Imagen cogida de la red
BAJO
FUEGO
Bajo el
fuego los espejos quebrados de la garganta. Las llamas muerden
los jardines
y el follaje de los aserraderos.
En mi último
periplo consumí los invernaderos y las ventanas y calles
y los
cojines y la almohada donde ciegas cantan las estatuas.
(Hoy sólo es el tatuaje que tiene
su propio devaneo en los ijares.)
Pasado el
viento, es otro fuego en el ojal del calendario; cada hora carbonizada
tiene los
tejados derrumbados,
y esa
hojarasca atónica de pétalos cerrados…
Barataria,
18.I.2014
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