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domingo, 16 de diciembre de 2012

NINGUNA ETERNIDAD

Imagen tomada de acatos.es





NINGUNA ETERNIDAD




Pero yo soy como un mago de teatro, él da la ilusión
que tiene la apariencia de la verdad.
Yo doy la verdad con el agradable disfraz de la ilusión.
T. WILLIAMS




Aquí ni siquiera el frío se junta con la nostalgia, ni hay asilo
para el alma: todo lo devora o disfraza la mensajería efímera
de las luciérnagas, la postal de ceniza, o la simple vigilia que asciende
como una condena;
—diremos que las estaciones son campanas efímeras,
hilos de irrevocables ecos y laberintos.

En realidad, nada sostiene cada uno de los juegos de la inocencia.
En los costados hay piedras de tiempos sangrantes.

A más días, sólo atraviesa el olvido como ave de mal agüero,
como todo lo que sabe a remordimiento, la escarcha en la boca,
o aquel desierto a dentelladas entre los dientes.
¿Quién nos juntó para hacernos vulnerables cada día frente al espejo?
¿Quién nos arrojó a esta crueldad maldita del páramo?
Quienquiera es devorado por la fuerza de la sal.

El miedo nos obliga a vivir entre la polilla del tabanco.
Cada uno atraviesa  estaciones de trenes arrastrando veranos y puñales.

Debajo del paraguas, la trampa de los relámpagos.
Las mismas tijeras habitadas de las sastrerías, la tinta en el patíbulo.

Barataria, 12.XII.2012


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