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sábado, 26 de agosto de 2017

OBLICUIDAD DEL TIZNE

Imagen cogida de Pinterest






OBLICUIDAD DEL TIZNE






Antes ni siquiera sabía de los recuerdos ni de la anatomía solitaria en este matorral doméstico del calendario ni de aquel llamado del insomnio de los escombros: desde el mercado caduco de los manifiestos las formas inasibles de lo inmóvil y los años que pesan literalmente cuando la niebla desfolia los ojos me anula el nombre de los pájaros la diafanidad del agua desprendida de los automatismos estas ganas de encontrarme con lo recóndito morder a latigazos los juguetes robados al viento mientras la confusión en mayor en las esquinas de algún ciempiés de las pesadillas en la legión homérica de los ataúdes hay instantes merodeando el teatro en las arenillas del crepúsculo sangran los muchos tiempos de espinas el ala de agua del cielo el musgo de olvido que tienen las postales los diferentes sorbos de los calendarios  en la boca los restos de las palabras el vacío de remiendos de las vocales y esos muelles del absoluto donde uno siempre anda solitario (y eso que nunca te confesaste con palabras sino con pañuelos) a ratos me resulta torpe ese juego último de trenes cortada la aorta del juicio de la anemia disfrazada de blancura en estos tiempos donde cualquiera blasfema es un disparo no mayor a tanta sabandija (todo estaba pensado para hacerte memorable) a menudo se impone la pancarta con ese sabor de olvido y nos queda la mancha de tile de las vísceras y los huesecitos del escarabajo de lo que omitimos (siempre pensé en tu atalaya aunque me resultara doliente) a fin de cuentas nuestro reino era el de la noche y la oblicuidad hasta para jugar a los juegos mayores de los enclaustramientos: a veces me da por pensar acaso en el otro país  en el que vos y yo crecimos haciéndonos cosquillitas ausentes de la violencia hoy inevitable como la incredulidad a veces mordiendo el oleaje de tu ínsula trasparentando la noche en el torrente disolviéndonos en las cacofonías del crujido fluyendo en el verde de la ofrenda luego nos toca amordazarnos en el plato de mudez de los olvidos o en el pez hermético de la cerradura  o del poder fáctico de la monotonía ahuyentado el sueño sólo nos queda la sospecha y aquel amuleto roto del ala
Barataria, 2017

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