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domingo, 21 de abril de 2013

AHOGO DE FUNERARIAS

Imagen cogida de
 lamuerteossientatanbien.blogspot.com





AHOGO DE FUNERARIAS




Sobre la mano desenterrada sale el despojo de campanas y aquellos pensamientos oxidados por el tiempo: cada mar abre sus ahogos los litorales desencajados de las pupilas  los abanicos de la madera crispados de sal en las plumas del ave siempre están presentes las funerarias el ventisquero y su carcoma incesante la camisa oscura de los vados: todo tiene un dejo de envenenadas horas ¿qué ojo germina en una tarde de claveles marchitos? ¿quién acude a bañarse a este río de funerarias cuando se perdió el imán de los fósforos?  El pulso de la muerte es fecundo en su austral descenso: he caminado en el paraguas del firmamento sin sentido (llueve en la madera el invierno del serrucho y la garlopa la vestidura rota de los pensamientos el aliento que galopa como leña encendida) al parecer no existe un tan solo credo que quite el cansancio de ahogos ansiedades y desbalances aquí de pronto se hace necesario traficar o trasegar el espejismo sin remedio de la queda: navego en las aldabas cerradas del sueño camino sin atinar el horizonte del rostro del rocío (es extraño el fermento de la madera y el hervor de la sienes en la noche y el ojo desconcertado en el sollozo y el polvo que borra la página existente: hijo del tiempo me quedo frío cuando se apagan las lámparas hijo de la sombra amanezco en la modorra del subsuelo hijo de las piedra me quedo en el silencio de la inclemencia) un día la edad ya no será apretado pantalón ni inmunda víscera aspiro a que cada menudencia mía sea el barbecho para nuevas sábanas mientras permanezco en esta casa yo expectante frente a mi humana condición de ciego: ¿de qué ala puedo asirme si no es la destino?  ¿de qué otra horqueta puedo desliarme si ella sostiene el balido de la historia la escritura cifrada de los días o el absoluto difícil de impugnar? (sólo sé que la madera me aguarda sentenciosa y ávida) hacia la noche las aguas amarillas de los pensamientos en pos del humo de los almanaques la saliva en el lavabo de la bocacalle taladrando la iracundia de los andenes algo quedará en el hueco de la desazón: los zapatos moribundos del semen o la simple gota del sollozo crujiendo como un filme negro (uno lleva la noche en los hombros como un invierno de liebres palpitantes) —uno —por cierto yo—hereditario de abrumadoras geometrías al punto de endurecer las fotografías  del conjuro  al final me quedo aquí —entre el destino y la patria— las funerarias el fuego sosegado después de todos los contrarios: amanece quiero que amanezca quiero que amanezca en mis costados quiero que amanezca en mis contados desde la rosa de fuego del cristal…

Barataria, 11.IV.2013 







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