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lunes, 20 de marzo de 2017

HORAS CONTADAS

Pintura de Paul Klee





HORAS CONTADAS




Ya estoy acostumbrado al territorio de los desasosiegos a esos lugares donde no se sucede la claridad: la celda hosca y fría la carcajada acuosa del reloj el grito desclavado de los megáfonos los tobillos ensangrentados del polvo y esta suerte de urgida tristeza todo parece impávido frente a los pájaros duelen los sermones de las bacinicas en las diéresis de las paredes morimos de esdrújulas en los moscardones igual sucede con el moho de la barbarie mientras uno se abrocha el aliento desesperan los escupitajos de la esperanza y las semanas de diccionarios en el sollozo y los domingos en las esquinas de las tumbas me confunde el nido de humo del tabaco y esta felicidad ávida de hormigas y esta secreción seminal de multitudes en el ayuno siempre las horas encuentran sus aguas móviles en el hipérbaton en el gruñido de saliva de los apóstrofes duele esta suerte de fósforos que se rehúsan a los tobillos: en los ojos las horas incoloras contadas del escalofrío sobre la hojarasca (siempre hay sed en los brazos aun cuando el olvido sea enorme siempre hay arrugas en esa otra ventana de los olvidos y hay también nombres que nos arrinconan hasta quebrar nuestra respiración: se muere de caminos se muere de fotografías se muere de preguntas e historias de taburetes ciegos se muere en dosis pequeñas de espinas se muere de rodillas cansadas y de llaves y puertas y deudas de alegría)

Después del tiempo el apuro de los desmoronamientos y la memoria:

la tierra de la última suma el silencio oscuro mamá allí con su pecho oprimido
y su mirada salpicada de árbol…
Barataria, 28.I.2017

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