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viernes, 9 de mayo de 2014

EL TIEMPO

Imagen cogida de la red




EL TIEMPO




El que dude, antes de proseguir, debe llevar a cabo una sencilla experiencia.
Tome un revólver cargado y como jugando aproxímeselo a la sien,
inmediatamente sentirá el anuncio de una nueva primavera y el licuarse de
las piernas del mundo que se niegan a sostenerle. Si no dispone de razones
en contra, dispare, dé paso a su masa encefálica, distribúyase como el sol
al mediodía equitativamente, abandonando su orgullo de verticalidad. La
dulzura que en torno se extiende no es comparable sino con las violetas que
deja crecer una mano que se enfría. Una a una las banderas interiores irán
saliendo. Paz, Paz, Paz.
Juan Larrea




Es hoguera u oasis la página amarilla del horizonte desde donde se arrancan todos los claroscuros de la piel: en la ventana esta libertad marítima los relojes de sal en medio de las aguas de la luz un poco la fugacidad en la esquina de los parques de pronto la polilla gris en los faroles y las sombras que pasan como sombras abandonadas más allá de la linterna y mi esqueleto el teatro y lo que inusitadamente va acumulando la memoria: quizá nada recordemos ni tengamos las armas para desliar la teoría del reloj ¿envejecen las palabras igual que la sangre? ¿gime la carne ante el hierro de los espejos el grito cansado de las aceras? el tiempo es sed y mácula tiene úlceras y pústulas e infiernos esplendorosos el tiempo nos espía en la mesa de noche el quinqué con su mecha furibunda en los paraguas burbujea la sal del ojo la mano de incógnito de los tuertos quizá el bostezo en la danza del cuerpo quizá la soledad que nos produce el Estado a través de sus estructuras menguadas por el vértigo uno ve en la palestra los engaños zodiacales del espejo los semidioses platónicos el Arca insalvable de Noé las pesadillas en los apagones de la luna negra ¿en qué ceremonias Dios no está presente? cada oído vierte caracoles sonámbulos busco el nombre de los días inevitables la hora en que el silencio se despoja de su abanico danzante pienso que la almohada tiene alma ¿platicas con la almohada? la tinta tiene sus propio océano alguien me habló de la metafísica del instinto yo soy hombre feliz junto al perro que me acompaña a veces el miedo llega hasta el alfabeto en adelante evitaré la ambigüedad de las palabras del catecismo me cuesta entender a los oradores con revólveres y a los cementerios destinados al turismo me cuesta entender la fe sin un pájaros o una rama en los autorretratos siempre se puede intuir el nahual que acompaña a la sed me da pena mucha pena la demografía de las elipsis y del hipérbaton en esto también caben las cacofonías también la hojarasca cayendo al foso común de un vertedero (un día seguramente la decrepitud me hará genuflexo no es mentira cuando el apetito cuenta los peces en la atarraya y los psicólogos hablan de terapias y ciertas espinas de cauterios y los políticos de un plan de nación) desde el tejado es la misma historia de las estatuas uno ciego se las imagina tal los resabios sociales el tiempo es un laberinto en el tapial de la eternidad a veces la resignación es el ethos del subconsciente en su didáctica nos ilusionamos con la lejanía ¿quién se atreve a desnudar la ley del diluvio, la cultura de las armas desde la infancia? he aprendido a cuidarme de los vacíos existenciales de la pared que entrampa los sentidos entre las imágenes de las semejanzas y diferencias, el ave triunfa sobre la armónica del viento el cuervo es solo el instrumento de los adoradores de la cruz a través del tiempo me he quedado con la estética de los jardines digo con el imaginario doméstico de la vigilia no con los obeliscos de la impotencia ni con la vida a cuestas de los cangrejos (a veces creo que el tiempo nos nació enclenque) vos con tu vocación de disfraz el sudor de los relojes en el lagrimal y la humedad haciéndonos gárgaras en el ojal perforado del alma ¿quién vive sin la parodia de los alfileres en la pared fría de los determinismos? supongo que es la nostalgia quien se encarga de pintar de amarillo o sepia las fotografías este mar de zancos del ciprés salta la hemeroteca del anarquismo: me fascinan los contrapesos de las tormentas y su convicción de armadura férrea para combatir mi hoguera el tiempo es el mejor diseñador del destino quiero decir de este surtidor de paradojas si algo sucede es la mariposa de la muerte y la libertad absoluta de los sueños…
Barataria, 27.IV.2014

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