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domingo, 31 de agosto de 2014

ASEDIOS

Imagen cogida de la red




ASEDIOS




Entre las espinas que asedian, el nudo de los pensamientos en la garganta.
Toca fondo el pecho del agua en la salmuera, la hosquedad y sus fragmentos
de astillas: todo el abismo afilado en la sombra de los zapatos.
¿Hacia qué rumbo cardinal derribo los muros de la patria y esta acumulación
de deshoras y los nombres con sabor a vinagre de los espejos y los héroes?
Debajo de la sábana, el grito quebrado
de todas las rejas oxidadas: el apotegma o la falacia, el circo compartido,
la saliva cóncava de ciertas bocas, los genes seudopitágoricos
en vísperas siempre del ascua.
¿De qué orgasmos de astronómica apoplejía nos salvamos o huimos?
(El crimen resulta ser tan rentable como el silencio.) ¿Quién le gana la batalla?
Aprendimos a dividirnos en la ceniza. No somos el ave Fénix, ni deidad alguna.
Apenas, amnésicos candelabros en la castración del escupitajo.
Barataria, 29.VIII.2014

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