Cuando la luz traspase el musgo, sea el ala la que encienda
El horizonte. Sea el caballo rojo de la verdad. Sea el tobillo ciego,
Iluminado el que prolongue el sabor de la piel.
El horizonte. Sea el caballo rojo de la verdad. Sea el tobillo ciego,
Iluminado el que prolongue el sabor de la piel.
Me aburren los tiempos del modo subjuntivo.
Autor de ilustración: ZdzislawBeksinski
LA LUZ QUE ES VERDAD
…bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;…
ARTHUR RIMBAUD
ARTHUR RIMBAUD
Cuando la luz traspase el musgo, sea el ala la que encienda
El horizonte. Sea el caballo rojo de la verdad. Sea el tobillo ciego,
Iluminado el que prolongue el sabor de la piel.
Me aburren los tiempos del modo subjuntivo. Sale caro el precio
Del potencial. Cuando viví tuve una carpa de dudas. Me devoró
La fragilidad de la verdad, cuando la iniquidad alimentó la emoción.
Las lecciones de sabiduría se las dejo al desamparo
Y a la ignorancia. Así, la razón la ocupo para cosas más sutiles:
Jugar con el oficio de las olas, inventar arlequines en plena ruta
De los desencuentros e incluso ponerle sombrero al amor al prójimo.
Nunca la luz es totalmente cierta. Los ciegos la cambian de lugar:
El tacto es la llave que el viento utiliza para sacar el pan
De la oscuridad. Para que el río oscuro del pecho gotee
En las ventanas, en las estrellas que chocan en la nariz, o en las cejas
Despobladas de los panales sin sol.
La única luz que es verdad es la cebolla en el entresueño.
La flauta yerma que vivimos de la justicia.
La hiel que llena la página de los poros.
La felicidad no es más grande que un grano de mostaza, ni cabe en todo
El instante del orgasmo.
Ni las sábanas anulan la propagación de los colores. Ganamos
Cuando tenemos la certeza de la profundidad de los puñales, cuando
Cuando el miedo destapa los juguetes de la noche.
—¿Quién, realmente cierra los ojos ante la farsa? Sobran canciones
Lúgubres para mis oídos, la libertad en los sótanos de la sarna.
Seremos lo que sea ante la moda de los molinos: ante la demasía
Hedionda de los mercados,
Ante la cabeza expuesta a las catacumbas.
—¿Qué luz tiene salmos y domingos?
—¿Qué fosa no pudre los latifundios de la semana sin que alguien
Organice su propio mundo? —Escrito está que los sótanos seducen.
Dentro de poco la lisonja será investida de ventana espacial.
Dentro de poco la luz será desterrada a los infiernos: obrará en el hueco
Del embuste, —o seguirá obrando como hasta ahora, disfrazada
De pecho y mano y sermón y discurso y arenga.
Por si acaso, debemos acostumbrarnos al juego de naipes y al baile:
De esta forma sentiremos menos torpe el puñetazo, y la celda tendrá
Su propia rebeldía.
Por si acaso nos espía lo inmutable —¡vaya paradoja!—, debemos
Volvernos niños y cantar en los cantares de la fosa común
De las esferas…
Barataria, 09.V.2010
Subrayaría cada verso tuyo, tienes esa forma particular de crear paisajes únicos y al mismo tiempo tan familiares para mí. Siempre me quedo encantada (literalmente) cuando visito ésta tu casa.
ResponderEliminarUn abrazo
Marian
Pues no dejes de visitarla, poeta Marian. Esta casa es para quien se sienta bien visitándola. Poesía sin fin, búsqueda desde los intrincados ríos del subconciente. Me honran tus palabras y tu presencia preclara. Yo también celebro tu poesía de memoriosos espejos.
ResponderEliminarUn abrazo de ANDRÉ CRUCHAGA