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jueves, 4 de enero de 2018

ALTA

Alta, Utah





ALTA




Muerde mi luz
con el océano, desguarecida huida de sal
aspira clientela del viento
desde el paisaje surgiendo del alma.
Nelly Sachs




Durante nuestro sueño pasamos largas horas de desvelo.
Sobre el escombro de abetos,
inauguramos nuestros zapatos,
y le robamos a las fotografías,
el cielo puro de la fantasía.
Una flor blanca abre toda nuestra felicidad.
Olvidamos, de pronto,
los atados de dulce, por esta sombrilla
de paciente blancura.
Cae y nos desangra la nieve en las ventanas.

Cae sobre la sábana
el borbollón de ríos inasibles, la sal del aliento,
la paradójica nube del ansia,
el gentío con sus pulmones abiertos.
Cada día, aquí,
oficiamos la música en el pecho.
Antes, nunca pensé en tanta página en blanco
para reescribir tanta lejanía,
ramas circulando en el otro costado de la sangre.
La luna se confundida en los días de la semana.
Es decir, no hay tiempo ni lugar,
ni otra magia que la entumezca.
Al pie de los zapatos la balanza espectral de la saliva.

Little Cottonwood Canyon, el Rustler Lodge, dan la sensación
de estar en un tren alado, envuelto en espejos.

Caminamos, obsesos, sobre la oscuridad blanca de la noche.

Afuera, el frío trota, como una brasa conspirativa.
Justo en lo indefinible,
hay lagos que el desvelo convirtió en hielo;
sábanas cristalizadas de pinos,
bosques fermentados.
Al fondo, lenguas pétreas de hielo,
peces congelados.
Los ojos quedan yertos sobre el altorrelieve de la nieve galopante.
La dicción demora en ordenarse,
arde la temperatura en los dedos.
Muerde la rosa blanca del paisaje.
Cuando me asomo a las ventanas,
veo la fuerza del entorno,
el instante inventariado en la memoria,
el estanque quieto de la naturaleza,
el nosotros esperando que salga el sol para calentar los huesos,
el mediodía puntual de la intimidad.

Cada caminata es un espejo diurno de lluvia y follaje.
Desde lo alto de los cañones,
la autoconciencia de las alacenas,
las horas de desayuno, el café negro,
las horas salidas de la altitud de las palabras,
las horas sin señales matemáticas,
las hojas sufrientes de la estación.

En Alta, escribo en mi cuaderno el olvido:
el vientecillo se encarga
de hacer leve,
el agua fatigada de Heráclito.

Alta, Salt Lake County, Utah, diciembre de 2010
South Sniderville Basin, UTAH, diciembre de 2010
Del libro “CUADERNO DE SALT LAKE CITY”, 2010 (Inédito) 170 pp

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