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martes, 1 de abril de 2014

YA ES TARDE

Imagen cogida de la red




YA ES TARDE




Pero no tengo necesidad de girarme, para saber que detrás de mis espaldas
es ya la tarde, ni para saber exactamente lo que allí está pasando. Sé que si
me girara vería aquella playa a la que alguna vez me he acercado en sueños,
sembrada de animales fósiles,
ramas de coral y el mar cubierto de hormigas aladas.
Salvador Dalí




Frente a los ojos destellantes de las rocas las sombras adictas al musgo ciertas ambigüedades en el sombrero de la viscosidad cuchillos en la pecera de los ojos sol metálico en la centella de la cicatriz en círculos las pestañas degolladas de los párpados (no te rías del reloj promiscuo de la tarde ni de las ingles que pelean por desmoronarse) en la hora tetelque del crepúsculo el único molde posible es el absurdo y no el campanario donde naufraga el badajo de la gran pipa colmada de ramas no es la mano la que se extiende sino el gusano de la cúpula el aceite de bacalao en la herida de los muertos éstos que por doquier esperan ataúdes millones de gritos como una inyección letal en las postrimerías del cordero y los paraguas (ya es tarde te lo he dicho) es terrible tarde para el hambre que se produce en la almohada voy junto a la palidez que se deja ver en los labios la noche junta todos los excrementos (y en ello hay cierta ternura) junta los ahogos de los periódicos marchitos aquel establo de parto prematuro donde la piel se desgasta sin sentido y duelen las coyunturas de la sal mordiendo el número par de los pezones: ¿en qué maniquí has cobrado vida? ¿en qué ojal palpita la lengua su desnudez? ¿con qué grafiti se escribe la Nada y su secuela de vacíos? te llevas estos ojos hartos de cemento y calles el desvarío nunca ha dejado su andadera ni esa lista de alcantarillas que absorben los zapatos somos y no somos nunca hemos sido somos esa burbujita breve rota por el aire la jaula donde gime la sospecha la lejanía es un peligro para la boca ignoro la risa del pubis en la languidez de las manos: todo de pronto es compuerta síntesis de lo inevitablemente humano ¿hay pretextos para el sueño? siempre hablamos de los territorios del ahora mañana los domingos las astillas el yo profundo en la lectura de la caja de Pandora pero la luz tiene alambradas aunque sean pasajeras en el pequeño silencio nuestro el eco de las armónicas un blues en los amarillos estrafalarios de las elegías vos me mirás como ese perro de la melancolía que llevo a cuestas desde que descubrí el silabario de las aldabas ¿en qué momento la avidez se tornó mortaja? ¿de qué transparencia nos habla la mesa de la palabra el ijillo de los chunches de los coleccionistas? dime que hay pájaros en el relámpago de lo inminente dime pájaro para reconciliar las esquinas de las ramas dime alba para ver el costado del azúcar de la memoria del estrépito dime ferrocarril y barco dime viaje y caverna y campanario que nada agonice en la garganta que nada nos indague sino el olfato en medio de las entrepiernas del sueño  que la luz sea no el desarraigo ya es tarde —me dices— con una linterna en las manos mientras deshago los algoritmos del alma allá las trece monedas entre cirios de dudosa salmuera las lombrices de tierra en el bolsillo para carnada y este principio sin final de ninguna simetría…
Barataria, 24.III.2014

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