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martes, 6 de marzo de 2012

MEMORIA PERMITIDA


En realidad, la memoria no es un ente prestidigitador,
sino un cuaderno de relámpagos donde las imágenes
cuelgan con cierta propensión al magnetismo.
Imagen tomada de Miswallpapers.net




MEMORIA PERMITIDA




El arma para hacer fluir los ojos es la memoria: ahí, en cada página, salta como una gran calle, todo lo posible, las temperaturas inolvidables del aliento, las estatuas que de pronto hipnotizan en medio de la noche. Hoy, recuerdo rostros sólo con fe de errata, luciérnagas ciegas en la escarcha de las flechas; el naipe de la saliva en el subibaja de la ola del náufrago, me hace pensar en las leyes de la gravedad de la risa consumida en el viento líquido de los sueños posibles clavados en la memoria. En realidad, la memoria no es un ente prestidigitador, sino un cuaderno de relámpagos donde las imágenes cuelgan con cierta propensión al magnetismo. Mientras las sombras se hacen evidentes, limpio las paredes del alba, lavo el taburete del frío, le cuento al oído historia de pájaros, la razón que tengo para abrir la alberca de los peces, donde el estío cabe en un vaso. Sin duda ya vendrán tiempos mejores para que la ropa se hermane con el cuerpo y la memoria sea un granero pleno.

Barataria, 28.II.2012

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