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miércoles, 21 de octubre de 2009

Así llegarás tú al país-André Cruchaga

Un día menos pensado el agua rebasará los pájaros. Y sobre los nidos,
Quizá el hombre nuevo, el País nuevo, el árbol nuevo,...
Fotografía tomada de: "xaloctours.es"








Así llegarás tú al país






Así llegarás tú al país lavado y desierto de tu desafío. Hasta
entonces, sin fechas fijas, lo irás edificando.
RENÉ CHAR





Entre cuatro paredes nadie lava sus pecados. Nadie arriesga ni el dolor
De muelas, ni el riesgo es menos en las letras iniciales del alfabeto.
Hemos navegado sobre la savia temblorosa del tacto;
Ardido en las sombras de las botas, golpeados por las culatas,
Descendido con la boca besando la tierra, a puntilla limpia, sin poner
Resistencia ni meter las manos.
Siempre fuimos ciervos sin ternura, directos al matadero.
Nadie apartó de nosotros las breñas mortuorias. El sabor y el dolor
En la noche, la sal sobre la cara ante el temor, el aire agotado
Del aliento: cárcel a fin de cuentas desafiando los sueños.
Ahora el desencanto. La brutalidad desnudando la conciencia.
Ahora la espuma y no el azúcar vertido en las alas.
No son distintas las cosas al latir de la sangre de antaño.
—No recuerdo si he despertado escuchando palabras nuevas.
Si las palabras dicen algo nuevo, si son frías o húmedas en los párpados.
La confusión no se nutre de espejos, ni la piel cambia sus poros
En la noche, ni el País se lava hablándole al oído con rumores de mareas
Moribundas. El País se pierde en mi aliento.
En los límites de la zozobra, la tempestad es cierta, el latir de la piel
Es cierta, los ecos de los fusiles son ciertos, los miedos a la violencia
Son ciertos, los témpanos de indiferencia son ciertos, la genuflexión,
Los cementerios sometidos al hacinamiento son ciertos.
El adversario tiene poderes plenipotenciarios: la víctima es sujeta
A cerrar sus párpados. Resulta imposible desarmar estas piezas
Del ajedrez, los personajes que redundan en la incógnita, los esquivos
Del perfume, los que abolieron toda vida posible.
Toda síntesis es contraria a la agonía que vivimos. La agonía sólo es
Un gesto de la descomposición y de falta de memoria.
Hay que llegar al cero quitando los dolores de cabeza o cualquier
Enfermedad para hacer posible la nueva escritura, sin duplicar espejos
Que deambulen siniestramente en la noche.
No sé si es posible, a fin de cuentas, eliminar toda sospecha. Al cabo,
Los gestos son otra manifestación de las palabras.
No se pueden poner espejos en los cuatro puntos cardinales. Nadie necesita
Más vigías, sino una porción del arco iris, un paisaje menos tétrico
Que sea indeleble frente al destrozo,
Al vacío que nos dejan las garantías constitucionales.
—¿Cuándo llegaremos al país, sin patéticos sobrenombres, ni alcancías
Hipotéticas, sin figuras que cultivan el vacío hasta la muerte?
—Al abrir las palabras nos hundimos en el desierto. Ellas, por desgracia,
Carecen de polen, de zonas de reguardo para que la desnudez no parezca
Un prolongado texto nihilista.
Un día menos pensado el agua rebasará los pájaros. Y sobre los nidos,
Quizá el hombre nuevo, el País nuevo, el árbol nuevo,
El tiempo sin las muecas del pasado.
La vida indivisible de las palabras sin muertos por hambre…
Sólo la vida digna sin traumatismos y fracturas…
Barataria, 18.X.2009

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