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martes, 2 de mayo de 2017

PALPITACIÓN DE AYER

The Natural History Museum, 1943 - Paul Delvaux






PALPITACIÓN DE AYER




Es la sombra y su conjuro, el canto estacionario de la niebla.
Alguien —entre líneas—, persigue y arranca mi aliento. Alguien.
Me he llenado inesperadamente de tantas miradas vacías.
Llueve junto a mi remoto país; gotea calcinada la noche con sus vahos.
Pienso en el alba y en la desembocadura de aquel fuego: ¿qué herencia
nos guarda entre el vuelo roto de la hoja?
¿Qué camino hay que seguir entre tantas cosas trágicas, entre la costura
de los aullidos y la desesperanza de una lágrima?

Vos caminás en medio de enmarañados chiriviscos;
de seguro, entre pájaros abollados por las inclemencias del tiempo.
La escarcha muerde difíciles palabras mientras danza en la entraña
y enceguece de lunas secas y sudarios e huesos.

Ladran los caminos en tanto reconstruimos la historia de los sueños.
Tan desnuda es la ceniza que transparenta nuestro grito.
Volvemos a la calle a buscar el zodíaco y la luz que sueñan los relámpagos.
Desando el ayer y toda su tortura:
en la mirada, la tempestad de mi país y sus calles oscuras, las agrias maderas
de los féretros, las curvas del hedor en los cántaros del follaje.

Me dicen que en la concavidad de los espejos, se ve el azogue de las heridas
y el sexo manchado de sangre en la oscuridad de los dinteles.
Crece el pálpito cuando todo el diccionario de tus poros aprieta mis sienes.
Barataria, 2017






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