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miércoles, 8 de marzo de 2017

ENTONCES

Imagen cogida de la red





ENTONCES


Entonces es la herrumbre la gota efímera del tiempo.
Es el tiempo el taburete de sal
                                                   sobre la sombra
                                                    y las ojeras de la madera y el sucio paladar
de la neblina, del barro, de los olores cansados del oleaje.
(Si acaso del ojal desfondado, los arpones corroídos, la madera.)
En la cara descompuesta del viento uno piensa los sonambulismos
del aullido, los fríos bostezos de la solemnidad.
—Vos, con la soga al cuello de las incertidumbres,
con este rasguñar la lengua del asfalto y el absurdo de las respiraciones
                                                                                          carcomidas de hollín.
Uno gasta los zapatos, muerde la hoja de  bruma de la nada,
                                                            el ala deforme de la ventana,
el umbral y su dintel de pólipos en la garganta.
Ignoro hasta dónde llegan las vocales de los sarcófagos.
Tampoco sé de la onomatopeya fúnebre del cuervo, de los peldaños
                                                            inasibles de las telarañas.
Tampoco sé de todas las infancias fenecidas en la medianoche.
Supongo, después de todo, que uno debe adivinar la ternura en los burdeles.
Barataria, 14.I.2017

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