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viernes, 29 de septiembre de 2017

RITUAL DE LA ENAJENACIÓN

Pintura de Antoni Tàpies, cogida de Pinterest






RITUAL DE LA ENAJENACIÓN




En los saqueos del aliento también las aguas y sus dominios cotidianos el sofoco y sus envolturas domésticas los utensilios que se usan para el ritual de la enajenación: en presencia del catecismo de moho los cenáculos de la noche muerden la entraña cada quien desteje las telarañas de la intemperie quizás las oscuras perversidades de los túneles al conjuro de la hoguera me adentro a los abismos a los lenguajes de filo de los roedores: frente a la viscosidad de un sollozo el subsuelo de la penumbra alberga los estrechos desvanes de los poros la abeja que finge su propia capitulación (asciendo a los paisajes oscuros y a sus sinónimos le presto a mi sombra el umbral de las puertas las obligaciones perennes en la memoria quizás Flaubert o Sartre o Joyce en aquellos diálogos de probable abismo quizás las distancias o cercanías deseadas de Pérez-Reverte en el “Tango de la guardia vieja”, a lo mejor las suplantaciones en “la invención del amor” de José Ovejero en el vendaval se descuajan las nitroglicerinas el destejido del Hades y su piel de catarata desposo la mosca en el jardín de tu boca asido de cuellos degollados de nubes compuestas de bengalas es tangible el alfabeto de Freddy Krueger en el silabeo de las estribaciones o en el ruiseñor desnudo del vilano ahora que le doy vuelta a la página de las semanas recuerdo los manuales de los naufragios y todo cuanto de amor dan los circos las tarjetas postales las cartas clínicas de los vacíos pulverizados usted es un laberinto en mi lengua hirviente un infierno de explosiones y cabalgatas un golpe hondo y turbio como el hambre de una tumba cubierta de asfalto sobrevivo al fragor de mis goznes pese a los accesos cerrados de las ventanas pese a los estragos de los pies en el pedestal de la muerte) —ante la asfixia que habita en las ruinas del mundo siempre Nadie frente a mis ojos siempre los damnificados de sueños la dura escuela de los meses y los inexplicables funerales de los parques pero el pájaro respira en los encajes de la piel diluye eclosión y rescoldos ay la hora nona en Vallejo o los ojos bajo los candelabros de Eliot: pienso en el pólipo de los balcones y en el pecho deshojado de la cobija y en la sombra de Caronte…
Barataria, 2017

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