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viernes, 8 de septiembre de 2017

PÁJARO CIEGO

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PÁJARO CIEGO





La geografía toda arañada por mis dedos: uñas de fuego  habitadas de bocas desvergonzadas desvisten al país en mis devaneos perversos hay lejanías en demasía como la que se llora en los calendarios sin tantos hormigueros y malicia sin tantas fatídicas muertes y expedientes de oscuras falsedades por todos lados me reclama el hambre de los muertos y la discordia no necesito revivir la náusea de los cementerios ni el pájaro en fuga de las espigas de la tristeza ni el pétalo deshabitado de luz y el buitre de abismo de mis párpados a veces copulo en las sienes de los próceres o en el cordero de la flama del estupor uno muere en el jengibre subterráneo de lo animado en el alambique cortado de los pezones tiernos en esas estaciones penitentes a las que uno llega de rodillas y sin equipaje a veces sólo desdoblamos el olor del epazote o el cilantro y dislocamos la sonoridad del zumo las arritmias visuales de las ojeras inoperantes en el mundo de la reuma de todo declaro mi amor a lo inocuo y a su equivalente de semen del amanecer tan transitorio como la luz en las trompetas del éter tan públicos como como los eucaliptos verdes de los atrios o el silencio sepulcral del cielo (río con voz funeral y transgresora río tras las rendijas arrepentidas del país sobre la larva de los gusanos en mis uñas sobre las heces cercenadas del murmullo río sin disimular las alcantarillas el golpe de alfileres en mi aliento en tu baúl de monólogos en la pocilga de suspiros de mi piel a veces en las cadenas de televisión de los pañuelos o en demasiado folclor de los prostíbulos)  —me queda la satisfacción  moral de las lavanderías y la minoritaria refutación del papel higiénico la defensa exponencial de las axilas y la incisiva totalidad de los maniquíes y el disimulo maloliente de los sombreros ante la sexualidad primordial de las osamentas luego he de considerarme cuerdo por amor a esta ebriedad de los párpados por amor a la fosa de la desnudez y a la plegaria podrida de lo indemne a ratos los armarios son como los meses negros en una habitación oscura pero claro esto lo digo por mera desesperación ferozmente amorosa a tu vientre a tus ijares encendidos de derramados ángeles soy un feligrés de tus pechos mientras me ahogo en tu ombligo (pese a mi ceguera pinto siemprevivas)
Barataria, 2017

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