Ilustración: Collage
Navidad, sí, navidad
A Dina Posada y María Eugenia Lizeaga,
Poetas entrañables.
La estrella es tan clara que
No todo el mundo la ve…
Luis Rosales
Las escenas del aliento son las mismas:
—augurios, destellos de arcanos,
Incensarios en las sienes, mientras en el fondo
De cada pecho, amanecen ojos húmedos,
Ilusiones, disfraces y velámenes junto
A un mundo sin estrellas.
En el quicio de la puerta, hecha de adobe y bahareque,
Un niño desvela sus ansias, peregrina su mirada
Ante el juguete que no tiene: —rostro húmedo
Y mirada perdida en el maltrecho horizonte
Donde el viento quiebra el respiro
Y jugar se vuelve una viga muy pesada:
Entumecida soledad, estampa incierta
Que no sosiega el seno de la madre laboriosa,
Ni la mañana radiante que se cuela en las tejas.
Navidad, sí, navidad. Un vaho de tristeza
Entorpece las pupilas. ¿Dónde queda el asidero
De la sed y la resignación de la lágrima?
¿Dónde esta navidad deviene accesible y fosforescente
Como los Cuentos de Hadas e implique amor
Y tierra de vínculos más allá del hervor y la caducidad
Publicitaria?
Santa Claus no visita los pesebres,
Ni los renos bajan en romería para saciar el hambre
Que aletea sobre casas mudas.
Tengo un diciembre de resfrío, de heladas cucharas,
Perros callejeros de olvido y una esperanza
Que se ahoga en el alcohol;
Humeante niño dios del cuento, herido de fiebre,
Atrozmente mordido por los cascos del azogue.
Diciembre desvela su cadáver de carnaval:
Rosas heridas en el umbral del sueño,
Calles con sigilosa azúcar, crepúsculos de sal,
Al fondo de elefantes de olvido y vejamen.
Toda la memoria tritura cigarros; dormidos techos,
Roncan la velada de la costumbre:
Imaginar diferente es ver con lucidez el caos,
La perpetua veleidad de las ciudades,
Con sus cuerpos de pabilos ensangrentados.
La navidad se demora con sus canastas navideñas.
¿En qué olvido se quedaron las súplicas y los deseos?
¿En qué balcones las ventanas son la Vía Láctea?
Desde mi casa veo una caravana de arcas.
Desde aquí, pasan mojados, el laúd de la noche
Y las siluetas de alegóricos establos
Donde los espejos fluyen en “colosal acechanza”.
Barataria, 24. 12. 2007.
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Navidad, sí, navidad
A Dina Posada y María Eugenia Lizeaga,
Poetas entrañables.
La estrella es tan clara que
No todo el mundo la ve…
Luis Rosales
Las escenas del aliento son las mismas:
—augurios, destellos de arcanos,
Incensarios en las sienes, mientras en el fondo
De cada pecho, amanecen ojos húmedos,
Ilusiones, disfraces y velámenes junto
A un mundo sin estrellas.
En el quicio de la puerta, hecha de adobe y bahareque,
Un niño desvela sus ansias, peregrina su mirada
Ante el juguete que no tiene: —rostro húmedo
Y mirada perdida en el maltrecho horizonte
Donde el viento quiebra el respiro
Y jugar se vuelve una viga muy pesada:
Entumecida soledad, estampa incierta
Que no sosiega el seno de la madre laboriosa,
Ni la mañana radiante que se cuela en las tejas.
Navidad, sí, navidad. Un vaho de tristeza
Entorpece las pupilas. ¿Dónde queda el asidero
De la sed y la resignación de la lágrima?
¿Dónde esta navidad deviene accesible y fosforescente
Como los Cuentos de Hadas e implique amor
Y tierra de vínculos más allá del hervor y la caducidad
Publicitaria?
Santa Claus no visita los pesebres,
Ni los renos bajan en romería para saciar el hambre
Que aletea sobre casas mudas.
Tengo un diciembre de resfrío, de heladas cucharas,
Perros callejeros de olvido y una esperanza
Que se ahoga en el alcohol;
Humeante niño dios del cuento, herido de fiebre,
Atrozmente mordido por los cascos del azogue.
Diciembre desvela su cadáver de carnaval:
Rosas heridas en el umbral del sueño,
Calles con sigilosa azúcar, crepúsculos de sal,
Al fondo de elefantes de olvido y vejamen.
Toda la memoria tritura cigarros; dormidos techos,
Roncan la velada de la costumbre:
Imaginar diferente es ver con lucidez el caos,
La perpetua veleidad de las ciudades,
Con sus cuerpos de pabilos ensangrentados.
La navidad se demora con sus canastas navideñas.
¿En qué olvido se quedaron las súplicas y los deseos?
¿En qué balcones las ventanas son la Vía Láctea?
Desde mi casa veo una caravana de arcas.
Desde aquí, pasan mojados, el laúd de la noche
Y las siluetas de alegóricos establos
Donde los espejos fluyen en “colosal acechanza”.
Barataria, 24. 12. 2007.
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