Imagen de André Cruchaga
ACECHANZA
I
Una caricia a la distancia,
Pulula de hambre en las estrellas.
II
En el pergamino del agua,
Las ramas del cielo son transparentes.
III
La única tempestad que conozco,
La descubrí en los fantasmas de la ducha.
Barataria, junio de 2011
Querido André:
ResponderEliminarDebo admitir que te prefiero extenso -Poeta-, que te prefiero prolijo, aunque, esta ACECHANZA se me introduce suave y melancólica, se expande fértil y se reproduce en réplica.
El distanciamiento entre tus anteriores posteos con esta novedosa -para mí- modalidad causa un ablandecimiento en mí. Lo breve me encandila -lo sabes-, me estremece leerte en estos límites que impones en la escritura, dada su magnitud de imagen y metáfora.
"Una caricia a la distancia
pulula de hambre en las estrellas"
La distancia aunque sea una palabra, tiene su grado de repercusión en el organismo del tiempo y el lugar, sin duda -André- hay que experimentar lo incierto y la certeza de cada kilómetro de soledad y de silencio, y en este brevemacechanza donde se refleja claramente las intenciones que crean tus carreteras.
Este sábado me resulta grato en el hallazgo de tu cuaderno cielo entre caballos.
Un beso eterno para ti.
Marina Centeno
De hecho Marina, hace años escribí para cosas así para los periódicos: algo ligero, procurando que la puntada fuese certera. Ahora, sin embargo, he retomado de nuevo esta forma, para darme un respiro. Esos poemas, diarios, extensos, tú sabes que requieren más que disciplina que por supuesto la cultivo con devoción, a menudo, casi siniestra.
ResponderEliminarTe agradezco el comentario,
André Cruchaga
Para beneplácito de tus lectores -André- rescatar tus líneas breves, resulta agradable y sustancioso. Eres un Poeta visceras y carne, de cielo y espesor, de nubes y ciudades... entiendo lo exhaustivo que resulta la escritura ante la índole que abarca lo tuyo. Tu cuaderno siempre es un espejo profundo entre la realística y lo onírico. A veces -cosas mías- hallo pedazos de ti, o casi todo, en cada párrafo, fragmento o entre letra y letras. Sin duda, desde que te leo, entiendo lo sublime de la entrega ante el papel, el suicidio del "yo", entre comillas, y lo grato que resulta el quehacer.
ResponderEliminarGracias, nuevamnete, por este hallazgo.
Besos!
Marina Centeno.
Dices bien, poeta, y lo dices tal cual es mi concepción de la poética: "EL SUICIDIO DEL YO". No concibo de otra manera esta entraga ritual del día día con y para la palabra: realismo onírico, sí; quien entiende mi poesía, en lo prundo, no sale ileso: quema las brújulas y los calendarios, los barcos, los trenes, las estaciones, los astilleros. en cada palabra, un seno ávido emergiendo del Ave Fénix.Estas astillas, balastros, etc. son de pronto mi relax, mientras, sigo escribiendo ese otro poema, largo, tendido, de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo, agradecido,
André Cruchaga
Un abrazo,
André Cruchaga
Sé que mi acoso a tu escritura es de un tiempo corto, pero me resulta extenso el tiempo dada su profundidad y su marea, el voltaje que irrita mi piel y la expansión de la nebulosa. No salir ileso sería -André- faltarte el respeto, en el aprovechamiento de tus formas en esta disciplina, la repartición de tus ritmos y la palabra justa en el momento ídoneo. No, no sería capaz de no dejarme perder en el laberinto de tus hollos, ni dejar que me saturen tus sombras.
ResponderEliminarMe tendrás acá, quieras o no, y no es broma. (jajajaja)
Saludos y abrazos, Poeta.
Marina Centeno.
Sé que ambos nos tenemos especial fascinación: esa escritura de irreparable desnudez; y no es acoso, no, esta devoción --diría yo de afectos--, es la memoria que atisba los corderos del alfabeto, la respiración en trance del galope. Así, siéntete tranquila en este cielo a caballo que, de pronto, puede no tener alfombras, sangre y espejos.
ResponderEliminarUn abrazo,
André Cruchaga
Pues, dirás que es masoquismo o simple placer sedentario y contagioso, pero, en este cielo encuentro como discernir mis emociones, en donde espejar mis cicatrices, la luminosidad de tus luciérnagas y la expansiva oscuridad de mis raíces. A veces -André- creo escuchar mis olas rompiéndose en tus cercos o tambien creo ver a mis estrellas haciéndote sombra... en fin, la imaginación es basta, mientras se le permita. Y yo me lo pemito.
ResponderEliminarSigámonos, pues, fascinados en este mundo que de irreal solo tiene el nombre, porque te siento tan real como este sol yucateco que irrita mis hormonas (y vuelvo a sonreir)
Besos, Poeta.
Siempre es gratificante surcar las aguas en navíos inefables, en astilleros donde los párpados, tienden sus redes o hamacas. Esta es creo, la ambrosía de la palabra: el mutuo trueno del galope.
ResponderEliminarGracias, por tus palabras.
André Cruchaga
Y en algun lugar -André- (estoy segura) han de juntarse las palabras , amalgamar sonidos y hacerse eco, pronunciarse en los recovecos del espacio.. o simplemente apaisajarse... en fin, me estoy poniendo cursi.
ResponderEliminarSin lugar a dudas, estos brevemas han hecho impacto en mis emociones que a raudales se juntan para desembocarse.
Feliz sábado, André.
Marina Centeno.
Muchas gracias, poeta, por todo este caudal de impresiones substanciosas.
ResponderEliminarUn abrazo,
André Cruchaga