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viernes, 15 de marzo de 2024

LABERINTO DE LOCURA

André Cruchaga


 

LABERINTO DE LOCURA

 

(Cierto, me pierdo en las brújulas de la hojarasca hasta el cuello del mar de los epitafios. En la profundidad de la flama la prolongación de los estertores del orgasmo y su hollín líquido de luciérnaga antiquísima. Siempre estoy más cuerdo cuando la luz se hace visible en la oscuridad: de la ventana borrosa de la respiración saltan las pesadillas y la vaguada inocente de mis pensamientos. En uso de mi plena facultad los tejados convulsos del sueño y el tránsito húmedo de tus ijares.)

Es un día feliz. Un día galopando alrededor de los talones.

La levedad inconsciente de los acantilados en las manos.

Un blues encrespado de nebulosas, carraspeos y ojos dispersos

en el arca de tus aristas de pastizal profundo.

A la cintura del ave, la batalla campal de la rama en las sienes,

la anunciación de recintos de levadura cortada con un báculo de astucia,

el principio del fin presentido del despeñadero.

En medio de la multitud la sombra del vinagre astral

y una armónica fermentada de obsesiones,

peregrino de cántaros y enigmas en los linderos ávidos de la brasa.

Crece la fundación de la sequía en el vaso cansado del alma. 

(Siempre que estoy cuerdo, la manzana de la discordia llueve debajo de la sábana.)

En la edad del tiempo siempre hay más de algún camino insobornable.

Allí, el pájaro repleto, redondo de las sienes…

Barataria, 2012

Del libro: «Insane Asylum y otros poemas para Koko Taylor», 2012
©André Cruchaga


 

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