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lunes, 3 de septiembre de 2018

BARCO ANCLADO

Imagen de la red







BARCO ANCLADO



A Alcira Teresa Luppi Hang



Era la madera sola comenzando a ser lo inmóvil, lo invertebrado del riesgo de nunca partir, las aguas flageladas de los paraguas, la lluvia desgarrada del moho, acaso aquel sarcófago, destino fiel de la locura, o el poema muerto que fluye en las palabras. (Sé del ojo que caduca en su propia elocuencia: sé de las manos de ceniza de lo irrestañable y de la soledad que desembarca en los espejos.)

Clausurados los reflectores del murmullo de la proa, los semicírculos cercanos del abandono; el destino que al abrazarnos nos circuncida, casi en secreto, como residuos calcinados de infinito. Sólo nos quedan los costados indescifrables del mundo y la materia perpetua del mar en los ojos.

Dentro de lo soportable, la escritura a ciegas, se nos agolpa, como ese fuego fenecido, ferozmente incendiado.

Al cabo, en el abandono, comienza a transpirar la memoria…

Barataria, 30.08.2018
Del libro: “Antípodas del espejo”, 2018
©André Cruchaga

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