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jueves, 13 de marzo de 2014

GARRA DE CUERVO

Imagen cogida de la red




GARRA DE CUERVO




una voz se entreabre para mostrar su oscuro deseo
el amante negro sube las escaleras arrebatado por
la danza frenética
Aldo Pellegrini




Sobre la rama agonizante del crepúsculo vocifera y rasga el cuervo: sus garras encorvadas tocan la aldaba del sigilo la carroña que siempre está a disposición del charco de sal convulso de los transeúntes en la temeridad de los días ninguno pasa desapercibido ningún día es inocente no hay misterio en los zapatos de la muerte sólo madrigueras allí de pájaros fríos pájaros como gotas de noches indecisas  plenitudes castrantes por donde avanzan las sombras  ¿quién se anticipa a abrir el ojo de la cerradura, a morder lo inverosímil de la zarza sembrada en el pecho?   son meses aviesos allá las embarcaciones dispersas de la niebla heridas las manos de tanto atajar las losas anónimas de muchos respiros (vos quemás mi pecho cualquier meditación que rumia en la memoria cualquier vacío que nos deja la historia amarillas bicicletas trapos viejos y otros tiliches de menor cuantía y otras almádanas retorcidas en la lengua y otros presentes que sólo caben en los sepultureros y sus códigos de epitafios) no sé si alguna neutralidad posible haga lo suyo mientras trasciende el bajorrelieve de la saliva te escribo en última instancia una arqueología de lejanías creo que vale al menos la pena picotear las esquinas de los sobres el crimen garrapatoso de los amantes  rompernos las vísceras en las páginas superponer la locura de los periódicos pinchar la piel de las doctrinas hasta desinflarlas nos volvemos irreconocibles en la uña del maniqueísmo  en el testamento mutilado por la marea cuando abrimos el espejismo nos encontramos con la enredadera de las plumas manchadas de sangre el ijillo de los arcanos es atroz  como los velorios en el mercado de la poesía nosotros sabemos claro hacia dónde van las aguas estamos a punto de ponerle otro nombre a los desgarramientos tu besos y el beso acendrado inaccesible confuso para otros esperamos que crezca la resina del entresueño para contar por puchitos la luz una nube sorda y ciega un abismo del tamaño de los escapularios  el jazmín convaleciente del ungüento después de todo conjugamos inocentes la aspereza la llave mineral de las abejas la piel profética del paraíso creo que jamás dejaremos de ser corderos siempre estará allí la mística turbia de la ceniza el matapolo sacramental y ahuecado de ciertas palabras de ciertas aves de cierta identidad hecha a merced de las migajas es así cuando escucho la hermosura de ese trino ahuecado como un caserío despoblado así de profundo es el lugar donde cava la vigilia sé que mis brazos y pupilas son inútiles hay relámpagos que carecen de cordura y en cambio es patente la afasia  la voz deliberadamente oscura a ratos asumo mi propia nulidad siempre vivo amordazado por el poderío estéril del sollozo siempre fugitivo e inasible pidiéndole a los ojos que no se cierren siempre la intemperie delatora de mis redundancias la historia imposible con sus máscaras los estertores acumulados en los albañales y la odisea negra de los relieves ahora es obvio morderle el cordón umbilical a las sacristías al velorio permanente de las lámparas a la astilla de ocote del inconsciente  a ratos naufrago en la campana de mi sangre en cada golpe de pecho que doy frente al espejo: vivir da igual después de todo morir a perpetuidad rasgado por el cuerpo de la borrasca picoteado de cabeza a pies desabrigado por el mundo (con tu jerga ya me habías dicho que nos salvaríamos casi de manera inmisericorde por eso no he impugnado trenes ni barcos ni piscuchas creo que un día negaremos nuestra propia memoria y eso está bien para nuestra salud mental)…
Barataria, 01.III.2014 

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