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martes, 1 de agosto de 2017

VENTANA PETRIFICADA

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VENTANA PETRIFICADA





Ahora me duele el mundo de las palabras los metales predestinados del horizonte y la ventaja de las altas temperaturas al momento de atravesar el aliento muerto de las navajas en las aguas caídas en el mentón de la angustia la sombra  acaso la sombra de lo humano— los equívocos y sus extensas faltas de ortografía los silencios y sus muchos recuerdos la lluvia oculta del cuerpo en fuga: después nos alcanza la hondura de todos los ahogos el habla indefinida de la caverna los mundos crueles impensables de la fragmentación la cetrería petrificada de los taladros o la polvazón pulcra de los despojos después de todo no existen los absolutos por ello es bueno darles un puntapié cremarlos junto a los calcetines sucios y los viejos zapatos las palabras me recuerdan que existías al final resulta más sencillo de lo que uno se imagina escapar del hambre arder sin quemarse reemplazar el dolor por otras depredaciones aborrecer sin destruir la conciencia difuminar los pensamientos en el humo que borra la ciudad nada queda en el golpe salvo el golpe a secas en la cerradura están abiertos los ojos de la sangre la flor que me ofreció en ráfagas el polen la ira la condena el jabón de la adulación de los lavabos nunca creí que las sombras fuesen incendiarias y que por error hay buitres en las esquinas de los altares nunca creí en la deidad por sumo que fuera el delirio: claro todo se paga no hay saldo benigno al momento de hacer cuentas después del sigilo caemos hasta los umbrales de la nada dejo que descansen los huesos de mi tristeza el ave de la noche en mi pecho la última palabra como una mortaja de todo el oleaje del cadáver que somos de todo el mar que nunca fuimos de todo el bosque que nunca tuvo hojas de toda la sal siempre inmóvil en la ventana entre la lucidez de la deriva quedan ilesas las estaciones del zodíaco y la claridad que nunca tuvimos desde el primer respiro ser sueño únicamente la presunción de la ausencia y el amargor presentido del bullicio y la sola ráfaga de hojarasca: de petrificadas ventanas está hecho el nudo en la garganta aquel sollozo barato en la premura del cadáver…
Barataria, 2017

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