibles:
soledad y alma como una lápida oscura,
cosida con hilvanes de herrumbre.

¿Qué forma más inusual del volar de las gaviotas?
Quizá en adelante sólo el recuerdo,
la rama del viento que descubrimos en el alba,
el tiempo que nos dio su forma.
Pero la luz sigue ahí con su esplendor de ráfaga.
Al trasluz, el ave de rapiña del aliento de la muerte.
Yo, un poco tarde, ¿verdad?, para volver a abrir heridas…

Barataria, 10.VIII.2012

miércoles, 8 de agosto de 2012

CIPRESES Y VELÁMENES

Imagen tomada de casa-jardin.com





CIPRESES Y VELÁMENES




¡Cuánta resina vuelve a los días de la semana!
¡Cuántas horas de velámenes pasan frente a la ventana,
las de siempre tropezando en las sombras del diccionario
en ese clima de la neblina que provoca desánimos!
Hoy vuelvo al viento. Vuelvo de cara a los caballos del ciprés,
a la piel de la madera donde hay tantas palabras reescritas,
al vértice de la sal de los velámenes.

¿Podemos velar en la puerta del vacío la máscara que creció
junto a la fragancia de los muertos?
Sí, a decir verdad, los muertos huelen,
tienen un olor total de máquina frenética
e insomnio de diáspora perpetua.
Me pregunto al ver las tablas movedizas del oleaje,
si hay matorrales de abejas en el azogue,
en el sedimento despavorido del espejo,
en el agujero negro de la rotación de la aurora
en la lengua del vinagre,
si los absolutos tienen la velocidad de la luz
o es simple divagación de locos.

(Dejemos que las pérdidas del alma sean sólo alimento del nuevo orden,
el que de seguro se yergue después del caos.)

En cada prostíbulo gané terrestres tormentas:
siempre salí con la carne y la mente reinventadas,
goteando escaleras de mundo, como una cicatriz saciada de alfabeto.
En cada grito hospedé mi muerte,
arrebato enloquecido del trópico,
hipnosis pegada al césped del éter.
Entre cipreses y velámenes, las raíces y las aguas y la madera
y este bello fluir del fuego emanado de la ficción de la poesía,
del gran emporio de la sed repartido en andenes y relojes.

Barataria, 08.VIII.2012

lunes, 6 de agosto de 2012

MOTEL

Imagen tomada de tripadvisor.es



MOTEL




¿Te acuerdas del pajarillo náufrago en el pantano con fantasmas y olores degradados y las miradas excitantes del maniquí? En vez de la ola sobre el litoral, el vaho cunde las hebras de la revelación, azul de hélices en las gotas de la exhalación, altas esferas alrededor del parpadeo. Todos los meses tienen lujuria de cuerpos habitados acordes a la geometría de los pétalos, ahí, el tacto amorfo en la rotación despavorida de la asfixia. (Entre tanto, me gusta ver desde aquí, las telarañas del hacinamiento de la política y los políticos con sus negociaciones, cuánto vale el pago del asombro, la metida de patas en las alambradas, el empecinamiento de la respiración tardía en el centelleo de la nube disfrazada? Acaso, ¿todos estamos desnudos o moribundos? Vos, sofista de teorías en desuso. ¿Qué nos dicen los doctorados obtusos, el exhausto laberinto de la máscara? Al final que nos queda de las operaciones matemáticas, de la luciérnaga en las ingles, del sangrado previo a la esperma: envejecemos como viles mercenarios con cierta fascinación por la nitroglicerina; otros muerden el anzuelo de la cruz a la velocidad de un Jet, sin siquiera darse cuenta de la farsa, esa que ocupa los lugares privilegiados del Estado.) A todo esto añadimos, la poca claridad del cielo que hay dentro de estas cuatro paredes, donde intentamos el próximo orgasmo: pero nos falta el oxígeno de los poros, para el vaivén voluptuoso del trapecio. Con todo este espectáculo, nos llenamos de hambre, andamos de una esquina a otra, como es la costumbre.

