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viernes, 25 de diciembre de 2020

PERSIANA DESLEÍDA

 

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PERSIANA DESLEÍDA

 

 

“—No fabriqué con cera mis alas clandestinas.” Tampoco

el equipaje fue desvarío al momento de repensar los litorales.

Fue solo rodar en párpados erosionados

o en páramos de persianas desleídas o en relojes de sintaxis

oscura como una mosca a pie de página del musgo.

Supe al duplicarse las sombras de la doble utopía,

que éramos una falsa ráfaga a punto de ser solo ceniza añejada.

Perdimos el fulgor del génesis al instante de olvidar la piel

y aquel fuego de los vellos en la boca.

Luego uno se resigna al amargo presagio de las escaleras,

a los blancos ijares cubiertos de risa, al animal aferrado

a ciertos lugares, a los muslos del salmo desesperado.

Ante la clandestinidad, el litoral de sal, dócil, de la complicidad,

y ese infinito de la fuga marcado por el exilio punzante

de la esperma en un universo errático de espejos.

Aunque el ala aterrada cese en su conjuro, la luz o la noche

siempre se ramifican en la lengua implacable de la locura.

 

Del libro: “Invención de la espera”, 2020

©André Cruchaga

 


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