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martes, 26 de febrero de 2013

BARBECHO

Imagen cogida de la red





BARBECHO




I searched for a foreign land, for years and years I roamed
I gazed a gazeless stare, we walked a million hills
I must have died alone, a long long time ago…
NIRVANA




(A mereced de la piedra de toque del incendio que consume el pecho, el ciervo ungido en la penumbra del frío de madrugada de las ergástulas: veo la pira en el nudo del aliento y los vaivenes húmedos del espejismo, el altorrelieve donde declinan mis sienes y el sostén con sus dos hemisferios suspendidos. Gira el siamés del arcano de la herida al encuentro del ave con las secuelas del  trasiego. En la frente la bifocalidad de la quimera, las hélices comprimidas de las poleas: en las dos porciones de tierra para el barbecho, a piejuntillas, la hamaca del ahogo, siempre la sed que bebe cualquier espejismo. Así, entre las manos, el imaginado cierzo.)

En las legiones sin frontera del agua, fulminamos el estrépito.
¿Es hechicería, acaso, el acordeón del pétalo sobre las cárcavas de la rosa,
o es sólo una fluctuación de artificios,
donde el aderezo avanza hacia un estado de delirio?
—Veo caer la voz en el redondo cónclave de los peldaños del azúcar:
¿hay fábula en el treno?
Barcos existen cuyas sombras chocan contra los arrecifes. Bocas hay con candiles
invisibles: profusos estertores habitan el pecho, terrones de minutos
que uno quisiera embalsamar para los días postreros.
Para el énfasis del surco, no existe luz lógica, sino audaces escribas que hacen
de la tinta derramada, su propio pupilaje:
y, así, se perenniza el instante, el doble balbuceo que besa la armadura.

Barataria, 14.II.2013


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