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viernes, 16 de noviembre de 2012

CON UN POCO DE TEDIO, MIENTRAS RECUERDO

Imagen tomada de unicouniverso.wordpress.com




CON UN POCO DE TEDIO, MIENTRAS RECUERDO




con un poco de tedio  mientras recuerdo los ojos fijos del asfalto el bramido silencioso de las aguas que se presienten al lado de las certezas reveladas a veces a medio sueño salen a deambular nombres extraños y sombras del otro lado del tiempo que luego empapan el aliento y los calcañales en la boca arrecian otras bocas empapadas ya de tráfico secular boticas cantinas comedores sastrerías peluquerías y toda suerte de calles y miedos no hay respiración en el papel salvo el puño que está sobre la tinta con la certeza de algún estertor mientras recuerdo  los pájaros se precipitan en el vacío arden los pacunes del santo rosario los restos del aire que gastan las multitudes las cárceles con su bullicio silencioso mismo que la memoria habita en medio de la niebla de los calcetines: algo he dejado de saber y ya no entiendo ahora por accidente o por inercia busco la puerta las paredes los relojes la geografía y tantos chunches detenidos en la trastienda de las conversaciones a menudo sin sentido cuando éstas han sido monólogos cercados por fronteras nunca sospeché que hay prisiones sin barrotes y abandono en la esquina de los grises lo debí haber tomado en cuenta recordando los viejos adagios los pormenores recurrentes de los secretos pero uno se aferra a ciertas lluvias e intemperies: al dolor por ejemplo a la permanencia de rodillas esperando al cartero a veces se insiste en la madera del olvido pero no llega en los sombreros negros del mal agüero  en los mediodías que escapan de la trinidad o en un pétalo rojo que amenaza la inocencia o al menos la tranquilidad son muchos más oscuros los parajes de las lápidas que esta enfermedad  de una muerte prematura arrojada al cansancio de la existencia por suerte en la confusión al menos existe la posibilidad de cerrar los ojos y ver la ropa de la soledad en los trenes de sal que consumen con severidad estas pesadillas de palpitación autista no sé si a la medianoche en el desvelo es la esperanza la que no deja dormir o es el camino que busca su salida presintiendo el perpetuo extravío: sé que ahora nadie recuerda la ofrenda y la lista de aromas  irrevocables ni el desasosiego a la hora de tropezar con las piedras no digo que rezo en mi condición de cementerio pero el frío como el bullicio son intensos: siempre es una suerte de condena lo perdido la compasión abarata los desfallecimientos prefiero esto último y despeinarme sonreír ante las escamas del misterio leve de garganta y de alas por si acaso hoy se detiene el cuerpo en algún lugar silencioso mirad el cerrojo del cansancio y la presencia del ciprés en los sonidos.

Barataria, 15.XI.2012



2 comentarios:

  1. ES admirable el "olor irrevocable " de su prosa; perfuma la estancia y purifica los escombros que se van deslizando en la encrucijada del vaiven de los ojos...

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  2. Gracias, Ana Delmy, por su comentario.Además de purificar los escombros como bien dice usted, sacudo mis propios demonios. Un abrazdo cordial.
    André Cruchaga

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