Barataria, 06.VIII.2012

sábado, 4 de agosto de 2012

ORIFICIO DE LA HOGUERA

Imagen tomada de expresionescronicas.wordpress.com




ORIFICIO DE LA HOGUERA




No lo ves pero está en el aliento: es resina y arcilla y asombro, escisión de la tinta en la madera, en el pétalo disecado de las páginas del cuaderno, intensa caligrafía en el caballo de la sombra: alguien todavía vive en sus gotas de ordeño, colmado el conascaste de pájaros, engrandecido por respiraciones heredadas hasta el punto de propagarse en mis fantasías. Aunque de pronto hayan sordas palomas de ceniza en el tejado del pecho, la densidad de la brasa quema el huerto de los cuatro costados del cuaderno: así es el oficio de la orfebrería sobre el terrón de azúcar de la mariposa que decanta su vuelo para luego adentrarse en lo aledaño de las sastrerías del alfabeto. Durante las noches es más nítido el resplandor: suenan los metales de la resina, la lectura del cuerpo sin bisagras. Es otra manera, digo, de revivir la infancia, colgar piscuchas desde la punta impaciente del camino que erosionamos todos los días con el rostro; de hecho pienso en los nances curtidos de la humedad cuando deletreo el aprendizaje de las antonomasias, el símbolo o la alegoría del fuego haciéndose en las manos cada vez que froto la página del libro mayor de las imágenes. En el hueco de la memoria, sin duda, caben todas las luciérnagas con su disfraz de antorcha efímera, con su goteo de ecos al servicio de la tinta.

Barataria, 04.VIII.2012

jueves, 2 de agosto de 2012

SAVIA DE LA PATRIA

Imagen tomada de esteeselsalvador.org



 

SAVIA DE LA PATRIA




A Pilar Iglesias de la Torre

savia y patria delimitan, el país de la intemperie y la mentira
PILAR IGLESIAS DE LA TORRE




La Patria ya nació enloquecida de hambre, de hambre creciente como el óxido en los muelles, como el hierro en la piel del agua, como las aguas amargas de los azadones, como las grietas despedazas del olfato, como las sillas avergonzadas de la pobreza, como el tejido del asfalto a carcajadas, como los ataúdes sombríos de la ceniza en la quina esparcida del sufrimiento, como las repisas vacías de las alacenas con comensales nocturnos, caballos de galope de muerte, como astilleros junto a mares rotos, el mismo terrible País de cojos, doliente como la aguja que penetra en las sienes, como la brasa en los calcañales, encallada en el hondo suspiro del tiempo cárdeno de la piel, como la savia amarga brotada de los ataúdes, así, entre intemperie y mentira, fragua del polvo violento en el pecho, como grito roto en la garganta llegado de la cacerola del hambre, como el camino cubierto de zarza, sin que haya un mantel de alelíes, ni de verdades permanentes. Como el sudor petrificado del dolor, el País, ¿quién lo ama sin prohibirlo, quién lo decreta libre de miedos, quién lo pronuncia y lo defiende sin cadáveres, quién le siembra un grano de alegría, quién lo vigila sin disfrazarse de sordidez, quién lo duerme de par en par sin necesidad de jugar al escondrijo? —Después de hoy, quizá debamos pronunciarlo enfurecidos, difundiendo la noticia del rocío en vez de la hiel de lo sombrío. En vez de la arrogancia, el asombro, la levadura, el olivo, las manos que depuren cada hueso de la penumbra.

Barataria, 03.VIII.2012

miércoles, 1 de agosto de 2012

HORDA DE LA PENUMBRA

Imagen tomada de/taringajuegos.net



HORDA DE LA PENUMBRA




Palpita en su más primitiva escena, la piel oscura de la penumbra: sin disciplina ni moderación desuella el petate del calendario. Moribundas las camas derramadas en la ciudad, cada andamio ciego de las aceras, los sagrados escapularios de la transparencia, los dolores de cabeza de la lobreguez en su ahora de barcos oxidados: todo es confuso cuando la mar empieza a perder claridad, cuando los tendederos se llenan de pescado putrefacto, y los suburbios en rascacielos de niños descalzos. Sí, hay mucho de penumbra en las aceras de los mercados, en la bicicleta ruidosa de los sueños, negras ternuras que no caben en los delantales de las ventanas, sólo allá, en la próspera fosa común de los entuertos. Hay tantos desaparecidos que es casi imposible soñar con tranquilidad, sin que el mensaje y paisaje perturben, sin que las paredes dejen de beber la bilis mínima de la podredumbre. (Vos y yo, lo sabemos. Somos diferentes, imperfectos, aunque la oscuridad ejerza de campana de iglesia, siempre obedecemos a la respiración de los ángeles benignos. Aprendimos a caminar juntos en medio de la zozobra, a mantener la calma mientras el rumor del cuchillo pasa de largo, con su oscura hambre de abismo.) Sí, todos se han ido menos nosotros. Nosotros, los de siempre, avanzando en el océano, sin más armadura que los girasoles verdes del viento.

Barataria, 01.VIII.2012