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viernes, 6 de octubre de 2017

IMPOSIBLE OLVIDO

Pintura cogida de Pinterest






IMPOSIBLE OLVIDO





¿En qué orilla de la rosa el olvido imposible del pájaro o los guijarros? ¿Es acaso sólo espejismo? En el reverso del columpio siempre estoy recogiendo los pedacitos de infancia y las aguas maternales para el cauterio hay una parva de ceniza desangrada en la oscuridad olvidos suciedades soportando la traición recurrente de las tapicerías no es posible enterrar los pulmones en la hojarasca ni saberme distante de mi viejo petate de los tiempos indemnes en la memoria se me escapan de las manos las fotografías desasidas en este aquietar los límites del umbral nada tiene sentido cuando uno ha dejado de revisar los adioses ni reconstruir el paraguas de saliva de lo insondable siempre queda aquí el interior de los poros y los discursos luctuosos del sollozo no siempre una sola palabra anticipa la oscuridad es la boca la que abrasa esos días de crepúsculo entre las manos son las mutilaciones las que rompen los relojes seminales de la sombra la ausencia en el tórax proscrita en la horqueta de la medianoche (ignoro por cierto qué abrigo tiene la piedad si es únicamente una mancha en el cuerpo un narcótico un altar para los paroxismos sé de la tiranía del harapo del perro de piedra en mis desvalijamientos también de las reliquias que me dejan las pesadillas y su plegaria de grito en el pocillo del alba siempre pervive la sangre en el manicomio de mis siempre o nunca silencios oigo caer los pasos de la noche y el vacío de los mapas y los diversos rostros del viento sin itinerario) en medio del andrajo toda la deriva de mi domicilio se jerarquizan las castraciones y las vísceras el sofoco que propicia la huella de los latigazos o el estrago del ave muerta entre los dedos de las manos: pertenezco a esos depósitos con la soga al cuello a lo apenas muerto de palidez y al frío sordo en medio de sumergidos lupanares siempre he querido disolver o borrar cada una de las miradas que me juzgan ahora enloquecido de nudos ilimitados ahora cuando las moscas tensan la tarde en los parques y mi respiración atardece en la hoja seca siempre digo que olvidaré pero siempre hay palabras abiertas como heridas ensartadas en el aliento en el fondo uno siempre tutela el refajo de la desnudez y el sesgo que golpea las rodillas y el abrazo mortecino del suspiro en mi humedad de ciénaga todo aquello que uno es capaz de soportar en los hombros o la espalda: detrás del bebedero de los candados las ásperas madrigueras del desvelo y la piel creciente con sus agujeros
Barataria, 23.IX.2017

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