Entre el aserrín y la polilla, sangra el murmullo de la Madera:
el alero del ansia con toda su herencia destructiva, el cráneo
carcomido por la náusea, el barro sin válvulas hasta la garganta;
en la sed de los brazos, la miseria de las puertas,
las fechas viscerales del polvo,
el aliento agrio del comején sobre las lámparas.
CÍRCULO DE LA POLILLA
Everybody try to show me, how to ease my troublin' mind
Everybody try to show me, how to ease my troublin' mind
When the big boat come along, to just jump on in behind
MEMPHIS MINNIE
Entre el aserrín y la polilla, sangra el murmullo de la Madera:
el alero del ansia con toda su herencia destructiva, el cráneo
carcomido por la náusea, el barro sin válvulas hasta la garganta;
en la sed de los brazos, la miseria de las puertas,
las fechas viscerales del polvo,
el aliento agrio del comején sobre las lámparas.
Un día soy, sólo una curva flotando en las palabras, —la misma luz
en la correntada de tanta oscuridad,
otra identidad inventada al abrirse los sueños,
la jaula decadente ondeando en el péndulo del calendario.
Cerca estoy del reino de las monedas sin cauterio, reino corredizo
del asco, casi a la altura equivocada del párpado,
del matapalo encantado mordiendo la lengua;
tartamudeo en el radio de la equidistancia, abierto al círculo
del vaticinio, a los amargos estertores de girar alrededor
de mis testículos,
detrás, cortinas confusas, el nosotros invisible, salvo en el zumbido,
salvo el de la mosca falsamente para en la imaginación.
Salvo la guitarra de los sabios ahondándome en su propio vahído,
salvo la luciérnaga en su taburete de aprendiz de la luz,
el sonambulismo de los anillos en la quebrazón de meses del espejo,
la abeja imponiendo su vuelo de libérrima fantasía.
Siempre me adelanto, en sigilo para ver mis sueños, aunque sea
el mismo sueño del día anterior,
el mismo de ayer,
el mismo de anteayer, de la semana pasada, del mes pasado: mientras
esté en incubación, muerdo el clítoris de las orquídeas,
el pubis lacio de los helechos, el círculo del ombligo, la yema fresca
de los lirios, el carámbano de cielo del coraje,
el fondo convertido en la página en blanco. Siempre es lo mismo:
la llanura impura del ojo, el semen en la horda del cumpleaños,
La celda ocupada por los poros,
el panal de sol en el caballito de madera halando trenes,
yendo en el almácigo del respiro como el ojal transcurrido de la noche.
Amanezco dentro del cero de los puntos cardinales, —vos, yo,
Depredando la sal en el plato de la escritura junto a la argolla
De la noche donde aúllan los perros y el ronquido del cine mudo
Nos embriaga hasta volvernos en blanco y negro,
Igual que hoy, ayer, la semana pasada, la antepasada…
Quizá un día muramos de cansancio, de girar en el mismo círculo
Sin pena ni gloria, sin un sombrero antibalas.
Barataria, 02.III.2011
Hoy es el circulo de la polilla, pero siempre dejan tu verso un circulo de resonancias que alerta al que gusta de la belleza.
ResponderEliminarNo puedo más que quitarme el sombrero, y gozar de su verso enjundioso y rico.
Un cordial saludo, admirado maestro.
Amigo Perfecto, gracias por tu comentario; me alegra que te haya gustado el poema. Y también me quito el sombrero para saludarte junto a la honra de tu visita por estos lares de la polilla.
ResponderEliminarUn abrazo,agradecido
André Cruchaga